Al comenzar 2016, hubo claramente preocupaciones legítimas sobre la sostenibilidad de la recuperación. Esto se debió a una contracción en la actividad manufacturera de Estados Unidos, lo que, a su vez, hizo que el crecimiento de Estados Unidos decepcionara en un contexto de continua debilidad en el mundo desarrollado.
Sin embargo, algunos indicios habían comenzado ya a surgir indicando que quizás no todo era fatalidad y pesimismo. En el último trimestre de 2015, los precios de las materias primas industriales comenzaron a recuperarse desde sus niveles mínimos. La debilidad persistente de los precios del petróleo tendió a oscurecer un rebote general de las materias primas, pero este fue un indicador muy rezagado. La demanda de petróleo se mantuvo sólida y los precios finalmente se recuperaron convincentemente.
La agresiva relajación monetaria y fiscal en China comenzó a dar sus frutos, deteniendo la desaceleración del crecimiento en esa economía clave. Los recientes datos en Estados Unidos apuntan a un crecimiento moderado, mientras que podemos calificar las condiciones económicas tanto en Europa como en Japón de resistentes.
Quedan obstáculos
¿Frustrarán de nuevo las fuerzas del estancamiento un repunte significativo en el crecimiento global? Ciertamente, los vientos en contra aún persisten. Los niveles de deuda y capacidad siguen siendo incómodamente altos, la demanda final es anémica y es probable que perduren los factores que causan un crecimiento inusualmente débil de la productividad.
Sin embargo, la relajación de las condiciones financieras en todo el mundo desarrollado, que comenzó a principios de 2016, está comenzando a fomentar un cambio en las tasas de crecimiento. Esto tiene potencial para desencadenar el primer repunte sincronizado en el crecimiento mundial desde la recuperación de 2010. Aunque es extremadamente improbable que cualquier recuperación del crecimiento coincida con el nivel de la que comenzó en 2000, representaría un importante cambio en la dirección.
Desde Investec, hay una probabilidad creciente de que la mejora de las métricas de crédito, las cifras constantes de gasto de los consumidores y una mejora esperada en el gasto de capital (aunque fuera baja), puedan producir un período de alivio del estancamiento económico global a más largo plazo.
Por supuesto, una evolución de este tipo estaría supeditada a la evolución de la economía china y, a pesar de los problemas estructurales a largo plazo, esperamos que el impacto de la política monetaria fiscal y expansionista estabilice el crecimiento por más tiempo de lo que prevé ahora mismo el consenso.
Otros mercados emergentes clave, como Brasil, continúan revertiendo los indicios previos de recesión, mientras que los países orientados a las reformas, como India e Indonesia, también están bien posicionados para mantener sus tasas de crecimiento en el próximo año.
Philip Saunders es co-responsable de Multi Asset Growth de Investec.