Si algo puede decirse de 2022 es que no está trayendo sorpresas agradables. Una nueva variante de COVID-19 irrumpió en los Estados Unidos a principios de enero y la invasión rusa de Ucrania en febrero disparó los precios de las materias primas, extendiendo y exacerbando la presión inflacionaria ya presente en la economía. La inseguridad derivada de estos eventos y el peso continuo de la escasez de suministros y los desequilibrios del mercado laboral alcanzaron al mercado de valores en enero y febrero, lo que hizo que el estadounidense descendiera de media un 8% durante los dos meses.
Nos encontramos en un entorno particularmente desafiante en este momento porque la confianza respecto a lo que pueda pasar está a niveles bastante bajos. Nadie puede asegurar si la inflación continuará a este nivel tan elevado o si las interrupciones de la cadena de suministro remitirán y se pondrá al día con la demanda. Tampoco cuánto durará la guerra en Ucrania o si habrá variantes adicionales de COVID-19 que puedan aumentar la incertidumbre.
Con un entorno económico tan complejo los inversores demandan sobre todo preservación del capital, baja volatilidad y rendimientos positivos a partir de una cartera gestionada activamente, en cualquier entorno de mercado. Esta es la filosofía de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International que en el año obtiene una rentabilidad del 9,06% en su clase I de capitalización en dólares, posicionándolo como el segundo más rentable de la categoría VDOS de Mixto Flexible. El fondo puede tener exposición en las siguientes clases de activos: efectivo, deuda (pública y corporativa) acciones y materias primas (incluidos los metales preciosos).
La estrategia del fondo es ofrecer rendimientos positivos consistentes, independientemente de cómo evolucionen los mercados financieros. Definen esto a través de dos objetivos de inversión: 1) no perder patrimonio en ningún período móvil de doce meses y 2) generar retornos significativamente superiores a la alternativa ‘libre de riesgo’ que sería un depósito.
Para lograr estos objetivos, se utilizan activos convencionales como acciones, bonos, divisas y, cuando sea apropiado, derivados, a través de una asignación activa y un proceso enfocado de selección de acciones, sin apalancamiento ni posiciones cortas. La gestión es discrecional, global y sin restricciones, siguiendo un enfoque top-down de arriba hacia abajo. Para evitar depender de la dirección de los mercados, el equipo busca crear un equilibrio de inversiones que se compensen entre sí. Por lo tanto, siempre mantienen activos de crecimiento y protección, variando la asignación a cada uno a lo largo del tiempo. La estrategia de Ruffer y su estilo de inversión no han cambiado desde que la firma fue fundada en 1994.
El gestor principal del fondo es Alex Lennard, director de Inversiones y cogestor de RTRI. Se incorporó a Ruffer en 2006, tras graduarse con honores en Economía y Finanzas por la Universidad de Exeter. Es miembro del Chartered Institute for Securities & Investment. Jacques Hirsch es director de Inversiones y cogestor del fondo. Con anterioridad a su incorporación a Ruffer en 2011, fue gestor de fondos y analista macro en Goldman Sachs, GLG Partners y Fulcrum Asset Management. Se graduó por la École Centrale Paris en 1999 y tiene un Máster en Matemáticas por la Universidad de Oxford.
El impulsor clave del rendimiento de la estrategia de Ruffer es la asignación de activos. Es el resultado de un análisis exhaustivo del entorno macro y financiero, por el que el equipo de estrategia de inversión examina las últimas publicaciones macroeconómicas y analiza el impacto potencial en las perspectivas para la economía, así como los escenarios alternativos que podrían surgir en el futuro.
Una vez establecida la asignación de activos, el equipo de análisis identifica los títulos apropiados para que la cartera se adapte a ella. El equipo de análisis, por su parte, tiene la tarea de encontrar las mejores oportunidades de inversión, de acuerdo con el panorama general a nivel mundial, sin limitaciones por sector o zona geográfica. Para el equipo gestor es crucial poder considerar cualquier idea novedosa para evaluar si un título es adecuado. Finalmente, se hace un seguimiento de riesgos y se llevan a cabo pruebas de estrés de la cartera, como parte integrante de todo el proceso.
