Puede parecer que la inversión sostenible y responsable empezó sólo hace unos pocos años, pero las raíces se remontan al menos unos 200 años atrás, con las prácticas de gestión del capital de la Iglesia Metodista. O incluso antes aún, si consideramos las reglas de inversión defendidas por la Sharia.
La reciente crisis financiera global sin duda ha contribuido a dar una mayor importancia a los criterios de gobernanza defendidos por la inversión ESG, que considera asimismo factores ambientales y sociales al seleccionar los activos a incluir en una cartera.
El aumento de la población y la consecuente escasez de recursos han potenciado la fortaleza de la sostenibilidad en el uso de los recursos disponibles. El uso intensivo de energías contaminantes y las emisiones de CO2 han creado una intensa preocupación sobre un calentamiento global, que está empezando ya a crear dificultades en algunas regiones. Las desigualdades sociales, por su parte, han creado una conciencia de la necesidad de distribuir la riqueza generada para ayudar a los que más lo necesitan.
Conscientes de estas necesidades y de la importancia de tomar parte activa en su satisfacción, Kames Capital lanzó ya su primer fondo ético de renta variable en 1989. Desde entonces, han ampliado sus capacidades de inversión responsable para incluir bonos corporativos éticos, gestionados con prudencia, y soluciones de renta variable sostenible.
Una de ellas está representada por el fondo Kames Global Sustainable Equity, que en su clase B de acumulación en euros es el más rentable de la categoría VDOS de ETICO, con una revalorización del 45,78%.
Su objetivo de inversión es maximizar el rendimiento total (ingresos más capitales) invirtiendo directamente en una cartera diversificada de valores de renta variable global que cumplen con los criterios de sostenibilidad predefinidos del fondo. La selección de valores no está limitada por la ponderación de ningún índice ni por la inversión en ningún sector en particular. Tampoco tiene limitaciones por divisa o zona geográfica.
Su enfoque de inversión global es activo, sin restricciones e impulsado por la selección bottom-up de empresas que cumplen con los criterios de sostenibilidad de la gestora. Operan sin límites explícitos regionales o de país, con el objetivo de mantener una ratio elevada de active share dentro de un marco disciplinado de gestión de riesgo. Por sectores, tampoco tienen un objetivo mínimo de infra o sobre ponderación.
Su inversión se orienta a empresas de estilo crecimiento, buscando identificar predominantemente empresas pequeñas y medianas, aun no descubiertas, con escasa cobertura de análisis o mal entendidas.
Kames Capital es una gestora británica, con oficinas en Edimburgo, Londres y La Haya, con 37.000 millones de libras esterlinas (aproximadamente 43.626 millones de euros) en activos bajo gestión. Entre sus clientes se encuentran fondos de pensiones, instituciones financieras, instituciones de caridad, gestores de patrimonio, family offices e inversores individuales.
Ofrecen una amplia gama de productos en renta fija, renta variable, activos inmobiliarios y multiactivos, con estilos de inversión de crecimiento, rentas periódicas, retorno absoluto y retorno total. Kames Capital forma parte de Aegon Asset Management, la marca global de gestión de activos del Grupo Aegon, uno de los principales proveedores mundiales de servicios financieros.
El fondo está cogestionado por Craig Bonthron, Mark Peden, Douglas Scott y Neil Goddin. Craig Bonthron es gestor de inversiones del equipo de renta variable, responsable de cogestionar activamente carteras de renta variable global de alta convicción. Craig se centra en el análisis de tendencias disruptivas y sostenibles dentro de los sectores de tecnología, salud, industria y consumo, con el fin de identificar ideas de inversión específicas en acciones de alta convicción.
Se incorporó a Kames Capital en 2014 desde SWIP, donde fue director de inversiones de renta variable global. Antes de SWIP, fue gestor de cartera en Kleinwort Benson Investors. Craig se licenció con honores en Topografía de edificios y cuenta con un Máster con distinción en Sistemas de Tecnologías de la Información por la Strathclyde Business School. Tiene 18 años de experiencia en la industria de gestión.
El fondo aplica un número limitado de “exclusiones” en compañías de entretenimiento de adultos y productoras o comercializadoras de cosméticos probados con animales, así como de combustibles fósiles, apuestas, productos agrícolas modificados genéticamente o que no cumplen con los derechos humanos y compañías de energía nuclear, tabaco y armas. Esto supone típicamente la exclusión de alrededor de un 15% del universo del MSCI ACWI.
