Este verano corto, raro y atípico ha llegado a su fin y la vuelta al cole esta vez parece que se ha adelantado, no vaya a adelantarse también la vuelta a casa. Estamos por lo tanto en medio de una incertidumbre constante ya sea en la vida real ya sea en nuestra “vida financiera”. En este espacio que nos brinda Futuro a Fondo se quiere acercar a los inversores reales el mercado financiero y que se familiarice con él y los instrumentos a su alcance y potenciar con ello la tan necesaria educación financiera. Como una primera aproximación en el inicio de este nuevo curso veremos en que entorno nos encontramos y a qué nos enfrentamos.
Qué panorama se ha tenido en este verano
El distanciamiento entre la economía real y financiera parece ser cada vez más amplio. En el escenario que se plantea de cara al otoño, ya la recuperación que se esperaba no va a ser en forma de V, ahora es en K, es decir, va a ser desigual según los sectores de la economía… elige la letra que más te guste. Lo cierto es que, parafraseando a Sócrates: “Sólo sé que no sé nada”, o eso es lo que proyectan los datos conocidos.
En cuanto a los datos macroeconómicos parece que la economía estadounidense no va del todo mal a juzgar por los PMIs (índices de sectores manufactureros que se consideran como índices adelantados que dan pistas de cómo irá la economía del país), no ocurriendo lo mismo con la europea que a duras penas mantiene las perspectivas de una recuperación. Los países emergentes, están ayudados por un dólar débil, de momento, pero en esta crisis no es un área que vaya a aportar positivamente al crecimiento.
El impulso en los mercados financieros se sustenta aún por las medidas de política económica tomadas por las autoridades económicas, tanto monetarias como de política fiscal.
En este sentido, la cita del verano se tenía con la política monetaria y con los bancos centrales, en la reunión del Jackson Hole. En la misma, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, modificó o flexibilizó el objetivo de inflación para la economía estadounidense y estará en torno al 2%, monitorizando el objetivo de empleo.
Mi impresión: Powell es seguidor de Sócrates. En mi opinión, el mensaje que dio es que las medidas implementadas de reducción de tipos de interés, lejos de crear empleo, no están funcionando en la demanda ni en la oferta agregada temiendo por una estangflación (subida de precios sin crecimiento económico).
Y mientras en los mercados financieros, alegría, subiendo, pero el estadounidense, claro. No se caiga en la confusión que abocan los medios de comunicación de que se están llegando a máximos históricos en la bolsa como una generalidad. En nuestro cercano Ibex las pérdidas son del 27%. De doble dígito también son las pérdidas que registran los índices francés o italiano, el alemán es el único que se libra del doble dígito perdiendo tan sólo un 2,29%, todo ello a cierre de agosto.
Así, en la parte micro, la continuidad de un comportamiento positivo es dudosa, ya que se tienen unos beneficios empresariales que después del “batir” las expectativas del segundo trimestre, queda poco margen para la mejora. Además, hay que señalar que las mejoras en los índices han venido de la mano de muy pocas empresas tecnológicas cuyo peso en los índices se está incrementando.
Así el panorama que se nos ha presentado es el siguiente:
Los PMIs, indicadores adelantados de actividad, se han situado por encima de 50, lo que indica expansión, y las recuperaciones de los beneficios empresariales han sido muy rápidas, o mejor de lo esperado por los analistas.
Hasta aquí se puede decir que es la parte racional o fundamental del mercado, pero en el mercado también priman los sentimientos, la parte irracional del mercado es el sentimiento inversor. Actualmente, esta última parte creo que es la que está dominando en el mercado.
Respecto al sentimiento inversor, hay una cierta indecisión en este verano reflejada en la recogida de beneficios en las últimas jornadas de julio y agosto. El indicador de sentimiento de mercado de los inversores estadounidenses, AAII, muestra una división en tercios, el sentimiento comprador, vendedor y neutral.
Otras encuestas muestran que el inversor minoritario ha empezado a entrar en mercado, indicador que algunas casas (Goldman) toman como indicio para salirse de mercado. Por otra parte, se tiene una volatilidad elevada para la recuperación desde mínimos que han experimentado los índices.
Con lo cual, ¿qué escenario se nos plantea en la vuelta al cole?
Lo calificaría de inestable. La recuperación económica pende de un hilo ya que está muy condicionada a su vez a la geopolítica. La política monetaria no es suficiente, la política fiscal tiene que entrar más en el juego y las políticas estructurales de ayuda al tejido empresarial que es el que crea empleo, la gran preocupación para las economías y para que se active de alguna manera el consumo.
En este sentido, ya se han anticipado nuevas partidas de política fiscal tanto en Alemania como en Francia. La duda que queda es que se apruebe la extensión de ayudas fiscales en Estados Unidos, lo que ha incorporado inestabilidad al mercado, unido a su conflicto comercial con China y al evento electoral de noviembre.
Por el lado micro, las revisiones al alza de beneficios por acción ya son menores. Visto las previsiones demasiado pesimistas del segundo trimestre, las revisiones a la baja se moderarán, pero no serán al alza sino que se estabilizarán. Tampoco se han dado previsiones anuales por parte de las compañías ya que se está muy condicionado con la evolución de la pandemia y rebrotes que permitan o no reactivar el tejido empresarial.
El sentimiento comprador que se había acentuado en las últimas semanas de agosto se ha retraído en el comienzo de septiembre. Este sentimiento encuentra reflejo en la volatilidad del mercado, el VIX del S&P sigue en niveles altos pese a la recuperación que se ha producido en los índices, que han llegado a niveles previos a la pandemia, con lo que tendría, teóricamente, que estar en torno a 15 cuando está en 32.
Todo ello muestra la inestabilidad comentada al inicio y el argumento de que hay que estar vigilantes en el mercado y alejarnos de la euforia. Se cree que el mercado tiene que coger aire y vendrán caídas principalmente en los sectores que han tenido mayor revalorización como son los de tecnología y farmacia.
En este sentido, se puede producir una cierta rotación sectorial, no de salida total del sector de tecnología, ya que se cree que es un sector en estos momentos transversal y crucial en la nueva economía, pero sí que la liquidez existente en las carteras se dirija hacia sectores más defensivos como eléctricos o consumo estable.
Por su parte, en cuanto a las grandes clases de activos, se estaría principalmente en renta variable frente a renta fija. En la cartera es obligado tener oro, sobre todo de cara a un repunte de la inflación futura y sobre todo como activo descorrelacionado con otros que están en cartera.
Hay que recordar como siempre que la inversión es a largo plazo y que en estos momentos de irracionalidad hay que mantener la calma en la medida de lo posible y seguir trabajando como siempre para ofrecer lo mejor que sepamos, recordando la frase de Jean De La Fontaine: “El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras”.