Es una perogrullada decir que todo lo que sube, tiene que bajar, pero la pregunta es cuándo, y por cuánto. Esto es importante, sobre todo si estamos hablando sobre el mercado de renta variable de Estados Unidos.
Con el S&P 500 rozando la marca de los 2.000 puntos y casi tres veces por encima de su punto más bajo de principios de 2009, los expertos del mercado han comenzado a decir que ya deberíamos haber visto una corrección. Después de todo, como muchos se habrán dado ya cuenta, el S&P 500 está cotizando a 15.6 veces el consenso estimado de ingresos futuros, ligeramente superior que antes de la crisis de 2008.
Claramente, las valoraciones del mercado de Estados Unidos están muy por encima de su media a largo plazo, tal y como muestra la parte izquierda del gráfico. Las valoraciones de las acciones no americanas de mercados tanto desarrollados como emergentes son más atractivas, basándose en su precio sobre ingresos futuros. Pero creemos que las compañías estadounidenses de hoy merecen una prima (en comparación con su propia historia y con empresas no estadounidenses), ya que sus fundamentales son fuertes: las empresas estadounidenses están generando ingresos inusualmente altos, tienen mucha menos deuda y devuelven más dinero en efectivo a los accionistas a través de dividendos y recompra de acciones. A veces, se obtiene lo que se paga.
Y en relación a los bonos con rendimientos ultra bajos, los principales índices bursátiles parecen realmente atractivos, tal y como muestra la parte de la derecha del gráfico anterior. La comparativa entre bonos y acciones es importante ya que, si los inversores sacan su dinero de la renta variable, ¿dónde lo invierten?
La historia sugiere que la valoración del mercado nos dice poco acerca de la dirección del mercado a corto plazo. El lado izquierdo del siguiente gráfico muestra rendimientos de un año para el S&P 500, dispuestos según el precio a futuro basado en los ingresos al comienzo de cada período. Cuando el mercado ha estado anteriormente cerca de su valoración actual, ha habido una amplia gama de beneficios en el año siguiente. Eso también era cierto cuando las valoraciones eran inferiores o superiores. Básicamente, las acciones pueden ser muy volátiles en el corto plazo, y el mercado podría aumentar o disminuir de manera significativa en los próximos años, independientemente de su valoración.
Si ampliamos el horizonte temporal, sin embargo, el comportamiento del mercado es mucho más predecible. La parte derecha del gráfico muestra que con un horizonte de cinco años, la gama de beneficios en el mercado ha sido más estrecha. Por otra parte, la valoración importa en horizontes más largos: cuando el precio sobre ingresos futuros supera 20, el retorno del S&P 500 en los cinco años siguientes, en la mayoría de los casos, ha sido bajo o negativo.
¿Qué significa esto para los inversores? Creemos que las valoraciones actuales del mercado no son una señal clara de lo que sucederá en el próximo año o dos. Las acciones podrían caer, y si lo hicieran, probablemente lo veríamos como una oportunidad de compra. Y si el mercado subiera posiblemente en un punto recomendaríamos recortar de nuevo. Pero lo más probable es que veamos retornos modestos en los próximos años.
Columna de Seth J. Masters, director de Inversiones de Bernstein Global Wealth Management, una unidad de AllianceBernstein