¿Quién será mejor para los inversores de Estados Unidos, la candidata principal del partido Demócrata, Hillary Clinton, o su homólogo republicano, Donald Trump?
¿Cómo evolucionaría el S&P 500 con Donald Trump como presidente? ¿Cuál sería su evolución si Hillary Clinton se convierte en presidenta? Estas son las preguntas que hemos tratado de responder.
No queremos analizar en detalle el programa económico de los candidatos, ya que probablemente van a ser modificados en las convenciones de los respectivos partidos este verano. Por ejemplo, es muy probable que Donald Trump se vea obligado a suavizar su retórica de proteccionismo en términos de negocio internacional si es elegido como candidato. Por eso hemos querido analizar el histórico de los cambios medios en el S&P 500 durante los mandatos presidenciales entre 1930-2015.
El resultado es claro: históricamente, un presidente Demócrata es mucho más beneficioso para el S&P 500 que uno Republicano. De media, el índice S&P 500 ha repuntado un 11,38% durante el primer año de legislatura presidencial cuando el líder ha sido Demócrata, mientras que ha caído un 1,27% cuando el presidente ha sido Republicano. Al final del mandato, la diferencia será aún más sorprendente.
Este análisis obviamente no tiene en consideración el número de otros factores que influyen en los cambios en el índice, como las políticas monetarias, la afiliación política del Congreso de EE.UU., la trayectoria del crecimiento o incluso la correlación positiva con otros activos (como el crudo).
Por otra parte, no es en absoluto un indicador de resultados futuros. Sin embargo, se corrobora un diagnóstico ampliamente compartido entre la comunidad de negocios: Clinton sería mejor para la bolsa de valores que Trump.
Pero aunque Wall Street favorece la experiencia de Clinton, puede que no sea el mensaje correcto para una campaña de lucha con el resentimiento populista como consecuencia de la crisis financiera.