“La era digital es como si Heráclito fuera puesto de esteroides: el cambio es una constante cotidiana. En casi todos los entornos profesionales se espera de nosotros que utilicemos y dominemos herramientas que hace una década, o incluso el año pasado, no existían” Scott Galloway (1964)
Inicio mi nueva columna de opinión haciendo referencia a una afirmación elocuente del autor del libro “Four”. A esta altura del devenir de hechos que marcan y enmarcan cambios ostensibles y sin retorno en el ámbito laboral-profesional, suponer que los sistemas de pensiones vigentes, sólo requieren de retoques, ajustes, pensando en aumentar progresivamente la edad de acceso al retiro, cambios en fórmulas de cálculos de tasa de sustitución, cambios en estructura de tributación y recaudación, sólo por citar algunos, en una mirada parcial y estática de la realidad.
Quizás si hubiera un GPS a mano, nos indicaría la necesidad de poner foco, y en este orden, sobre:
Sistema educativo
Mercado laboral
Sistema previsional
Desde lo gestual y formal, si hay algo que perdura en el tiempo casi desde fines del sXIX hasta nuestros días, es el sistema educativo. Los niños y jóvenes de hoy, casi igual que sus abuelos reciben una formación, en espacios físicos muchas veces similares y para un desarrollo profesional con competencias que se deberán perfeccionar, post-claustro. Hoy, además, ya desde niños necesitan formación en finanzas personales, esto es alfabetización financiera.
En lo referido al ecosistema laboral/profesional, la revolución digital nos impacta de lleno, de la transformación digital pasamos sin más, a la ejecución digital. El año de pandemia, con procesos de cierre de economía por cuarentenas, desbordó en toda su aceleración, cualquier análisis ex-ante, ya viajamos a velocidad de crucero y no es sencillo divisar el paisaje por la ventanilla…. Según Scott Galloway: “nunca ha habido un momento mejor para ser excepcional, ni un momento peor para estar en la media. Gracias a Linkedin, todo el mundo está en el mercado global de trabajo todo el rato. Si eres excepcional, tendrás a miles de empresas buscándote, y encontrándote. Si eres bueno, competirás con decenas de millones de otros “buenos” candidatos de todo el planeta y tu salario puede estancarse o incluso descender”.
No se trata de ser pesimista, sino de transitar, de adherir a un optimismo, sin ingenuidad, que no requiera de la fantasía, por ejemplo de inferir que, si los trabajadores que generan sus ingresos de modo informal, son formalizados solucionaríamos gran arte de la dificultad de sostenibilidad y sustentabilidad de los regímenes de pensiones. Al menos en esta región, en Latinoamérica, luce voluntarismo puro.
Antes de encarar cualquier tipo de reformas, y tan necesarias, en el ámbito previsional, luce necesario ampliar la mirada a lo educativo y laboral. La evidencia es que, no es dable esperar que ambos sistemas se comporten de acuerdo a las necesidades del régimen previsional vigente.
Una alternativa por analizar sería generar un pilar de ahorro personal, que pueda sumar también el aporte empleador, del tipo auto enrolment, pero segmentado según rango de edades: de 20 a 30 años, de 30 a 40 años, de 40 a 50 años, de 50 a 60 y de 60 a 70 años. De acuerdo a cada segmento y a modo inverso, a menor edad, mayor tolerancia al riesgo en la manera profesional de gestión de instrumentos de ahorro e inversión. Obviamente en la medida que se crece en edad, se decrece en la tolerancia al riesgo, ya que podemos ser más o menos agresivos, de acuerdo al momento del eje de tiempo que estemos en una vida laboral que, será cada vez más irregular entre períodos aportados y otros por cuenta propia.
Dicho pilar de ahorro personal, puede contar con la tremenda posibilidad de instrumentación que ofrece la tecnología digital, el aporte de la inteligencia artificial y los algoritmos que nos permite hablar ya de: sistema de ahorro previsional conductual. Pienso en los millones de trabajadoras y trabajadores en Latinoamérica que trabajan por cuenta propia de modo informal.
Además del pilar al que me vengo refiriendo, se debería generar una necesaria complementación con el aporte de los seguros de personas, desde los Microseguros, y las Insurtech para proveer seguros de salud, de vida y de retiro, ya ampliando la mirada a una cobertura de seguridad social.
En Uruguay viene trabajando en un verdadero ámbito de pluralidad la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS), procurando hacer un diagnóstico y recomendaciones para un sistema previsional acorde a los tiempos que nos impone el devenir del Siglo XXI, y son un verdadero ejemplo para toda la región. No son tiempos para sostener sólo monólogos de miradas dogmáticas, ni de diálogos que pretendan imponer el logos, sino de verdaderas conversaciones, (conversatio) en espacios de reunión, de escucha y convergencias entre lo diferente.
Quizás es el momento de recordar a un grande como Víctor Hugo (1802/1885) y: “convertir la idea en un torbellino”
En la novela de Paulo Coehlo, ante la pregunta: ¿qué es un alquimista? El protagonista responde, “un hombre que conoce la naturaleza y el mundo. Si el quisiera, destruiría este campamento sólo con la fuerza del viento”.
La fuerza del viento de tantos cambios en los que estamos inmersos, nos requiere agudizar el ingenio e innovar hoy en el campo previsional.
Ernesto R. Scardigno Coaching en Finanzas Personales
Asesoramiento en protección familiar y ahorro para retiro
Productor Asesor de Seguros Matriculado SSN
ICF Membership Miembro de AAPAS Magíster en Políticas Públicas