Una opción de venta es una opción que aumenta de valor cuando el precio del subyacente cae por debajo de cierto nivel. Uno de sus usos más comunes es proteger una cartera ante una caída del mercado. La famosa «Fed put» se refiere a la noción de que la Reserva Federal tome medidas para apoyar al mercado de valores en tiempos de mayor riesgo y volatilidad.
Desde que Alan Greenspan se convirtió en presidente de la Fed durante la década de 1980, ha habido un patrón definitivo del banco central de aumento de la liquidez en tiempos de crisis. Este patrón incluye tomar medidas para inyectar liquidez durante recesiones importantes, lo que constituye un esfuerzo por «arreglar» el mercado de valores. Cada vez que la Fed hace esto de forma sucesiva, los inversores dependen cada vez más de esta opción de venta gratuita. Con el tiempo, se ha tenido en cuenta la Fed put, lo que ha impulsado un aumento de las valoraciones de las acciones y ha alentado a los inversores a asumir un riesgo excesivo. Esto ha originado muchas críticas hacia la «Fed put» por haber creado un «riesgo moral».
Originalmente, la «Fed put» se conocía como la «Greenspan put». Cuando Greenspan finalmente se retiró en 2006 después de liderar la Reserva Federal durante casi dos décadas, Ben Bernanke y Janet Yellen continuaron su política de tomar medidas para apoyar a los mercados durante las épocas de crisis. Esto hizo que la Greenspan put se transformara en lo que ahora conocemos como la «Fed put».
Cuando el presidente Trump nombró a Jerome Powell como el 16º presidente de la Reserva Federal a principios de 2018, los inversores supusieron que continuaría con la tradición de la «Fed put». Los inversores incluso estaban dispuestos a tolerar (aunque a regañadientes) mayores aumentos en los tipos de interés por parte de la Fed, siempre y cuando la «Fed put» permaneciera en vigor. Dada esta situación, Jerome Powell pudo aumentar el tipo de interés objetivo de la Fed cada trimestre, que fue un ritmo mucho más rápido del que había hecho Janet Yellen, su predecesora.
La muerte de la Fed put
Mientras la Fed elevaba los tipos de interés a lo largo de 2018 a la vez que imponía un ajuste cuantitativo a través de la reducción de su balance de 4,5 billones de dólares, el presidente Trump criticó abiertamente tanto a Powell como a la Fed. El presidente advirtió de que unos tipos más elevados ahogarían el crecimiento económico. Por supuesto, la Fed hizo caso omiso a estas críticas, ya que mantuvo su independencia del presidente y se mantuvo firme en su trayectoria de elevar los tipos.
En octubre de 2018, Jerome Powell conmocionó a los mercados con el comentario «estamos muy lejos de ser neutrales» sobre los tipos de interés. El mercado ya estaba lidiando con la prolongada guerra comercial con China, la amenaza de una desaceleración económica mundial y la disminución del impulso económico de los recortes de impuestos en los EE. UU. Los comentarios de Powell sacudieron la confianza de muchos inversores en la Fed put, ya que muchos temían que la Reserva Federal no reconociera los muchos problemas que había mientras continuaba su camino de aumentar las tasas. En diciembre, Powell redobló sus comentarios de octubre y dijo que la Fed mantendría el rumbo del aumento de los tipos y continuaría reduciendo su balance al mismo ritmo. Con ello, sacudió de nuevo un mercado ya en dificultades que culminó con la caída de Nochebuena en la que el Dow Jones se hundió más de 650 puntos.
Esto provocó que David Tepper, quien administra 14.000 millones de dólares en Appaloosa Management, afirmara que “Powell básicamente os ha dicho que la «Fed put» está muerta”. El mercado estuvo de acuerdo con esta opinión, ya que parecía que la Fed estaba dispuesta a dejar que el mercado cayera sin siquiera intentar intervenir.
El retorno de la Fed Put
«Sientan el mercado, no se dejen guiar por números sin sentido», este fue el tuit del presidente Donald Trump a la Fed. Sin embargo, Powell no había abandonado completamente al mercado. A principios de enero, Powell cambió bruscamente su tono (quizás finalmente los tuits de Trump le convencieron para que sintiera el mercado) y reconoció que la Fed observaría de cerca las señales del mercado y tendría paciencia con el enfoque de la política monetaria.
Powell también indicó que la Fed estaría dispuesta a ajustar el ritmo de reducción del balance si fuera necesario, lo que sonaba muy parecido a que estaba dispuesta a inyectar liquidez en el sistema si los mercados experimentaban otra caída. Los inversores, que temían que la Reserva Federal actuara hawkish y que creían que iba a matar la economía, gritaron un aleluya colectivo cuando el mercado se recuperó con fuerza al reconocerse que la «Fed put» estaba de vuelta.
Tribuna de Charles Castillo, Senior Portfolio Manager en Beta Capital Wealth Management, Crèdit Andorrà Financial Group Research.