Estos últimos meses hemos escuchado y leído hasta el cansancio críticas sobre el actuar del gobierno ante la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, y no es para menos. El gobierno mexicano ha decidido implementar medidas pro-cíclicas para combatir la crisis, yendo en contra de todas las recomendaciones de organismos internacionales, de otros gobiernos, e incluso de su propia historia. Hay que recordar que México fue de los primeros países en adoptar medidas contra-cíclicas en la gran depresión de la década de los años 30, a mano del Secretario de Hacienda Alberto J. Pani, las cuales nos ayudaron a salir de la depresión, incluso antes que EE.UU..
Sin embargo, esta vez es diferente. Esta vez estamos nadando contra corriente y las críticas no se han hecho esperar: la recuperación será más lenta que el resto del mundo, se perderán más empleos, algunas empresas quebrarán, se perderá la confianza de muchos inversionistas, y hasta es posible que se pierda el grado de inversión. Todo esto muy cierto. No lo discuto. Sin embargo, no hay que caer en la tentación de dejarnos arrastrar por una perspectiva netamente negativa.
Dado lo anterior, y en un ejercicio de optimismo, intentaré identificar los posibles efectos colaterales positivos que el mal manejo de la crisis podría traer.
Endeudamiento
México es de los países que menor estímulo fiscal ha inyectado a su economía (Gráfica 1). Esto implica que el endeudamiento en forma de déficit fiscal ha sido menor que en otros lados del mundo. Si bien eso podría traer repercusiones de corto plazo (como una recuperación más lenta que nuestros pares globales), también podría significar un mejor balance fiscal una vez que la crisis termine.
En todo el mundo el endeudamiento va a subir principalmente por 3 razones: 1) por un aumento importante en el déficit; 2) por una caída importante en el PIB; 3) en el caso de la deuda denominada en moneda extranjera, por una depreciación de su moneda.
En el caso de México, la baja en el PIB y el efecto de depreciación de la moneda jugará un papel importante, pero no así el déficit. En ese sentido, sí veremos un incremento en el endeudamiento como porcentaje del PIB, pero pronostico que el aumento será menor que en otros países. En un cálculo de escenarios, estimo que en el escenario base, la deuda sobre PIB crecerá 10% (Gráfica 2), contrario a Alemania, por ejemplo que, por puro déficit fiscal, su deuda crecerá 30%.
Esto hará que, comparativamente, México termine con un endeudamiento más modesto que el resto de los países que implementaron amplios apoyos fiscales.
Bono Poblacional
Otro punto importante por resaltar con relación al endeudamiento y al crecimiento del PIB es el bono poblacional, es decir, la tasa de crecimiento poblacional del país. Si bien México ha ido perdiendo su bono poblacional a lo largo de las últimas décadas, sigue alto con relación a otros países, sobre todo a los países desarrollados. Actualmente, la tasa de fertilidad de la población mexicana es de 2 a 2,15 hijos por mujer, muy por encima que en Europa y Japón (menor a 1,5 hijos).
Hay que recordar que, si se dan ciertas condiciones sociales y económicas, el crecimiento poblacional puede traducirse casi en su totalidad a crecimiento del PIB. En este sentido, el bono poblacional podría ayudar a México en relación a otros países a mejorar su crecimiento y, por lo tanto, a reducir su endeudamiento como relación del PIB de manera más rápida.
Segunda ola
El manejo de la pandemia en México ha sido desastroso. Dado el nivel de informalidad en la economía, la cuarentena se ha cumplido a medias, y no se ha logrado aplanar la curva de contagios.
Otros países, como España, fueron muy exitosos al aplanar la curva, sin embargo, esto se presenta como un arma de doble filo. En un estudio realizado en mayo por el Instituto de Salud Carlos III, con una muestra de 70.000 españoles, se encontró que sólo el 5% de la población tenía inmunidad ante el COVID-19. Esto quiere decir que el 95% de la población seguía siendo susceptible a enfermarse. Es decir, España, aunque exitoso al momento de aplanar la curva, no logró inmunidad de rebaño.
