Existe un creciente escepticismo sobre las perspectivas de la economía europea y sus empresas, debido en gran medida a las tensiones comerciales; sin embargo, parte de esta falta de confianza está fuera de lugar, a juzgar por el papel que el consumidor europeo está jugando.
Si tenemos en cuenta el gasto de los hogares, en Europa supone en torno al 45-50%- dependiendo del país- aunque este peso es inferior al 70% que representa en el caso de la economía estadounidense. Aún así, sigue siendo una proporción muy importante y, por primera vez en una década, el consumidor europeo se encuentra en una situación mucho mejor.
Por otro lado, los salarios van en aumento en Europa. En mis más de 300 reuniones con compañías, he notado un importante cambio respecto a los salarios. Cuando hace dos años les preguntábamos por subidas salariales, en general estaban de acuerdo en que un 1-2% era la subida estándar. Ahora están hablando de un 3-4%. En áreas que requieren habilidades específicas, estos incrementos salariales son considerablemente superiores, en torno al 8-10%.
En conjunto, estamos viendo aumentos salariales mucho mejores en Europa. Además, parte de esta subida puede atribuirse a los aumentos del salario mínimo, como ha ocurrido en Reino Unido, donde el salario mínimo aumentó para los mayores de 25 años en un 4,9%, o en España donde se produjo una subida histórica de un 22%.
Mientras tanto, la inflación está teniendo un comportamiento relativamente bueno (la inflación anualizada en la zona euro era del 1,2% en mayo de 2019) lo que significa que los consumidores tienen más dinero en sus bolsillos.
Por primera vez en varios años, los gobiernos europeos están gastando un poco más. Este gasto representa entre el 40 y el 50% de la economía media europea, por lo que un impulso del 0,5%, por ejemplo, es un gran estímulo para la economía en su conjunto, que sólo está creciendo entre el 1 y el 1,5%. Esto podría ser muy importante en términos de aceleración de la demanda interna en Europa.
¿Por qué seguir apostando por los valores europeos?
Sin embargo, la desaceleración sigue siendo preocupante. Las tensiones comerciales continúan a pesar de la aparente tregua de los últimos días, y es que China sigue siendo el mercado de exportación más importante de Europa.
Además, muchas empresas industriales tienen que gastar más para aumentar la capacidad, reducida tras la crisis financiera, ya que la demanda se ha ido recuperando lentamente. Esto reduce sus márgenes de beneficio y es una de las razones por las que no vemos a las empresas cíclicas como un grupo particularmente atractivo en este momento.
Otra razón por la que este tipo de empresas no resultan atractivas puede deberse a que las valoraciones en esta parte del mercado se han recuperado en gran medida después de caer a finales del año pasado.
Un área que puede verse beneficiada es el de las finanzas. Los tipos de interés se mantienen en niveles muy bajos en Europa, y esto ha disuadido a los inversores; pero, no diría que los tipos de interés tienen que subir para que los bancos demuestren ser una inversión que valga la pena. En muchos países de Europa existen bancos bien gestionados y fuertemente capitalizados que ofrecen atractivas rentabilidades de dividendos.
De manera que, aunque Europa en su conjunto no esté bien vista por los inversores, desde Schroders, pensamos que la oportunidad reside en adoptar una postura contraria y buscar las partes del mercado que se han quedado atrás, pero en las que hay margen de mejora. Sin embargo, como siempre, es crucial ser selectivo y buscar los valores individuales con el perfil de riesgo-recompensa más atractivo.