A medida que nos adentramos en el verano, los bancos centrales siguen obsesionados con la inflación, como lo demuestran el Banco Central Europeo, el Banco de la Reserva de Australia y el Banco de Canadá, que subieron los tipos otros 25 puntos básicos en junio.
Sin embargo, el ritmo de subidas de tipos se está ralentizando y parece menos probable que se produzca una recesión dura en los principales mercados, lo que da margen a la esperanza.
La situación en EE.UU. parece un poco más halagüeña de lo que se preveía a principios de año: la Reserva Federal demostró su intención de «quedarse quieta» por ahora al pausar las subidas de los tipos de interés y, actualmente, los datos económicos no apuntan de forma abrumadora a una recesión. Sin embargo, hay indicios de que no se descartan futuras subidas.
Los inversores en renta fija siguen viendo rendimientos históricamente altos en todo el mercado de bonos. Incluso si la pausa de la Reserva Federal supone una caída de los rendimientos y se rompe a la baja la horquilla que ha estado vigente en los rendimientos del Tesoro a 10 años (del 3,25% al 4% desde el pasado noviembre), la rentabilidad total de los bonos debería seguir siendo atractiva.
Con los nubarrones amenazando con tapar la luz del sol, ¿dónde podrían buscar los inversores oportunidades dentro de sus carteras de renta fija?
El crédito sigue siendo el ‘niño de oro’ de 2023
El mercado estadounidense de grado de inversión ha experimentado fuertes rendimientos, lo que ha contribuido a revertir las rentabilidades negativas de 2022 con algunas cifras positivas este año, ya que los ingresos han tomado el relevo. Los fundamentos de las empresas siguen siendo sólidos: el fuerte crecimiento de los beneficios nominales ha permitido reducir el apalancamiento y los prestatarios han podido captar fondos en el mercado de bonos en los últimos meses, lo que les ha permitido acumular reservas de efectivo en caso de que el crecimiento se debilite notablemente.
La forma en que las empresas europeas harán frente a un entorno de costes de financiación más elevados está siendo objeto de un mayor escrutinio. A pesar de esta preocupación, los fundamentales también siguen siendo positivos: los beneficios trimestrales del cuarto trimestre del año pasado fueron positivos y los del primer trimestre de 2023 han sorprendido al mercado al alza. En este contexto, vemos oportunidades en la deuda subordinada de determinados emisores con grado de inversión.
High yield: Oportunidades, pero los inversores deben saber qué buscar
Las valoraciones del high yield europeo son actualmente atractivas, con rendimientos cercanos a sus niveles más altos en más de 10 años, niveles que históricamente se han asociado a rentabilidades posteriores positivas. El high yield europeo sigue ofreciendo a los inversores un aumento de la rentabilidad de unos 350 puntos básicos con respecto al mercado de grado de inversión, lo que creemos que ayuda a compensar el riesgo crediticio adicional, especialmente si se tiene en cuenta que la clase de activos tiene ahora una calificación predominantemente BB.
La preocupación por la recesión hace que los sectores que más se han dispersado (es decir, que han creado ganadores y perdedores) hayan sido los más afectados por la sensibilidad al impago, como media, el comercio minorista y las telecomunicaciones. En este entorno, seguimos favoreciendo los créditos defensivos en sectores como Bienes de Equipo y Sanidad.
En EE.UU., la tasa de impago ha seguido siendo un foco de atención para los inversores, dada la expectativa de que aumente a medida que se debilite la economía. Esperamos que el aumento se sitúe en niveles manejables del 3%-4%, en parte porque sólo el 30% de las empresas tiene préstamos y la mayoría de las compañías pueden permitirse tipos de interés más altos. Sin embargo, como se vio en mayo, con dos impagos de bonos de alto rendimiento y dificultades en las plataformas, el análisis activo de nombres individuales será importante para evaluar las oportunidades en todos los mercados de alto rendimiento.
Puede que no sea el momento de descartar los bonos ligados a la inflación
Aunque las encuestas sugieren que la inflación y las expectativas de inflación pueden haber tocado techo, los precios de los servicios y los salarios siguen siendo fuertes, lo que refuerza nuestra opinión de que la inflación, y en particular la inflación subyacente, puede seguir siendo rígida en un futuro próximo. Dado que los mercados han descartado los recortes de tipos para 2023, nos parece interesante que las tasas de inflación implícitas se mantengan prácticamente sin cambios y se sitúen cerca de los objetivos de los bancos centrales.
Creemos que los rendimientos reales, que están cerca de los niveles más altos del ciclo, son atractivos, ya que los bonos ligados a la inflación ofrecen tanto duración como exposición a la inflación.
Deuda de mercados emergentes: crecimiento y oportunidades para los inversores de mayor riesgo
Para los inversores con un mayor apetito por el riesgo, la deuda de mercados emergentes (EMD) ofrece actualmente una alternativa interesante a los bonos de mercados desarrollados. Los balances soberanos de los mercados emergentes siguen siendo más sólidos que los del G7 y el déficit presupuestario global de los emergentes casi volverá a los niveles anteriores a la crisis del Covid-19 en 2023, lo que supone un avance más rápido en la consolidación fiscal que en el G7.
Entre las tendencias que ofrecen oportunidades a los inversores cabe citar el ‘near-shoring’, o ‘friend-shoring’, que favorece a determinados mercados emergentes situados en la periferia de EE.UU. o de la zona del euro, en lugar de la desglobalización y la deslocalización hacia los mercados desarrollados.
En términos más generales, merece la pena tener en cuenta que el entorno de bajo crecimiento mundial ha sido históricamente positivo para los rendimientos de la renta fija, en particular para los activos de riesgo como el alto rendimiento, donde todavía se ofrecen altos niveles de carry. Incluso para los inversores prudentes, esta situación debería ofrecer oportunidades en estrategias como la corta duración y el crédito con grado de inversión.
Tribuna elaborada por Marion Le Morhedec, Global Head of Fixed-Income at AXA IM.