El precio del petróleo se ha desplomado debido al fuerte aumento de la oferta mundial en 2014-15, al tiempo que el crecimiento de la demanda retrocedía o incluso, más recientemente, se detenía por completo. La enorme fortaleza del dólar también ha jugado un papel clave. En los últimos 3-6 meses, el crecimiento de la oferta se ha hundido como consecuencia directa de la rebaja en los precios, pero ahora empieza a parecer que la apuesta fuerte es que la oferta va a caer, y va a hacerlo en picado. Como resultado de esto, es probable que el mercado recupere el equilibrio rápidamente. Mientras esto sucede, el precio se recuperará sin demora.
Hay diversas noticias de que hace muy poco una serie de empresas han anunciado nuevas reducciones en el gasto de capital de proporciones enormes, recortes de producción o incluso cierres. En las próximas semanas, podemos esperar que la cifra de empresas que han adoptado estas medidas aumente, lo que podría dar lugar a un recorte en la producción a nivel mundial para este año de entre 1,5 y 2 millones de barriles diarios, en una estimación que desde Schroders consideramos conservadora. Esta reducción debería equilibrar fácilmente el mercado.
Los datos que apuntan hacia la disminución de la producción se han generalizado. Especialmente en Estados Unidos y Canadá, pero también en otras partes del mundo. India, China, Kazajstán y Nigeria están reportando caídas. La actividad en el Mar del Norte está llegando a un punto muerto. Las cifras de los petroleros del Golfo han colapsado recientemente, debido a la fuerte caída en los cargamentos de petróleo crudo en febrero. El petróleo está siendo enviando a Estados Unidos de todas partes debido a que el precio del petróleo nacional estadounidense cotiza por encima del del resto del mundo, aunque mantiene la prima.
El mercado de futuros no han empeorado en absoluto, ya que los precios al contado se desvanecieron recientemente y en los últimos días se ha reducido. Las quiebras de empresas estadounidense de exploración y producción se han disparado y el grifo financiero está siendo cerrado. Los datos demuestran que la producción estadounidense está cayendo de forma más rápida que lo que recoge el informe oficial de estadísticas y el petróleo necesario será absorbido en el resto del mundo. Esta tendencia va a acelerar una caída precipitada en la producción de Estados Unidos en los próximos meses.
En este contexto, no es difícil entender por qué las empresas están reduciendo su actividad. Como ejemplo tenemos el gráfico elaborado por Citibank a finales de 2014.
Todo el mundo está perdiendo dinero ahora mismo. A 27 dólares por barril, a los productores les sale más a cuenta dejar el petróleo en el subsuelo que venderlo a ese precio, especialmente sabiendo que casi todas las instalaciones de almacenamiento están más o menos completas.
¿Qué podría hacer que los precios cayeran más?
Un colapso de la demanda. Hasta cierto punto, esto ya está sucediendo. Tanto en China como en Estados Unidos, la demanda se ha desacelerado notablemente, y podría continuar así. En mi opinión, probablemente lo hará. Pero mi punto de vista actual es que la velocidad de respuesta de la oferta está superando el debilitamiento de la demanda. Veremos. Un aumento repentino en la producción de Libia también dañaría el precio. Hemos asignado a esta opción una probabilidad del 25%, teniendo en cuenta las cuestiones de seguridad.
Otro problema podría ser un nuevo repunte en el dólar. En mi opinión dada la renovada inestabilidad de las bolsas mundiales y la tendencia más débil de los datos económicos, que sugieren que la Fed no podrá subir de nuevo los tipos de interés a corto plazo, la fortaleza del dólar es el mayor riesgo de los mercados ahora mismo.
Como dato final para los fundamentales, ¿qué pasaría si la OPEP decide actuar? Ahora mismo este es un escenario descartado completamente por el mercado. La presión sobre Arabia Saudí ahora es inmensa. Por supuesto, la probabilidad de que se retiren de la pugna es pequeña, pero sólo una insinuación, sería suficiente para hacer que el precio subiera al menos entre 5 y 10 dólares.
Nuestros gráficos siguen siendo bajistas para el petróleo. Pero, sin embargo, creo que desde el punto de vista del patrón, es probable que los precios hayan tocado mínimos, o que vaya a hacerlo en los próximos días. Creo que la oleada de ventas registrada a mediados de 2014 está terminando ahora. Si esto es así, el primer objetivo al alza del crudo se sitúa en el nivel de los 38 dólares, un 36% más, y después de esto el nivel está entre los 48 y los 57 dólares.
La relativa fortaleza de las reservas de petróleo frente al crudo es otro indicador de un posible cambio en el mercado.
En lo que respecta a la confianza, nuestros indicadores oficiales siguen siendo bajistas, pero anecdóticamente ahora parece que todo el mundo puede leer las hojas de té. Basta con escuchar cualquier comentarista de televisión o radio, ver un vídeo Bloomberg o leer los periódicos. Todo el mundo puede decir ahora por qué hemos entrado en un escenario de «mínimos duraderos «, y creo que es destacable que incluso los presidentes de grandes compañías petroleras están ahora diciendo que el precio no se recuperará hasta la segunda mitad de 2016, un gran cambio desde la posición que mantenían hace 3 o 6 meses.
Para concluir, aunque esperamos más volatilidad, podría apostar firmemente que el petróleo va a terminar este mes muy por encima de los 30 dólares por barril y en base a esto, recomiendo al menos mantener una posición totalmente neutral en el petróleo con un fuerte sesgo hacia la renta variable, que debería avanzar de manera agresiva si los precios continúan recuperándose. Lo mismo ocurre con el gas.
Geoff Blanning es responsable de Commodities en Schroders y es portfolio manager de Energía de Schroders.