Desde un inicio el presidente Trump mostró que no va a seguir los cánones de la diplomacia, que su estilo de llevar las relaciones será de golpear para luego negociar. Ante esta nueva realidad, el gobierno de México debe también ajustar su forma de relacionarse con el gobierno de Trump. De ninguna manera debe significar abandonar el diálogo, pero si modificar la forma de llevarlo. Ya no sirve el lenguaje diplomático de mensajes entre líneas ni comunicados de elegante lenguaje sin mensaje claro, se requieren acciones que muestren que también nuestras decisiones unilaterales los afectan.
Ya se declaró que es mejor eliminar el TLCAN que entrar en una larga negociación. Sin embargo, no es suficiente hacer declaraciones, se tienen que poner en práctica acciones que dejen claro que también tenemos poder de negociación y estamos preparados para llevar a cabo operaciones comerciales y financieras con otros países.
Una acción fácil de instrumentar y con mensaje claro es limitar las compras del gobierno solamente a empresas extranjeras con las que México tenga Tratados de Libre Comercio. Con ello se evidencia a las empresas americanas el impacto que tendrá desaparecer el TLCAN. Otra acción podría ser incrementar aranceles o establecer barreras a la importación de ciertos productos que vengan de Estados Unidos, particularmente de las zonas donde se ubica el voto duro de Trump, evidentemente dentro de los límites que permite el TLCAN. Ya en el pasado se utilizó el uso de aranceles para presionar a los Estados Unidos en ciertos temas comerciales y dieron resultados positivos.
También se debe aprovechar la situación geopolítica, la preocupación de Estados Unidos respecto a China es un punto que se debe explotar. Deberíamos buscar un acercamiento con China para que incremente su participación en las inversiones en nuestro país, particularmente en aquellos sectores donde los empresarios americanos tengan mayor interés. Después de la mala experiencia del primer viaje de los Secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía a Washington, deberían de tomar inmediatamente un avión a Beijing para negociar una visita presidencial y de ahí a India y luego a países europeos. Que se note que México está ampliando relaciones comerciales con otros países. Iniciar conversaciones de tratados de libre comercio con varios países, con aquellos con los que se tenga realmente interés llevarlas más rápido y con los otros alargarlas, pero hacer evidente que existen.
El tema de la seguridad se debe de explotar. Por acuerdos bilaterales existen representantes de diversas agencias de seguridad de Estados Unidos (DEA, ICE, etc.) en México. Ante la deportación de inmigrantes nosotros deberíamos responder deportando a buena parte de esos agentes. Es importante dejar claro que sin nuestra colaboración se vulnera su seguridad. Dicha colaboración debe ser parte integral de nuestras negociaciones del TLCAN y de la problemática de los migrantes. Urgen acciones no nada más discursos donde no se quiere ver la nueva realidad que vivimos, como los que hasta ahora hemos escuchado.
Columna de Francisco Padilla Catalán