Los inversores en los mercados financieros suelen comparar las valoraciones actuales con el valor histórico del índice de referencia. Pero los índices pueden evolucionar con el tiempo, un ejemplo de ello es el comportamiento del índice Bloomberg Barclays US Corporate Bond, en los últimos años. La calidad del crédito se ha erosionado, la duración se ha extendido y la liquidez es menos profunda para cada emisión individual de bonos.
Para tener en cuenta esta evolución, cuando se realiza una comparación del índice con los bonos del Tesoro estadounidenses, los inversores deberían considerar restar entre un 0,1% y un 0,15% al diferencial promedio de 1,5% que existe hoy en día para tener en cuenta la caída en el conjunto de la calidad crediticia, el riesgo de duración y la liquidez.
Para ilustrar el deterioro generalizado en la calidad del crédito en el mercado corporativo de la deuda estadounidense, hay que tener en consideración que el peso de la deuda con calificación BBB en el índice, o la parte del mercado corporativo de grado de inversión con menor calidad, ha incrementado de un 37% de media en los últimos 25 años a cerca de un 50% en la actualidad. Los diferenciales actuales del índice deberían reflejar el incremento del impacto de las acciones de menor calidad en la clase de activo.
Por el contrario, la ponderación en el índice de las emisiones con una calidad crediticia relativamente alta, entre AAA y AA, ha caído desde una media del 17% en conjunto en los últimos 25 años a solamente el 10% actual. Esto afecta al diferencial del índice de manera que cerca del 0,1% de este índice debería ser atribuido únicamente a la degradación de la calidad del crédito.
De forma similar, se debería realizar un ajuste por el riesgo de duración que tuviera en cuenta el incremento del plazo a vencimiento en esta clase de activo a lo largo del tiempo. Conforme los tipos de interés caían y las empresas emitían deuda con menores cupones y extendían el perfil de vencimiento de su deuda, la sensibilidad de los bonos a las tasas de interés tiene a incrementar. Y así lo ha hecho recientemente: en promedio, el índice tiene un 28% de exceso de duración sobre los 10 años comparado con el 16% que el índice tendía en los últimos 25 años.
Una duración de 10 años sugiere que un inversor perdería el 10% del valor de su inversión en el caso en el que las tasas de interés aumentaran de forma inmediata en un punto porcentual. Ese incremento en la sensibilidad en los tipos de interés requiere por lo general una compensación adicional, los bonos a mayor vencimiento suelen proporcionar por lo general un mayor diferencial de compensación que los bonos del Tesoro con una sensibilidad a los tipos de interés comparable. Este volumen de compensación incremental representa otro par de puntos básicos en el diferencial de la clase de activo.
Un examen en los efectos conjuntos de los cambios en la calidad y la sensibilidad a las tasas de interés del índice de referencia sugiere que los inversores deberían requerir un diferencial adicional entre un 0,1% y un 0,15% en diferenciales de compensación de la deuda en comparación con la historia para calibrar por la degradación de la calidad y la extensión de la duración.
Como resultado de las regulaciones impuestas tras la crisis financiera global, que ha hecho que los creadores de mercados se sientan menos inclinados a comprometer capital para facilitar el comercio con los clientes, la liquidez en todo el mercado de bonos ha disminuido, incluyendo la liquidez del crédito corporativo de grado de inversión. Esto conduce, en nuestra opinión, a unos diferenciales que garantizan una mayor prima de liquidez en comparación con el pasado. Sin embargo, mientras la liquidez en las emisiones individuales ha disminuido en los últimos años, se ha incrementado en los ETFs y en otros vehículos de inversión que proporcionan una amplia exposición a la clase de activo. En general, los inversores deberían tener en cuenta esta “transferencia de la liquidez” en la clase de activo y considerar cómo van a obtener la liquidez en el futuro.
En general, los inversores deben exigir un incremento entre un 0,1% y un 0,15% de compensación en la deuda corporativa de de grado de inversión en comparación con el diferencial demandado en promedio por la generación anterior, dado el deterioro de la calidad de crédito, la extensión en la duración y los desafíos de liquidez. Los compradores de bonos no deberían solo saber que es lo poseen en cartera desde una perspectiva fundamental, sino que también deben ser compensados adecuadamente por los riesgos que toman en un mercado que es muy diferente de lo que sugieren los índices de referencia históricos.
Columna de Sean A. Cameron, analista de research y estratega de inversión para soluciones de renta fija en MFS Investment Management