El mercado brasileño ya ha cotizado en gran medida la victoria de Jair Bolsonaro (PSL), con los inversores posicionándose a favor de este escenario. Desde finales de agosto, el real brasileño ha sido la moneda emergente que mejor desempeño ha tenido frente al dólar, apreciándose un 10%.
En cambio, otras monedas emergentes permanecieron sin cambios frente al billete verde. Los tipos brasileños también integraron parcialmente una victoria del candidato del PSL, al revisar las expectativas a la baja de un aumento de los tipos de 40 puntos básicos en los próximos tres meses contra 100 pb, a finales de agosto. Finalmente, la prima de riesgo de la deuda brasileña en dólares a 10 años cayó 98 puntos básicos, de 329 puntos básicos a 231 puntos básicos –según Bloomberg–.
Las propuestas económicas del candidato Bolsonaro, impulsadas por su asesor económico Paulo Guesdes, tienen una orientación claramente liberal. Favorecen, en particular, una desconexión del estado en las empresas estatales que reduciría la deuda pública, el establecimiento de un plan de pensiones paralelo por capitalización e impuestos más bajos.
Las propuestas del candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad son mucho menos liberales. Favorecen la suspensión de la política de privatización de empresas estratégicas para el desarrollo nacional y se oponen a la reforma del código laboral, aprobada en 2017, que tenía como objetivo fortalecer la competitividad de las empresas y limitar los gastos presupuestarios. Haddad, sin embargo, es percibido como económicamente más centrista que su partido. Si Bolsonaro gana, el sector privado se beneficiaría de una mayor apertura a la competencia, particularmente en el sector energético.
Más allá de Brasil, se espera que las consecuencias de estas elecciones en los mercados emergentes sean débiles. De hecho, aunque desde principios de septiembre las perspectivas de una victoria de J. Bolsonaro tuvieron un impacto positivo en los activos brasileños (la bolsa, los tipos locales, la divisa y la deuda externa), no ha sido el caso de otros mercados emergentes. Los países con mayor probabilidad de verse afectados por la salud económica brasileña serían los miembros del Mercado Común de América del Sur (MERCOSUR), Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay, que tienen entre sus principales clientes a Brasil.
De cara a la segunda ronda de las elecciones, que tendrá lugar el 28 de octubre, Bolsonaro se perfila como el gran favorito. El margen de votos, a favor de la izquierda, parece bastante limitado para el candidato del Partido de los Trabajadores, con los partidarios de los otros candidatos de izquierda (PDT y PSOL) representando el 13,1% de los votos de la primera ronda. De hecho, el candidato del PT debe cambiar su estrategia para captar los votos del centro. Se ha quedado muy atrás frente a Bolsonaro. La primera encuesta entre las dos vueltas electorales le dio al candidato Bolsonaro una ventaja de 16 puntos, con el 58% de los votos, frente al 42% para Haddad (Fuente: Datafolha).
Sin embargo, aunque en el parlamento el partido de Bolsonaro hizo un gran avance en ambas cámaras (con 52 diputados en el Congreso y 4 escaños en el Senado, donde no tenía representación hasta ahora). Las 2 cámaras han quedado muy fragmentadas (30 partidos en el Congreso y 21 en el Senado), y cualquiera que sea el candidato victorioso, tendrá que tratar con muchos partidos para formar una mayoría. Por lo tanto, no es seguro que ninguno de los candidatos pueda llevar a cabo las medidas necesarias, incluida la reforma de pensiones que lleva en espera más de dos años.
Tribuna de Gaël Binot, gestor de Mercados Emergentes de La Française AM.