El ejecutivo entrante recibirá el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), adopción del modelo chileno, con pendientes inaplazables. Hay uno vital: que los afiliados, al jubilarse, reciban pensiones dignas. El sistema en Chile se aceptó por la expectativa de pensión (Tasa de Reemplazo, –TR–), de 80% sobre el último salario. La realidad de 50% provocó revuelos. Y eso que estipula contribuciones (TC) obligatorias netas de 10% del salario individual. En México, con aportaciones netas de 5,5% se prevé TR de 26% a 27%. Sopésese con ejemplos la urgencia de modificación:
Suposición de último salario $40.000 $30.000 $20.000
Pensión esperada (TR 26%) 10.400 7.800 5.200
Nadie sufragará su vejez con tales retribuciones. Para potenciar la TR esperada lo primero es subir la TC. La nuestra es la menor de los países de la OCDE (17,6% en promedio) y la segunda más baja de LatAm. En Uruguay, Colombia, Ecuador y Paraguay, va de 15% a 23%.
Si en Chile la TC neta de 10% produjo TR de 50%, y por eso la propuesta de subirla a 12% para que la pensión llegara, ahora sí, a 80%, la de SAR habría de ser de 13% para aspirar a TR de 70% a 80%. Habría que aumentar a los empleados, que aportan 1,125%, la décima parte de la contribución promedio (10,57%) de los trabajadores del sur:
¿Es factible que los mexicanos contribuyan con 7,625%? Sí. Con la fórmula de TC bruta de 13% quedarían incluso 2,95% abajo de la media referida:
¿Y el ahorro voluntario? Cifras de Consar muestran aceleración en números absolutos, a 62.315 millones a abril de 2018. La media es poco más de mil pesos por cuenta, irrelevante en términos de TR. No todos ahorran y quienes pueden lo hacen en distintas proporciones. Será un complemento valioso a la pensión de muchos, mas no solución generalizada.
Mínimos exigibles y altas proporciones de renta variable y valores extranjeros influyen en TR
La meta de TR en Chile se incumplió no obstante el régimen de inversión amplio, de máximos elevados y mínimos forzosos. Las administradoras (AFP) aprovechan el régimen casi a tope, con aplicación diferenciada en los cinco fondos (del más riesgoso, “A”, al más conservador, “E”). El SAR no puede propulsar su TR esperada con régimen de máximos opcionales, sin mínimos forzosos, subutilización de parámetros y sin diferencias relevantes entre las carteras de Siefores Básicas (SB) 4, 3 y 2. Véase que, en el sistema chileno,
- Los máximos de renta variable (RV) duplican los de SAR
- Sus mínimos son casi tan altos como los máximos de México
- Sus pisos de valores extranjeros (VE) duplican los máximos de SAR
- Los fondos “A”, “B” podrían conformarse prácticamente con puros VE
- Los fondos menos riesgosos no pasan de un tercio de deuda gubernamental, aun en casos de gran volatilidad o filosofía conservadora; las SB más riesgosas podrían integrarse solo con gubernamentales incluso en épocas prósperas.
Medio punto de rendimiento adicional al año repercute a la larga en crecimiento exponencial del ahorro y TR. Para encauzar a las Afore a impulsar el retorno, habría de incrementarse la proporción permitida de RV y VE, y fijar mínimos. Cada trabajador decidiría al elegir Afore, el grado de riesgo acorde a su perfil.
Desempleo, salarios bajos, esperanza de vida y otras complicaciones
Es preciso atender aspectos consecuentes y otros más:
- Aumento de TC ayudaría solo a cotizantes nuevos o de poco recorrido laboral. Habría que elevar a 10% o más, según los años cotizados, la de afiliados con trayectoria extensa, para evitar que su TR esperada aumente menos. A más historial, mayor TC
- Las proyecciones asumen que nadie pasa períodos sin empleo y que todos tendrán trabajo hasta el retiro. Las lagunas laborales son y serán realidad, y reducen todavía más la expectativa de pensión
- Los ingresos medios y bajos de la mayoría de empleados perfilan TR ínfima, que agravaría distorsiones sociales. Cabría evocarse la idea alusiva de la reforma chilena de 2017: un pilar de ahorro colectivo para ceder el 2% del salario a los de ingresos más bajos y las mujeres
- Se estima que el ahorro se agotaría alrededor de la edad de 80. Los jubilados deberán evitar gastar el total de su pensión precaria, y ahorrar para sostenerse por si llegan a octogenarios.
- ¿Retrasar la edad de retiro? Se ha insinuado como solución. Es incierto. La presión que quitaría se revertiría de otra forma, antes del retiro. Nada asegura que se seguirá con empleo hasta la jubilación. Posibilitaría más lagunas laborales y obstruiría la consecución de las semanas necesarias.
Los trabajadores también tienen pendientes
Las adecuaciones y reformas al SAR son improrrogables. La llegada de la izquierda al gobierno pudiera favorecer. El riesgo sería que las reformas no fueran suficientes o las necesarias.
Sí: también los afiliados tienen responsabilidad de cambio: menos gastos innecesarios y placeres inmediatos a costa de necesidades futuras, ahorro habitual, planeación de vida, matrimonio y familia según capacidades y no acorde al dogma. Y no olvidar registrarse, claro.