El mercado de renta variable japonesa entró en el año con fuerza. El Nikkei subió un 3,3% en su primer día de cotización, lo que supone el mejor arranque desde 1996. Sin embargo, el optimismo inicial de los inversores se vio truncado enseguida.
El mercado marcó su cota máxima el 23 de enero antes de desplomarse. Siguió tendiendo a la baja en marzo, y una combinación de incertidumbre geopolítica y preocupación por las previsiones para todo el año sembró el nerviosismo entre los inversores. Los mercados se recuperaron en mayo, pero volvieron a caer en junio, en un fiel reflejo de los problemas geopolíticos, que en un principio se moderaron y luego empeoraron.
Los beneficios de las compañías fueron increíblemente robustos en 2017, y en Columbia Threadneedle nos mostramos optimistas de cara a 2018. No obstante, cabe la posibilidad de que el crecimiento de los beneficios pierda fuelle en términos interanuales y es poco probable que en 2018 se alcancen los niveles observados el año pasado. Además, los temores sobre la incidencia de una guerra comercial podrían hacer mella en el crecimiento. Sin embargo, sigue siendo probable que asistamos a un crecimiento sólido.
El yen japonés se apreció durante la primera parte del año, lo que hizo temer que las compañías anticiparan un crecimiento de los beneficios anuales más débil para marzo de 2019. Así fue y el conjunto de las compañías anunció previsiones de beneficios ligeramente más reducidas. De todos modos, creemos que estas cifras son muy conservadoras y que podría obtenerse un crecimiento de los beneficios de entre el 5% y el 9%.
La economía nipona se contrajo en el primer trimestre tras ocho trimestres consecutivos de avance. Esto se debió en parte a la reducción de inventarios. Sin embargo, esperamos que la economía mantendrá su trayectoria de crecimiento ascendente y, de hecho, creemos que el ciclo deflacionista puede estar tocando a su fin.
El hecho de que los salarios, que llevan estancados en Japón desde hace mucho tiempo, estén creciendo a su ritmo más rápido de los 20 últimos años constituye un factor importante. El desempleo se encuentra en su nivel más bajo de varias décadas y las compañías tienen que esforzarse más para retener al personal, lo que provoca aumentos salariales. El Gobierno japonés está incentivando a las compañías para que contraten empleados a jornada completa en lugar de a media jornada, o para que hagan extensivos los beneficios del personal a jornada completa a los empleados a media jornada, lo que también está impulsando los salarios. Esto podría reforzar el consumo. Al mismo tiempo, la tensión del mercado laboral está alentando a las compañías a invertir en productividad y eficiencia, lo que debería contribuir a mejorar la rentabilidad sobre el capital.
¿Qué se esperaba y qué ha resultado sorprendente en estos seis primeros meses?
En Columbia Threadneedle pronosticamos que tanto la economía mundial como la japonesa gozarían de buena salud, y acertamos. Esperábamos que las compañías niponas publicaran sus previsiones de crecimiento típicamente conservadoras, y así fue. Y anticipábamos que las compañías superarían sus previsiones.
La principal sorpresa provino de la gravedad de las renovadas tensiones geopolíticas. A nuestro juicio, una desaceleración de la economía mundial supone el principal riesgo para el mercado nipón, que suele contar con un apalancamiento operativo elevado en comparación con la economía mundial. Esta intensificación de las tensiones geopolíticas y, en especial, la amenaza de una guerra comercial generó temores respecto de las perspectivas de crecimiento mundial y provocaron retrocesos en las cotizaciones.
¿Qué prevé que sucederá en su clase de activos en los seis próximos meses?
Creemos que las condiciones económicas, tanto en Japón como a escala mundial, seguirán siendo saludables. No obstante, es poco probable que el crecimiento de 2018 supere los excelentes resultados del año pasado.
En el plano político, el primer ministro Shinzo Abe ha capeado las dificultades derivadas del escándalo de corrupción de Moritomo, si bien su popularidad se ha visto empañada. Aunque el escándalo ha tenido réplicas, Abe no ha aparecido relacionado directamente en ningún momento y su popularidad tiende al alza. Esperamos que, en las elecciones por el liderazgo del Partido Liberal Demócrata, previstas para antes de que finalice septiembre de 2018, resulte reelegido. No hay ningún candidato capaz de unir a las diferentes facciones del partido con tanto tino como Abe.
Parece que la incertidumbre política persistirá. Las elecciones de mitad de mandato previstas para noviembre en Estados Unidos acarrearán fricciones políticas, mientras que la intensidad de la guerra comercial en la que se ha embarcado el país contra China no muestra indicios de rebajarse. Si bien los acontecimientos macroeconómicos son imposibles de prever, la incertidumbre a menudo crea oportunidades de compra, puesto que incluso las compañías robustas suelen estar infravaloradas.
Puesto que somos inversores activos ascendentes, seleccionamos compañías que, en nuestra opinión, presentan unas perspectivas interesantes a largo plazo. Prácticamente en todos los casos en los que se ha observado incertidumbre macroeconómica con el paso de los años, hemos identificado una gran abundancia de oportunidades para comprar. Es probable que las compañías bien gestionadas de determinados sectores sigan prosperando. Por ejemplo, contamos con una participación en Matsumoto Kiyoshi, una cadena farmacéutica. Creemos que el sector de las farmacias es un segmento de distribución minorista con posibilidades de crecimiento. El envejecimiento de la población nipona está generando una mayor demanda de farmacias. Además, los consumidores japoneses cada vez compran más artículos de supermercado en las farmacias. Las valoraciones de la compañía nos parecen atractivas, su gestión es cada vez mejor y ofrece un buen potencial de crecimiento.
Pese a la incertidumbre macroeconómica, prevemos que los mercados japoneses subirán gracias al sólido crecimiento de los beneficios y a unas valoraciones interesantes.
¿Cuáles serán las oportunidades y las dificultades principales para los inversores durante el segundo semestre de este año?
La economía japonesa ofrece numerosas razones para el optimismo, tanto en el segundo semestre del año como de medio a largo plazo. Los responsables de las políticas económicas de Japón mantienen el compromiso de fortalecer la economía empleando una combinación de estímulos fiscales y monetarios.
Los beneficios de las compañías niponas también deberían mantenerse firmes. Son muchas las compañías que ofrecen productos fantásticos y un servicio excelente en Japón, pero históricamente han carecido de algo de suma importancia: el énfasis en generar valor para los inversores. El Gobierno japonés está incentivando a las compañías a mejorar su gobierno corporativo. En 2014, la Agencia de Servicios Financieros de Japón publicó el “Código de Administración” (Stewardship Code), seguido de cerca por el “Código de gobierno corporativo de la bolsa de Tokio” publicado en 2015; ambos documentos alentaban a las compañías a mejorar su rentabilidad sobre los recursos propios. La falta de mano de obra también está impulsando a las compañías a privilegiar la productividad y la eficiencia.
Gracias a ello, la rentabilidad de los recursos propios está mejorando. Se trata de un avance realmente estimulante: si compañías que ya proporcionan productos fabulosos se centran además en la rentabilidad y en la eficiencia del capital, ofrecerán excelentes oportunidades de inversión.
Columna de Alex Lee, gestor de renta variable japonesa en Columbia Threadneedle Investments.