La biodiversidad está disminuyendo más rápidamente que en cualquier otro momento de la historia humana, y las presiones que impulsan este declive siguen en aumento. Más de la mitad de la economía mundial depende del buen funcionamiento de los ecosistemas. La pérdida sistemática de biodiversidad podría plantear riesgos para los mercados financieros. La preservación y el restablecimiento del medio natural sirven, por tanto, a los intereses directos a largo plazo de los clientes de Robeco y de nuestras inversiones.
La naturaleza es vital para la existencia humana, pero se está deteriorando en todo el mundo debido a la actividad humana. La producción y el consumo de alimentos, energía y materiales se desarrollan cada vez más a expensas de la capacidad de la naturaleza de seguir proporcionando esos recursos en el futuro. Revertir la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas es esencial para preservar la riqueza y el bienestar. Esto solo puede lograrse mediante cambios transformadores en la economía y la sociedad.
Un grupo de destacados académicos identificó nueve límites para nuestro planeta que, si se sobrepasan, podrían llegar a hacer que la Tierra fuera inhabitable para nuestra especie. Entre ellos se encuentran el cambio climático, el consumo de agua potable, la acidificación de los océanos y la pérdida de biodiversidad, entre otros. Para cada uno de estos aspectos de nuestra biosfera, los científicos propusieron unos límites planetarios cuantitativos dentro de los cuales la humanidad podría continuar desarrollándose y prosperando durante generaciones. Cruzar estos límites genera el riesgo de desencadenar una serie de cambios ambientales irreversibles a gran escala.
La pérdida de la integridad de la biosfera (la capacidad de los ecosistemas para regularse por sí mismos) y la diversidad genética (diversidad de especies y genotipos dentro de ellas) ya superan el límite planetario definido, según investigaciones del Centro de Resiliencia de Estocolmo. Esto supone que la capacidad de los ecosistemas para seguir proporcionando bienes y servicios a la sociedad humana corre peligro. Otro límite planetario que ya se ha rebasado es el de los flujos de nitrógeno y fósforo que penetran en la biosfera y los océanos, lo que está teniendo repercusiones sociales y económicas en algunos países. El cambio climático y la conversión de los bosques naturales y los ecosistemas también se están aproximando a valores críticos.
Alrededor del 78% de todo el aire de nuestra atmósfera está compuesto por nitrógeno (N2). Esta es una forma no reactiva o inerte del nitrógeno. Las formas reactivas del nitrógeno, como los óxidos de nitrógeno (NOx) y el amoniaco (NH3), son un nutriente esencial para muchos ecosistemas naturales y para la agricultura. La cantidad de nitrógeno reactivo en la biosfera ha aumentado significativamente desde el descubrimiento de los fertilizantes nitrogenados (con los cuales el nitrógeno no reactivo de la atmósfera se procesa para generar amoniaco) y la quema de combustibles fósiles (como resultado de la cual se libera nitrógeno reactivo NOx). Una cantidad excesiva de nitrógeno reactivo en los suelos y los acuíferos genera disrupciones en la naturaleza, provocando la desaparición de distintas especies de plantas y animales, y afectando a la calidad del suelo y el agua circundantes.
En 2019, el Tribunal Superior de Justicia neerlandés dictaminó que el Estado estaba calculando erróneamente las emisiones relacionadas con la construcción, y que tenía que hacer más para limitar las emisiones de gases contaminantes como el amoniaco. Se suspendieron cientos de proyectos de construcción, que también producen emisiones nocivas de compuestos de nitrógeno. Los límites de velocidad también se redujeron a 100 km/h en las autovías durante el día, para reducir las emisiones de los vehículos. Los agricultores neerlandeses podrían verse obligados a vender tierras y reducir la cantidad de animales que poseen, para ayudar a reducir la contaminación por amoniaco. Los agricultores se han manifestado en las calles para protestar contra la reducción de las explotaciones ganaderas. Las indemnizaciones a los ganaderos podrían costar entre 14.000 y 30.000 millones de EUR, lo que refleja claramente el impacto económico directo de la eutrofización por nitrógeno.
En 2019, la plataforma IPBES (Intergovernmental Science Policy Platform on Biodiversity and Ecosystems) concluyó el estudio más exhaustivo de la naturaleza que se ha llevado a cabo hasta la fecha. Durante los últimos 50 años, hemos experimentado una tasa sin precedentes de deterioro de la naturaleza a escala mundial. La abundancia media de especies nativas en el medio terrestre ha disminuido al menos un 20%, sobre todo desde el año 1900. Más del 40% de las especies de anfibios, casi el 33% de los arrecifes de coral y más de un tercio de todos los mamíferos marinos están amenazados.
Estos cambios tienen su origen en el uso de la tierra y el mar, la explotación de organismos, el cambio climático, la contaminación y las invasiones de especies exógenas. La actividad humana es la base de estos factores, sobre todo debido al crecimiento demográfico y al aumento de la producción y el consumo. La continuada pérdida de la biodiversidad puede acarrear graves consecuencias para la sociedad y socavar los esfuerzos por alcanzar los objetivos internacionalmente establecidos, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París.
Tribuna de Peter van der Werf, gestor sénior de interacción en Robeco, y Ana Claver, directora general de Robeco Iberia, Latam y US Offshore.