El debate sobre la superioridad de la gestión activa sobre la pasiva ha sido una constante en el mundo de la inversión. En el caso de la renta variable, donde la eficiencia de los mercados es más marcada, los fondos pasivos han demostrado su atractivo para los inversores. Sin embargo, el panorama es diferente cuando se trata de renta fija: las estrategias activas tienen ventajas claras tanto en términos de rendimiento como de capacidad para explotar ineficiencias que la gestión pasiva no puede aprovechar.
La renta fija: un mercado con características únicas
A diferencia de la renta variable, en la que los inversores buscan la revalorización del capital, en el mercado de renta fija los participantes tienen objetivos muy diferentes. Los bancos centrales compran y venden bonos para implementar políticas monetarias, mientras que las instituciones financieras y las aseguradoras invierten en bonos para ajustar sus carteras a los requisitos regulatorios y las necesidades de capital. Esta dinámica hace que el mercado de renta fija tenga más ineficiencias que el de renta variable, lo que abre espacio para la capacidad de los gestores activos de generar alfa.
Por otro lado, en los índices bursátiles, las empresas se ponderan en función de su capitalización bursátil. En renta fija, sin embargo, el peso de cada emisor depende del volumen de deuda emitida. Esto crea una paradoja: cuando una empresa emite más deuda, su peso en el índice aumenta, aunque su valor fundamental no lo haga necesariamente. Para un inversor pasivo, esto puede implicar la exposición a emisores más endeudados sin tener en cuenta el riesgo real, mientras que los gestores activos pueden aplicar un análisis crediticio y fundamental más exhaustivo, evitando empresas sobreendeudadas y así poder generar mejores rentabilidades.
El mercado primario: una ventaja para los gestores activos
Otro de los grandes elementos entre la gestión activa y pasiva en renta fija es el mercado primario. Las emisiones iniciales de bonos suelen salir al mercado a precios ligeramente descontados, lo que representa una oportunidad para que los gestores activos accedan a estas emisiones antes de que los precios se ajusten. Un gestor activo que realiza un análisis exhaustivo de los fundamentales, las condiciones macroeconómicas y las expectativas de tipos de interés puede identificar las oportunidades más rentables. Así, este acceso temprano a las emisiones tiene el potencial de generar importantes rentabilidades, algo que los gestores pasivos no pueden aprovechar, ya que su estrategia se basa en replicar el índice y no en seleccionar activamente los bonos.
Vencimientos de bonos: una oportunidad para generar alfa
Una de las características fundamentales del mercado de renta fija es que los bonos tienen una fecha de vencimiento definida. Los índices de renta fija deben revisar su composición de forma periódica, lo que da lugar a un ajuste de precios cuando los gestores pasivos deben vender o comprar bonos para alinearse con los nuevos componentes del índice. Este reequilibrio predecible ofrece oportunidades a los gestores activos, que pueden anticiparse a los movimientos de los precios y posicionarse antes de que se ajusten los fondos pasivos. Por lo tanto, los inversores activos pueden generar alfa evitando la presión de los precios que se produce cuando todos los fondos pasivos se ajustan simultáneamente.
Flexibilidad y uso de herramientas avanzadas
La gestión activa en renta fija no se limita a seguir un índice predefinido. Los gestores activos disponen de un amplio conjunto de herramientas que les permiten adaptar sus carteras en función de las condiciones del mercado. Esto incluye la capacidad de ajustar la duración, seleccionar bonos específicos, modificar la exposición al riesgo de crédito y administrar la estructura de la cartera en función de las expectativas de tasas de interés. Los gestores pasivos, por otro lado, carecen de esta flexibilidad y están limitados por los parámetros establecidos por el índice. Al seguir un enfoque de replicación mecánica, los fondos pasivos no pueden aprovechar las oportunidades de rendimiento que surgen de los movimientos del mercado o de las ineficiencias estructurales que existen en el mercado de renta fija.
El rendimiento superior de la gestión activa
Los datos muestran que, durante la última década, los fondos de renta fija activa han superado sistemáticamente a sus homólogos pasivos en rentabilidad. Según un estudio realizado en PIMCO con datos de Morningstar y Bloomberg, entre 2014 y 2023 más del 60% de los fondos de renta fija global gestionados activamente han superado a sus homólogos pasivos, incluso después de deducir las comisiones de gestión. Este rendimiento se refleja aún más en los bonos corporativos y los fondos de grado de inversión, donde más del 75% de los fondos activos superaron a los pasivos. Esta diferencia pone de manifiesto el mayor potencial de alfa que existe en el mercado de renta fija, donde los gestores activos tienen mayores oportunidades de generar valor.
En conclusión, el mercado de renta fija es un entorno en el que la gestión activa tiene sus ventajas. Las ineficiencias del mercado, las distorsiones creadas por la limitación de los inversores, el acceso al mercado primario y la capacidad de ajustar dinámicamente las posiciones permiten a los gestores activos generar un rendimiento superior al de los fondos pasivos. A diferencia de la renta variable, donde la competencia es más intensa, el mercado de bonos puede ofrecer mayores oportunidades para los gestores activos que buscan maximizar la rentabilidad de sus carteras. Si bien los fondos pasivos pueden ser atractivos en mercados más eficientes, en renta fija, donde cada punto básico cuenta, la gestión activa podría seguir siendo la mejor opción para los inversores que buscan superar a los índices de referencia.