En Scope Ratings nunca hemos calificado la deuda soberana de Estados Unidos con la mayor nota posible, es decir, AAA, debido a varias razones:
- Aumento del riesgo asociado al uso indebido del límite de endeudamiento en medio de la polarización política
- La crisis más reciente del techo de deuda de EE.UU. se resolvió después de que el Congreso aprobara una suspensión del límite a última hora, hasta el 1 de enero de 2025, con lo que se pudo evitar el impago técnico. Pero el nivel máximo de endeudamiento volverá a bloquearse en aproximadamente un año y medio, tras las elecciones federales de 2024, que podrían ser muy disputadas y dividir aún más a la nación.
- La frecuencia de los impases del límite de deuda, junto con la posibilidad recurrente y no descartable de impago temporal durante episodios específicos y graves, constituyen vulnerabilidades crediticias únicas de Estados Unidos en relación con sus comparables soberanos de alta calificación.
- Las crisis recurrentes del techo de la deuda dan lugar a fases de dificultades de endeudamiento para el Gobierno Federal y a la dependencia de la acción del Congreso en el último minuto para garantizar el reembolso de la deuda en su totalidad y a tiempo. Esto aumenta el riesgo a largo plazo y supone un reto estructural para el rating.
- Vulnerabilidades de gobernanza a largo plazo
- La polarización del Congreso se traduce en procesos legislativos menos participativos, lo que aumenta las tensiones políticas y obstaculiza la capacidad del Gobierno para abordar los retos económicos y fiscales importantes.
- La creciente polarización política afecta al riesgo del techo de la deuda, dificultando el logro de soluciones bipartidistas frente a crisis graves.
- Déficits fiscales superiores a lo normal
- Se espera que los déficits federales se mantengan por encima de lo normal en los próximos años. El déficit de las administraciones públicas se redujo hasta el 5,5% del PIB el año pasado, 6,1 puntos porcentuales menos que el año anterior. Pero desde Scope prevemos que los déficits presupuestarios generales aumenten a partir de 2023, situándose en torno al 6,4% del PIB este año, antes de estabilizarse en torno a una media del 6,6% durante 2024-2028 (frente a una media del 4,8% durante 2015-2019). A largo plazo, el gasto relacionado con el envejecimiento de la población constituye un riesgo añadido para las perspectivas presupuestarias.
- Trayectoria ascendente de la deuda
- Tras dos años de disminución de las ratios de deuda, se espera que la trayectoria de la deuda estadounidense comience a invertirse este año, un nivel que se situará en torno al 121,8% en 2023 antes de aumentar hasta casi el 133% en 2028. Esto refleja déficits presupuestarios persistentes que contrarrestan los efectos favorables de un crecimiento económico continuado y una mayor inflación durante más tiempo.
- La ‘perspectiva negativa’ asignada al rating de Estados Unidos tiene en cuenta los retos para las perspectivas fiscales. En concreto, unos déficits presupuestarios más elevados de los que mostraban las medias de los periodos anteriores a la crisis del Covid y el aumento de la deuda pública. Los déficits elevados aumentan el riesgo durante las crisis del techo de la deuda, reduciendo el tiempo de que dispone el Tesoro para adoptar medidas de emergencia a fin de cumplir las obligaciones de gasto público durante dichas crisis.
- Riesgos para la economía y el sistema bancario a medida que la Reserva Federal completa su ciclo de endurecimiento monetario para enfriar la inflación
- El rápido endurecimiento de las condiciones de financiación ha elevado el riesgo del sistema financiero después de que una fase prolongada de políticas excepcionalmente acomodaticias de los bancos centrales impulsara las valoraciones de los activos a niveles elevados. Las ratios de servicio de la deuda siguen siendo moderadas en comparación con sus medias históricas, pero la deuda de las empresas no financieras se situó en un elevado 78,1% del PIB en el cuarto trimestre de 2022 (aunque por debajo de los máximos del primer trimestre de 2021).
- Otros riesgos para la estabilidad financiera son la disminución de la liquidez en los mercados de los bonos del Tesoro del país (Treasuries) como consecuencia del endurecimiento cuantitativo, que aumenta la volatilidad de los mercados financieros. Las vulnerabilidades surgieron a principios de este año tras la quiebra de varios bancos regionales, reflejando en parte las deficiencias regulatorias junto con los efectos de la subida de los tipos de interés.
- Vulnerabilidades externas
- EE.UU. contaba con un déficit por cuenta corriente del 3,5% del PIB en el año hasta el primer trimestre de 2023, en un contexto de fuerte demanda interna de bienes comercializables y a pesar del notable repunte de las exportaciones de petróleo y gas de Estados Unidos. El desequilibrio de la balanza por cuenta corriente está significativamente vinculado a los déficits presupuestarios, y el FMI prevé que la balanza por cuenta corriente siga siendo deficitaria por encima del 2% del PIB hasta 2028. La posición neta de pasivos de inversión internacional de Estados Unidos ascendía al 65% del PIB en el primer trimestre de 2023, aunque por debajo del 81% de finales de 2021.
Tribuna elaborada por Dennis Shen, director de ratings soberanos de Scope Ratings