Recientemente se ha comentado mucho sobre la deuda pública de México. Se han hecho afirmaciones diciendo que no ha aumentado y otras aseveran que lo ha hecho de manera desmedida. Para determinar lo que realmente ha sucedido vale la pena revisar las cifras y ponerlas en contexto.
Una forma de medir la importancia de la deuda del sector público es dividiéndola entre el PIB, porque muestra su magnitud como proporción de lo que produce el país. Los niveles más elevados se presentaron durante el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando llegó a superar el 100%. Carlos Salinas recibió el gobierno con una deuda del sector público de 64,7% y al final de su mandato la había reducido a 39,8%. Ernesto Zedillo continúo con esa misma tendencia y la llevó al final de su período a 30,6%. Vicente Fox fue el último presidente que continúo reduciéndola, aunque a un ritmo menor, disminuyó a 29,5% al momento en que terminó su mandato. Todos los presidentes que le sucedieron han incrementado la deuda del sector público como proporción del PIB. En el sexenio de Felipe Calderón aumento a 37,2%, o sea se incrementó ,7 puntos, en el de Enrique Peña Nieto se incrementó en la misma magnitud porque terminó en 44,9%. En el actual gobierno al cierre de 2021 la deuda del sector público ya representaba el 50% del PIB, el nivel más elevado del presente siglo y semejante a los registrados al inicio del gobierno de Carlos Salinas.
Si la consideramos en su valor monetario tenemos que Fox recibió una deuda del sector público de 2.0 billones de pesos y al final de su gobierno terminó en 2,9 billones, por lo que aumentó 45%. En la administración de Calderón llegó hasta 5,89 billones, lo que significa que casi la duplicó (aumentó 98%), al final del gobierno de Peña Nieto se ubicó en 10,55 billones, lo que representa un incremento de 79%. Al cierre de 2021, o sea a la mitad de la actual administración, alcanzó la cifra de 13,1 billones, por lo que se ha incrementado en 2,6 billones durante este gobierno, o sea en 24%. Si se consideran las estimaciones de la SHCP sobre la deuda pública para lo que resta del sexenio, al final de este se ubicará en alrededor de 16,5 billones, con un crecimiento de 45%.
El nivel actual de la deuda pública respecto al PIB se compara favorablemente con los de otros países, inclusive desarrollados, debido a que durante la pandemia del Covid llevaron a cabo políticas de expansión del gasto público que implicaron que el gobierno se endeudara. En México se ha mantenido la disciplina fiscal y ello ha permitido que la deuda del sector público no se haya disparado como en otros países.
Si bien el nivel actual de la deuda del sector público no representa un foco rojo para la economía, sí tiene implicaciones negativas para el manejo de las finanzas pública, particularmente en un contexto como el actual de aumento de tasas de interés. Conforme las tasas de interés aumentan, el pago de los intereses de la deuda se incrementa y por lo tanto absorben una mayor proporción del gasto público, lo que significa que se disminuyen recursos para otros conceptos como educación, salud, inversión pública, etc. Por ello, es necesario que se continúe con la disciplina en las finanzas pública para no generar mayores presiones financieras y recorta más recursos para la satisfacción de las necesidades del país.
En conclusión, durante la actual administración sí se ha incrementado la deuda del sector público, su valor aumentó 2,6 billones y como proporción del PIB llegó a 50%, incrementándose 5,1 puntos. Las declaraciones de que no ha aumentado o de que lo hizo de manera desbordada son incorrectas.
Columna de Francisco Padilla Catalán