Tener la libertad de asignar entre distintas áreas de renta fija permite aprovechar al máximo la diversidad que existe dentro de esta clase de activos. Se puede presuponer que un índice de referencia como el Bloomberg Barclays Global Aggregate Index, que invierte en distintos tipos de renta fija de diversas partes del mundo, ofrece un alto grado de diversificación, ya que es cierto que alberga numerosas participaciones (más de 21.000 a fecha de 28 de febrero de 2018).
Sin embargo, los números por sí mismos no son necesariamente sinónimos de diversificación. Existen diversos problemas que comparten los índices de renta fija. El primero es que presentan un sesgo hacia el emisor, y no hacia el inversor. Normalmente, cuanto mayor es el emisor, mayor es el porcentaje que representa en el índice.
Los fondos indexados pasivos, o los inversores orientados a índices de referencia que no desean arriesgar con un error de seguimiento demasiado alto, se ven obligados a mantener cierta exposición a estos grandes prestatarios con independencia de si invertir en ellos o en una emisión de bonos resulta atractivo desde la óptica de los fundamentales.
En segundo lugar, los índices de renta fija se enfrentan a la alteración en la composición que refleja el pasado, en vez de fijarse en lo que resulta necesariamente relevante para el futuro. Por ejemplo, la deuda pública y otros valores del Estado actualmente comprenden más del 60% del Bloomberg Barclays Global Aggregate Index, como muestra el gráfico.
En consecuencia, este índice de bonos, que es objeto de un amplio seguimiento, presenta una altísima correlación con los bonos del Estado, lo cual podría ser útil si solo se pretende diversificar el riesgo asociado a la renta variable; no obstante, esto implica que la exposición de los inversores a otras áreas de renta fija es inferior de lo que cabría desear.
Por otro lado, al representar los mercados desarrollados un gran porcentaje de este índice y haber alcanzado la deuda pública de esta región rentabilidades mínimas históricas en los últimos años, los inversores se exponen a un alto grado de riesgo de duración (sensibilidad a variaciones de los tipos de interés).
Esto podría resultar perjudicial para los rendimientos en un entorno en que EE.UU, el mayor componente del Bloomberg Barclays Global Aggregate Index, discurre en una clara trayectoria de endurecimiento monetario a la vez que el mercado prevé nuevas subidas de tipos de interés en el transcurso de este año.
Subclases de activos
Afortunadamente, la renta fija no es una clase de activos homogénea. Los distintos segmentos que la componen se comportan de distinto modo, lo cual puede ser valioso para los inversores activos que carecen de restricciones y tienen la libertad de asignar selectivamente entre distintas áreas del mercado y títulos específicos.
En épocas de contracción económica, los bonos del Estado suelen generar buenos rendimientos, mientras que los bonos «high yield» más sensibles a la solvencia del emisor suelen generar mejores resultados cuando las economías están en fase de recuperación o expansión y el deseo de asumir riesgo es mayor.
Los bonos con vencimiento más lejano permiten a los inversores asegurar los beneficios en tipos cuando temen que las rentabilidades puedan bajar, aunque los inversores preocupados por posibles subidas de tipos podrían pensar en contratar bonos con cupón flotante y bonos vinculados a índices donde los rendimientos aumentan al subir los tipos de interés. El gráfico muestra la dispersión de los rendimientos en distintas áreas de renta fija durante los últimos 10 años.
Andrew Mulliner es portfolio manager en el equipo de renta fija de Janus Henderson Investors.