Dado este escenario, es altamente probable que, ante la ausencia de una vacuna, España presente una segunda ola de contagios agresiva, y se vean forzados a volver a cerrar parcialmente su economía. En el caso de México es posible que esto no suceda por el mal manejo actual de la pandemia. En México es probable que la inmunidad de rebaño sea mayor y, por lo tanto, que los efectos de una segunda ola sean menos agresivos.
Popularidad AMLO y MORENA
Otro efecto colateral positivo es la pérdida de popularidad de AMLO en las encuestas de mayo. Si bien habíamos visto un repunte de la popularidad en abril, en mayo volvió a caer a niveles mínimos de su gestión (Gráfica 3).
Por otro lado, la popularidad de Morena ha ido en franca caída. El problema es que ningún otro partido ha sabido capitalizar este descontento y, a cierre de marzo, el número de indecisos estaba alrededor del 60%. Creo que esta situación no es tan apremiante, pues las elecciones del 2021 tendrán un tono mucho más regional que las que se celebrarán en 2024, por lo que los actores políticos que participen en ella no necesariamente deberán tener una proyección nacional como la que se espera que tengan en las elecciones presidenciales.
Cobertura Reservas internacionales
Por un momento imaginemos que se detienen todas las exportaciones que México hace al extranjero (es decir, no nos entra dinero al país por ventas internacionales), pero el ritmo de importaciones no se detiene. La cuenta corriente traería un déficit importantísimo. Además, toda la deuda local (denominada en pesos) en mano de extranjeros es vendida (alrededor del 24% de la deuda en circulación), es decir, los extranjeros salen en desbandada del país. Esto implica que la cuenta financiera presentaría un déficit altísimo. Además, el gobierno tiene que pagar el servicio de la deuda externa, y los vencimientos de corto plazo.
En pocas palabras, hay una salida importantísima de dólares del país. Todo lo anterior sería desastroso. Sin embargo, algo positivo que dejó el “periodo neoliberal” son fundamentales fuertes para poder hacer frente a situaciones como esta. Las reservas internacionales están cercanas a máximos históricos y constituyen un “ahorro” en moneda externa que podría usarse ante posibles casos de salidas fuertes de capital, o baja en las exportaciones.
De darse esta situación, el nivel de reservas actual alcanzaría en su totalidad para financiar todas las importaciones, una desbandada de extranjeros de la deuda local, y el servicio y vencimiento de la deuda externa de corto plazo. Y, si además incluimos la línea de crédito flexible que México tiene con el FMI, sobrarían alrededor de la mitad de los recursos disponibles (Gráfica 5).
Comercio externo
Si bien el comercio externo tuvo su peor caída de la historia, al interior de esa caída podemos observar que la mayoría está explicada por el sector automotriz. Dicho sector ha empezado a producir de nuevo (el corredor de Querétaro al 30%, y Puebla para la segunda quincena de junio), por lo que la reactivación del comercio externo podría sorprender al alza. Asimismo, hay presiones fuertes por parte de EE.UU. para que esta reactivación se dé lo más rápido posible.
En este sentido, el comercio externo podría ayudar a apuntalar la recuperación económica de México, tal como sucedió en la crisis de 2009.
México entre Mercados Emergentes (ME)
México aún goza de ciertas características que lo hacen atractivo al inversionista global, a saber, 1) profundidad de mercado, es decir, la capacidad que tiene el inversionista de entrar y salir del mercado sin generar disrupciones importantes; 2) Tasa de interés atractiva; 3) Calificación crediticia en grado de inversión.
Esas 3 características son muy apreciadas por el inversionista global y, de hecho, solo hay 2 mercados emergentes que las poseen: México e India. Seguir perteneciendo a ese selecto grupo es de vital importancia para mantener la estabilidad del mercado interno, y para seguir captando flujos de capital en el país.
Si bien México está atravesando una de sus peores crisis, y lo está haciendo con un liderazgo distinto al que las normas globales dictan, hay algunos elementos que podrían beneficiarnos en el mediano plazo. El hecho de que la crisis sea de índole global alivia cierta presión a México y, aunque el golpe inicial será violento y profundo, en el mediano plazo la situación podría verse más positiva.
Sin embargo, no perdamos nuestra capacidad de sorprendernos si las decisiones que se tomen más adelante resultan más perjudiciales que beneficiosas.
Columna de Franklin Templeton México, escrita por Luis Gonzali, CFA