Para los inversores en euros que buscan dormir tranquilos y conseguir unos retornos estables, el entorno de bajos tipos de interés está siendo un escenario bastante difícil de manejar. Su refugio tradicional han sido los bonos soberanos y con grado de inversión a corto plazo. Sin embargo, esto ha dejado en cierta manera de tener sentido pues, por ejemplo, los Bunds alemanes a corto plazo se han sumergido en territorio negativo.
Por su parte, la gestión pasiva ofrece también pocas alternativas. Por ejemplo, el índice Barclays Euro Aggregate está en rojo y el índice Barclays Corporate Aggregate se mantiene a flote, pero no más que eso.
Históricamente, los bonos a corto plazo han ofrecido un mejor perfil de riesgo-rentabilidad y un viaje más tranquilo y con menos sobresaltos. Si comparamos los ratios de Sharpe de los bonos con grado de inversión en general con los de los bonos con grado de inversión, pero de corta duración, vemos que los segundos ofrecen un ratio de Sharpe más alto y unas caídas mucho menos pronunciadas. Estos mejores retornos ajustados al riesgo derivan sobre todo de los cupones. Dicho esto, ahora mismo, el cupón ya no está presente en muchas inversiones a corto plazo.
No obstante, existe una respuesta para este problema y además es posible encontrar una estabilidad en los retornos. Sin duda, la solución al dilema planteado por unos bajos rendimientos no procede de reducir el universo de inversión basado en el índice de referencia. La clave está en alejarse de los índices y adoptar un enfoque activo.
Al incorporar de forma selectiva bonos sin grado de inversión a una cartera de bonos a corto plazo, los inversores pueden obtener retornos positivos, sin que ello suponga un incremento importante de la volatilidad. Otro de los puntos clave radica en la baja tasa de impago de los bonos a corto plazo y sin grado de inversión, que quedó de manifiesto en el análisis que ha hecho Moody’s sobre los cambios de ratings. Moody’s ha estudiado las migraciones de ratings de las compañías de forma anual entre 1976 y 2016 y llegó a la conclusión de que solo un 0,9% de los bonos con rating Ba habían incurrido en impago en los 12 meses siguientes.
Al ampliar su cartera de renta fija a corto plazo para incluir bonos sin grado de inversión, los inversores obtienen un diferencial de crédito adicional, con solo un incremento mínimo en el riesgo de impago. Y en un mundo de tipos por debajo de cero, este planteamiento resulta muy atractivo.
Otra oportunidad interesante para aumentar el rendimiento sin añadir mucho riesgo es el universo de renta fija emergente en divisa extranjera en el que, para un determinando rating, es posible encontrar rendimientos más atractivos, dentro de una clase de activo poca analizada e ineficiente.
Como selectores de crédito, solo invertimos en emisiones cuidadosamente seleccionadas en las que pensamos que el diferencial de crédito compensa ampliamente el riesgo de crédito asumido. Estamos convencidos de que una estrategía de este tipo permite ofrecer un rendimiento superior al índicede referencia, al mismo tiempo que el nivel de volatilidad se mantiene bajo control.
Tribuna de Tolga Yildirim, gestor del fondo Vontobel Fund-Euro Short Term Bond en Vontobel AM