La perspectiva de minusvalías llevó a los inversionistas a desprenderse de fondos de inversión de deuda (FID) de mediano y largo plazos. Ante las posibles alzas de las tasas de interés, desplazaron sus recursos a los FID de corto plazo, con lo que esperaban evitar minusvalías o alcanzar mayor rentabilidad. ¿Cómo fueron los rendimientos?
Rendimientos Generales de los FID
Para este análisis, Fitch Ratings consideró 248 FID de todas las clases. Se descartaron aquellos que cambiaron de estrategia de inversión y tienen menos de tres años con la nueva, así como los de capital fijo (cerrados al público).
El rendimiento promedio ponderado a un año de los 248 fondos fue de 5,2%, superior al rendimiento anual de los indicadores de referencia (benchmarks) PiPG-Bonos (5%), PiPG-Real 30A CI (1,28%) e inflación (2,6%). No obstante, fue inferior al rendimiento de PiPG-Fix5A (5,44%) y PiP-MCorp (6,81%).
La rentabilidad genérica de los FID, sin desglosar la clasificación, se sustentó principalmente en la gran proporción de los recursos trasladados al segmento de corto plazo. Su rendimiento luce más alto que la inflación debido a que integra la recuperación elevada que otorgaron los FID de moneda extranjera por la apreciación del dólar (19,7% a mayo de 2016). Con ello, superaron por mucho la variación del índice de Cetes de Proveedor Integral de Precios (PiP), de 3,34%.
¿Valió la Pena el Desplazamiento?
Al analizar los rendimientos por plazo de los FID, se puede ver que el desplazamiento hacia fondos de corto plazo en 2014 cumplió con el cometido. En 2015, produjo resultados desiguales: los FID de largo plazo a tasa real sufrieron minusvalías de 2% en promedio. Los de corto plazo y de corto plazo gubernamental fueron, en efecto, los que más amortiguaron los riesgos al generar 1,2% y 1,8%, respectivamente. Los de mediano plazo y de mediano plazo gubernamental produjeron 1,3% y 1,4%, en tanto que los FID de largo plazo gubernamental y de largo plazo, alcanzaron 0,3% y 0,4% en promedio.
Los FID de mayor rendimiento promedio entre mayo de 2015 y de 2016 fueron los de las clasificaciones de moneda extranjera, discrecional y de largo plazo gubernamental, con 19,7%, 5,4% y 5,0%, respectivamente. Los de corto plazo generaron rendimientos más bajos, de 3,4% en promedio. Los de mediano plazo gubernamental y de mediano plazo redituaron cifras similares a los anteriores, 3,4% y 3,3%, y superiores de las de aquellos de corto plazo gubernamental (2,8%) y de largo plazo a tasa real (2,6%). En este período, ningún grupo de FID promedió minusvalías.
Ante la agitación de los mercados por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, el incremento de 50 puntos base que hizo Banco de México a la tasa de referencia y la volatilidad del tipo de cambio, es posible que incremente la migración de recursos de los FID de mediano y largo plazos hacia los de corto plazo y de moneda extranjera durante la segunda mitad de 2016. Como se observó en las cifras a mayo de 2016, el desplazamiento no significa que de inmediato haya protección cambiaria, réditos mayores o conservación del poder adquisitivo del dinero. La agencia opina que se requiere hacer evaluaciones periódicas para contrastar resultados.
Columna de Fitch México, por Sofía Vite y Arturo Rueda