En Mirabaud, mantenemos la infraponderación en deuda pública estadounidense tras el repunte de los rendimientos como reacción a las elecciones presidenciales. Esta subida de los rendimientos se explica por el aumento de las expectativas de inflación en Estados Unidos a consecuencia de la expansión prevista del gasto público y el riesgo derivado de un endeudamiento excesivo.
Así, el tipo de la deuda pública a diez años se situó en el 2,45% a finales del mes de noviembre, frente al 1,80% previo al 8 de noviembre, mientras que el tipo a dos años subió 35 puntos básicos, alcanzando el 1,15%, lo que provocó una elevación de la curva de los tipos de la deuda pública y una caída de los bonos estadounidenses.
En tal contexto, pretendemos diversificar esta posición por medio de bonos indexados a la inflación (TIPS), unos títulos que han brillado en fechas recientes, en un momento en el que el riesgo de nuevas revisiones al alza de las previsiones de inflación sigue siendo elevado a causa del acuerdo alcanzado por la OPEP para reducir la producción de petróleo.
La deuda estadounidenses high yield (-0,7%) superaron a los bonos de alta calidad crediticia (-2,7%) en noviembre gracias al rebote del barril de WTI (+6%) y a la aceptación generalizada de la tesis de reflación. La mejoría de los márgenes de las empresas del sector energético, un mayor crecimiento económico en Estados Unidos y una ralentización de las tasas de impago sostienen este segmento de la deuda corporativa. Los bonos de alta calidad crediticia también podrían beneficiarse del descenso de los diferenciales de deuda corporativa a consecuencia de la aceleración de la actividad, las mayores tasas de crecimiento de los beneficios y la relajación de las políticas monetarias en el Reino Unido y la zona del euro, que dará apoyo a la demanda mundial.
Por último, seguimos invirtiendo en deuda emergente denominada en dólares estadounidenses. Este enfoque selectivo permite limitar la exposición a las fluctuaciones de los mercados de divisas, aprovechando al mismo tiempo un diferencial de tipos favorable y una posible subida de los precios de las materias primas.
De cara a 2017, y como aproximación global en un entorno que seguirá siendo altamente volátil, apostamos claramente por una estrategia de renta fija flexible capaz de adaptarse ágilmente a los vaivenes del mercado. Fuera de la renta variable y como categoría también diferenciada de la renta fija, creemos que los bonos convertibles pueden ser un magnífico vehículo, un activo realmente eficaz para enfrentarse a un mercado altamente volátil gracias a las ventajas que ofrece su enorme convexidad.
Raimundo Martín es director general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.