Todo indica que vamos para una recesión en Estados Unidos, lo cual es un escenario altamente complejo, donde vamos a convivir con una caída de la economía a la vez que tendremos una inflación persistente. No será la primera vez en la historia que esto ocurra, sin embargo sí será la primera vez que suceda con ‘toneladas’ de dinero dando vueltas por ahí, lo que convierte esta estanflación en un elemento de análisis que debe tomarse con bastante cuidado (y algo de emoción, sin duda).
Entre los indicadores que nos indican la recesión, están las caídas de indicadores básicos como el consumo de los hogares, aunque también hay otros que llenan menos titulares pero que son muy dicientes de lo que viene sucediendo en la economía, como las caídas del Capex de algunas industrias y de los flujos de caja libres de las empresas (el denominado FCFF). Eso sin contar las afectaciones que los incrementos de tasas de interés van a tener (y están teniendo) sobre variables como el costo de los créditos hipotecarios, que si bien no es el más alto en la historia (estamos en tasas alrededor de 5% para hipotecas a 30 años; debajo del 7% – 8% que tenían en la crisis de 2008), sí ha mostrado un patrón de alza respecto al nivel de un año atrás que nunca se había dado. Esto, sin duda, tendrá un impacto en compra de vivienda.
Existirán otros impactos que aún no hemos visto, y que en la medida que se vayan dando, irán moviendo el mercado financiero, entre ellos destaco que en próximos meses empezaremos a saber realmente cuántas compañías zombie existen y necesariamente empezaremos a ver mayores tasas de default corporativo de empresas que se sostenían única y exclusivamente porque la tasa de financiación que encontraban era muy baja. En diciembre del año anterior, argumenté en un especial para Funds Society que existía un cóctel peligroso que incluía apalancamiento, y que ahora vamos a empezar a ver con el tiempo, cómo impacta el aumento de la tasa de interés los mercados sobre apalancados (especialmente, sectores específicos que recibieron mucho apalancamiento en años anteriores).
Ahora bien, lo interesante es entender qué está desencadenando tan rápido estos cambios en los mercados, y hay detalles que no son tan evidentes, pero que en la trastienda son demasiado poderosos y explicativos. Por ejemplo, el gobierno federal sigue endeudándose, pero ya no tiene el comprador a gran escala, que era la Fed…esto lleva a que en el «mercado abierto» la oferta de Tesoros supere a la demanda, con la consecuente caída de los precios (que se refleja en un aumento de la tasa de los bonos)…y como la Fed quiere bajar su balance, también ha empezado a vender.
El «detalle» es que la Fed acumuló durante meses bonos de corto plazo (meses atrás les hable de esto) para mantener las tasas de interés bajas. Entonces al vender, ha llevado a un incremento de las tasas de los tesoros de corto plazo, lo cual se ha traducido en la curva invertida.
Esto sin embargo, no quiere decir que no existan oportunidades; porque las hay por montones y que lucen realmente interesantes. Aquí listo algunas:
1. Recuerden que las acciones anticipan el ciclo, no lo siguen. Por definición el PIB es un indicador altamente rezagado, y los mercados se mueven con mucha anticipación al mismo. De esta manera, ya al día de hoy los agentes financieros han visto varias cosas, y el dinero está fluyendo para allá: consumo básico, salud y materiales, son los sectores accionarios que más cantidad de flujos como proporción de sus activos totales, han recibido.
Esto no es de extrañar, pues son sectores cuyas empresas navegan mejor los períodos de caídas económicas y que, además, tienen la capacidad de transmitir de mejor manera los mayores costos al consumidor final. Así, en acciones, además de estos tres sectores, energía sigue siendo muy atractivo.
Por lo demás, también cabe recordar que el retorno de las acciones desde hace años depende de factores como las recompras, y que al ritmo que va este año, de lejos se superará el 2021 que en la historia ha sido el año con mayor cantidad de recompras autorizadas (cerca de 1,2 trillones de dólares), por lo que, en la medida que las mismas se den (generalmente en el segundo trimestre), el impulso a la bolsa norteamericana puede ser importante.
2. Los bonos más castigados son los Tesoros, pero hay oportunidades muy interesantes en bonos corporativos, especialmente los de grado de inversión: sus fundamentos son diferentes, responden a otras motivaciones y en general las empresas muestran solidez a pesar de la economía en desaceleración. Hay que elegir un buen administrador, que evalúe con detalle cada inversión, porque repito, empezaremos a ver quienes eran empresas zombies, y ahí el trabajo del manager de inversiones es fundamental.
3. Los bienes básicos siguen siendo muy atractivos, hay déficit de muchos de ellos (más allá de las tensiones geopolíticas recientes), y como la oferta no se amplía de la noche a la mañana, la tendencia de precios altos seguirá por algún tiempo. Recordemos que los bienes básicos tienen sus características particulares, generalmente el roll over de futuros, y es ahí donde se generan las oportunidades.
4. Los alternativos, como infraestructura, también son muy interesantes. Y sector inmobiliario diferente a residencial, también. Van a seguir en la agenda de los inversionistas por algún tiempo, y bien vale la pena aprovechar el momento que están teniendo.
Para finalizar, vamos a tener volatilidad sin duda, pues cada ciclo trae sus complejidades y una recesión económica con inflación nunca será sencilla. Sin embargo, hay elementos para navegarla que pueden ser interesantes y que bien aprovechados permiten algo más de tranquilidad en los portafolios de los inversionistas.
Manuel Felipe García Ospina es vicepresidente Wealth Management de Skandia Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Skandia sobre los temas tratados.