A continuación, el análisis de sostenibilidad evalúa tres dimensiones: la sostenibilidad de los productos y servicios de cada compañía, la sostenibilidad de sus prácticas operativas y sus estándares y la mejora de su sostenibilidad a lo largo del tiempo. La sostenibilidad de cada empresa se analiza en base a los siete pilares de sostenibilidad de Kames, asignándose a cada uno de los pilares en base al análisis de los productos, las prácticas y la tasa de mejora en su sostenibilidad para cada compañía.
Los pilares ambientales son cambio climático, soluciones ecológicas y eficiencia en la utilización de recursos. Los pilares sociales cubren salud y bienestar, inclusión y crecimiento sostenible. El séptimo pilar es el de gobernanza (protección de accionistas y empleados, transparencia de la compañía).
El análisis cualitativo bottom-up de sostenibilidad sirve para determinar los riesgos y oportunidades clave de sostenibilidad de la compañía. El análisis considerará la naturaleza de los productos y servicios de las compañías, sus prácticas operativas y estándar y si tiene un historial de mejoras en cuanto a sostenibilidad. Como resultado de este análisis, las empresas se clasificarán en líderes, con potencial (que muestran mejoras significativas en el tiempo) y rezagadas. Solo se incluyen en la cartera las incluidas en los grupos de líderes o con potencial.
Este análisis se complementa con calificaciones de fuentes externas: MSCI ESG Manager – company ESG research platform, ISS Quickscore – Corporate governance research, Empirical Research – ESG ratings data y Bloomberg ESG.
Se construye así una cartera de compañías sostenibles de elevada convicción, que incluye habitualmente entre 35 y 45 valores. Las mayores posiciones incluyen acciones de Amplifon Spa (4,60%), Everbridge Inc (4,20%), Keyence Corp (4,10%), Insulet Corp (3,80%) y Tesla Motors Inc (3,60%). Por sector, tecnologías de la información (28,20%), salud (25,80%), consumo discrecional (18%), industrial (14,50%) y materiales (4,40%) representan los mayores pesos en la cartera.
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2019 y lo que llevamos de 2020, batiendo al índice de su categoría en 2018 y 2017. A tres años, su dato de volatilidad es del 18,86%, reduciéndose hasta un 13,51% a un año. En este último periodo, su Sharpe es de 3,54 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 11,09%.
Con un patrimonio bajo gestión de 126 millones de euros la suscripción de la clase C de acumulación en euros de Kames Global Sustainable Equity requiere una aportación mínima inicial de 250 millones de euros, aplicando a sus partícipes una comisión fija del 0,40% y de depósito de hasta el 0,50%. El fondo tiene también disponible la clase B, que puede suscribirse por una aportación inicial de 500.000 euros y que aplica una comisión fija del 0,75% y de depósito del 0,50%.
Según la gestora, la economía mundial debería tener un buen comienzo en 2020. Las tensiones políticas dejadas atrás durante 2019 suponen un fuerte viento de cola y, si Estados Unidos y China pueden llegaran a un acuerdo duradero pronto, debería haber un enérgico repunte en el ciclo económico, a medida que se desbloquea la inversión latente. Los brotes verdes de un posible repunte del ciclo empresarial están empezando a aparecer y, por lo tanto, a menos que se produzca un nuevo “choque de los titanes”, dejaría de tener sentido hablar de una recesión inminente.
Con las opciones de política monetaria bastante agotadas, los gobiernos previsiblemente tendrán que asumir más responsabilidad para promover el crecimiento económico, independientemente de su nivel de deuda, por lo que puede estimarse un fortalecimiento de las políticas fiscales. La baja inflación, por ahora, alentará a los inversores a percibir esta situación no sólo como segura, sino como deseable.
La forma en que los bancos centrales reaccionen (si la inflación comienza a repuntar) es clave, pero, liderada por la Reserva Federal de Estados Unidos, el apetito por acomodar la presión al alza sobre los precios está creciendo. Fortalecidos por la creencia de que resulta más fácil ralentizar la economía que impulsar su crecimiento, los bancos centrales continuarán tratando de acomodarse al creciente apetito para acomodar la presión al alza sobre los precios. Por lo tanto, no esperan que los bancos centrales vayan a virar hacia una política monetaria restrictiva este año, lo que supone un escenario más favorable para la renta variable.
La positiva evolución tanto por rentabilidad como por volatilidad de Kames Global Sustainable Equity a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cuatro estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis en VDOS