La cartera final incluye entre sus mayores posiciones en renta variable, acciones de Shell (2,40%), NatWest Group (2,10%), BP (2%) GlasoSmithKline (1,50%) y Ambev SA (1,50%). En renta fija, sus mayores posiciones corresponden a UK Treasury index-linked 1,875% 2022 (8,20%), US Treasury 0,625% TIPS 2023 (6%), UK Treasury 0,125% 2023 (5%), UK Treasury index-linked 2,5% 2024 (4,50%) y UK Treasury index-linked 0,125% 2068 (3,80%). Por tipo de activos, index-linked Gilts (14,50%) Long dated index-linked Gilts (9,50%) exposición a oro y a acciones de compañías de oro (8,20%) vinculados a índice externos a Reino Unido (7,70%) y estrategias de crédito y opciones (7,40%) representan las mayores posiciones en la cartera del fondo. Las cinco principales asignaciones sectoriales corresponden a finanzas (25,60%), salud (15,70%), energía (15,60%), consumo discrecional (9,50%) e industriales (8,50%).
La historia de rentabilidades del fondo lo sitúa entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2018, 2021 y 2022, batiendo al índice de su categoría en 2019 y 2020. A tres años, su controlado dato de volatilidad de 8,18% lo posiciona en el segundo mejor grupo de su categoría por este concepto, en el quintil cuatro. En el último periodo anual, registra un dato de volatilidad de 7,18%, con un valor de su ratio Sharpe de 2,82 y un tracking error, respecto al índice de su categoría de 9,16%. Aplica a sus partícipes una comisión fija de hasta el 1% y de depósito de hasta el 0,15%. La aportación mínima requerida para suscribir la clase I de capitalización en dólares de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International es de 25 millones de libras (aproximadamente 29.682.500 euros).
El fondo dispone también de una clase O de capitalización en dólares, con un requerimiento de aportación mínima de 1.000 libras esterlinas (aproximadamente 1.187 euros) que grava a sus partícipes con una comisión fija de 1,50% y de depósito de 0,15%.
Según el equipo gestor, a corto plazo sus acciones en el sector de la energía han tenido un buen comportamiento, representando una parte significativa de asignación de capital desde el comienzo de la recuperación de la crisis del COVID. Mantienen su tesis de que la demanda mundial debería seguir mostrando fortaleza, al mismo tiempo que la oferta continuará siendo limitada, por lo que, en un movimiento de reducción del riesgo, han disminuido su exposición en renta variable. Actualmente tienen un 38% en renta variable, así como protección a través de opciones sobre acciones y exposición a credit default swaps (swaps de incumplimiento crediticio).
Aumentaron la exposición en oro a fines de 2021, pasando del 6 al 8%, ya que el mercado mostró un desinterés generalizado por el metal precioso, tras su mediocre evolución durante 2021, aprovechando esta oportunidad en la creencia de que la debilidad del dólar podría hacer que el oro resurgiera como activo refugio. Si bien estaban equivocados sobre la debilidad del dólar, el oro sin duda se ha beneficiado del aumento de demanda como refugio seguro.
De cara al futuro, en Ruffer prestan especial atención a los cambios de régimen de mercado y puntos de inflexión. Observan ahora que las tendencias que prevalecieron en el mercado durante muchos años (caída de los tipos nominales, descenso del impuesto de sociedades y baja volatilidad en el mercado) se están revirtiendo. Es probable que estemos entrando en un nuevo régimen, con tipos nominales con tendencia alcista y volatilidad macro. Creen que la volatilidad de la inflación caracterizará este nuevo régimen económico y será uno de los mayores desafíos para los inversores
Como se afirma en el último artículo del CIO de Ruffer, Henry Maxey: ‘Los peligros de la lógica de ayer: reimaginar las carteras para la realidad de mañana’.
Creen que, si bien esta volatilidad de la inflación supondrá pasar por una etapa algo difícil, no debería ser un problema irresoluble. Sin embargo, el colapso del status quo del mercado financiero obliga a reimaginar las carteras. Ya no podemos confiar en la lógica de ayer. La turbulencia está por venir, eso es seguro. El mensaje a los inversores es que las carteras gestionadas activamente podrán navegar mejor en esta etapa de turbulencias, pero para ello se requerirán nuevas habilidades, nuevas formas de construir carteras y un pensamiento imaginativo. El viaje fácil, pasivo, casi gratuito, está llegando a su fin. Es hora de apagar el piloto automático.
La rentabilidad de la clase I de capitalización en dólares de Ruffer Sicav – Ruffer Total Return International a lo largo de su historia, respecto al riesgo incurrido medido por volatilidad, especialmente en los últimos tres años, lo hace merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS.