La rentabilidad de los mercados financieros puede explicarse, en gran parte, en función de dos factores: el nivel prospectivo de los flujos de caja procedentes de la inversión en un activo y la tasa de descuento aplicada a dichos flujos de caja.
Por su parte, ambos factores dependen de la evolución de la economía mundial: los niveles de los flujos de caja (como los dividendos de la renta variable, las recompras de acciones o la probabilidad de que se paguen cupones en los bonos corporativos) y también las condiciones financieras. El presente año, estos factores han seguido direcciones opuestas.
La fortaleza de la economía mundial ha estado a la altura de nuestras expectativas, si bien la composición de este crecimiento nos ha sorprendido. La economía estadounidense ha superado nuestras previsiones, mientras que la recuperación europea nos ha defraudado. Este comportamiento económico superior de Estados Unidos se debe, por una parte, a los ingentes estímulos fiscales que, en nuestra opinión, acabarán considerándose inoportunos y, por otra parte, al respaldo procedente de las favorables condiciones financieras.
Si fijamos la mirada en los mercados, observamos que dicha excelente evolución económica ha venido acompañada de una rentabilidad superior de la renta variable estadounidense. No obstante, si analizamos la situación con mayor detalle, mientras que las compañías que cotizan en los mercados de Estados Unidos, Europa y Japón han realizado, en su conjunto, revisiones al alza de sus ingresos y beneficios a lo largo del año, estos aumentos se han concentrado especialmente en las firmas de atención sanitaria y tecnológicas estadounidenses. Esto sucede de manera simultánea a la adopción de un programa unilateral de proteccionismo comercial.
Europa
El impulso económico en el Viejo Continente, en comparación con otras regiones, hadeterminado nuestras continuas y favorables perspectivas sobre la renta variable europea(excl. el Reino Unido). No obstante, tras la fuerte dinámica experimentada durante todo el añopasado, la economía ha dado marcha atrás este año, debido a los acontecimientos en Italia ya la incertidumbre en torno al comercio a escala internacional. Sin embargo, las cifras debeneficios publicadas en Europa en las últimas semanas se han revelado positivas, y losanalistas están ahora realizando revisiones al alza en todos los sectores en Europa (excl. elReino Unido), con la energía liderando la mayoría de dichas revisiones de beneficios. Lasmejoras salariales han repuntado, aunque esto impulsará probablemente un círculo virtuosode recuperación económica que todavía se está materializando tras la crisis de la deudasoberana en la zona euro que hizo descarrilar la salida de Europa de la crisis financieramundial hace diez años.
Las compañías europeas están señalando una escasez de mano de obra, además de unacarencia de capital y bienes de equipo, lo que augura un entorno más favorable para lainversión y el gasto de capital.
También detectamos algunos rayos de esperanza, como el hecho de que los datos manufactureros alemanes han tocado fondo y el repunte de la demanda interna en el país germano. Nuestras carteras de renta variable europea cuentan, por lo general, con un posicionamiento neutral en Italia, aunque existen considerables dudas sobre cómo se gestionará la próxima recesión, pues la carga de la deuda del país transalpino es ahora más elevada. Las carteras europeas también infraponderan el estilo valor con respecto al crecimiento de calidad, si bien en menor grado que en los últimos años. La posición sectorial más abultada consiste en una sobreponderación de los valores industriales, en lugar de la exposición financiera, con el objeto de posicionarnos para sacar partido del crecimiento cíclico. Aunque los beneficios bancarios podrían registrar un rápido aumento en sintonía con el crecimiento económico que anticipamos, no queda claro si cada impulso a los ingresos afrontará una renovada presión regulatoria para incrementar los ratios de capital o realizar distribuciones a las partes interesadas.
Columna de opinión de Toby Nangle, director mundial de asignación de activos, director de multiactivos EMEA, y Maya Bhandari, gestora de carteras multiactivos, ambos en Columbia Threadneedle Investments.