En el día de ayer (miércoles 18 de septiembre), y por primera vez desde 2020, la Reserva Federal de los Estados Unidos redujo su tasa de interés de referencia. Esto no fue una novedad. Por el contrario, el propio presidente de la entidad, Jerome Powell, ya lo había dejado trascender en la reunión de banqueros centrales de Jackson Hole en agosto último.
Mismo para el mercado tampoco fue algo sorpresivo. La curva de los bonos del Tesoro estadounidense tenía implícito en sus rendimiento el pivot de la política monetaria de la Fed. Incluso el equity, reflejado en los máximos recientes de los índices, también anticiparon la movida.
Y entonces, si no fue una cuestión de dirección de la política, ¿qué fue lo novedoso de ayer? La magnitud.
Ocho de cada diez analistas de Wall Street señalaban que el recorte de tasas de interés se situaría en 25 puntos básicos. O en términos simples, la tasa de interés de referencia se bajaría en un 0,25% al rango de 5,25% / 5,00%. Sin embargo, no ocurrió. El recorte fue de 50 puntos básicos. Y así como la historia muestra que «el mercado siempre mata consensos», esta vez fue Powell y su equipo los encargados de llevar sobre sus espaldas ese mote.
La respuesta de Powell ante la pregunta de por qué la agresividad del recorte fue que «no estamos dispuestos a correr detrás de los acontecimientos».
Desde el punto de vista de la consistencia macroeconómica de la entidad, la decisión se justifica en su proyección de mayor tasa de desempleo para fin de año y de una menor inflación esperada. Para el primer caso la estimación para fin de año pasó del 4,2% al 4,4%. Para el tema inflacionario, el «PCE Inflation» se estima ahora en 2,6% contra el 2,8% previo.
Hasta acá, no parecería existir razones para preocuparse. Sin embargo, el mercado no dice lo mismo, ¿o sí?
Tras la decisión de la Fed, primó la volatilidad y los índices pasaron del verde al rojo. Es cierto, a esta hora los futuros de acciones apuntan a una fuerte recuperación, el mercado está inquieto. ¿Acaso la Fed sabe algo que los mercados ignoran a esta altura?
Mirando los indicadores económicos y las métricas que anticipan el nivel de actividad, no hay alertas evidentes más allá de un leve deterioro marginal en el mercado laboral y en el sector manufacturero. De nuevo, nada alarmante.
Ergo, para los amantes de la historia y con intereses en juego, los acontecimientos pueden no ser iguales, aunque tienen cierta «rima»:
A mi entender, el movimiento agresivo de la Fed (inesperado para mí), tiene que ver con dos cuestiones:
- La entidad no quiere «interferir» en el proceso de elecciones presidenciales con ajustes de política monetaria, sacando cualquier tipo de ruido entre la economía y la política.
- Jerome Powell y su equipo quieren evitar que el mercado le esté marcando permanentemente el pulso de los ajustes futuros con la histeria de la volatilidad y el extremismo con el que se maneja todo en los tiempos actuales.
Si esto es finalmente así, el inversor debe focalizarse en el bosque y no en el árbol. La mirada macro global del pivot en la política monetaria debe traer de mediano plazo un buen playoff riesgo-retorno para activos emergentes, deudas corporativas de mayor duration y equity sectorial táctico buscando valor por encima de los índices en general.
El tiempo permitirá desasnar si efectivamente la Fed sabía algo que el mundo inversor ignoraba o no o si simplemente esta vez la historia no fue un leading indicator para los que viviremos en los próximos meses.