El comportamiento de las acciones «growth» ha superado al de las acciones «value» durante algún tiempo. Las empresas tecnológicas de rápida expansión han estado al frente de esta tendencia, pero creemos que podría empezar a darse la vuelta, al menos parcialmente. Ha habido evidencias recientes que sugieren que algunos grandes inversores comparten nuestra visión.
Según un artículo del Financial Times e investigaciones de la firma de análisis S3 Partners, de las 20 acciones «más cortas» (una posición corta significa esencialmente apostar contra un aumento en el precio de las acciones de esa compañía) en EE.UU., diez pertenecen al sector tecnológico. Esta información viene casi de la mano del retroceso sufrido a principios de agosto por acciones de compañías tecnológicas de EE.UU. ¿El cambio podría estar de camino?
¿Han perdido los FANG su encanto?
No es sorprendente que el value, como un estilo de inversión en renta variable, no haya tenido buenos rendimientos durante la última década: un contexto de comportamiento económico global débil y una gran cantidad de efectivo fluyendo libremente desde los bancos centrales pusieron de moda al estilo growth. El sector tecnológico estadounidense se benefició particularmente de esta tendencia, ya que los inversores buscaron compañías que experimentaran un crecimiento estructural convincente con poca volatilidad.
En 2015, los FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google) iluminaron al NASDAQ, acaparando gran atención de los medios. El año pasado, el Dow Jones Industrial Average, compuesto por las compañías más
grandes y más estables de Estados Unidos, obtuvo un retorno de solo el 0,21% en términos de dólar. En cambio, el NASDAQ, plagado de compañías tecnológicas, ganó un 9,8%. Los FANG, mientras tanto, subieron de media un 83% y Netflix fue la mejor compañía del índice S&P 500.
Los FANG, un acrónimo en cierta medida inconveniente, se han vuelto ahora los FAAA. Netflix, un extraño en el grupo por su más reducida capitalización de mercado (de aproximadamente 79.000 millones de dólares en comparación con, digamos, los 492.000 millones de dólares de Amazon) se ha caído en favor de Alibaba, la compañía china de comercio electrónico, que cotiza en EE.UU. Y Google ahora cotiza como Alphabet, tras anunciar que éste sería el nombre del grupo de compañías.
El comportamiento del sector tecnológico fue decepcionante en 2016 (las acciones ‘A’ de Alphabet, por ejemplo, obtuvieron un retorno de solo el 1,9%), pero repuntó de nuevo a principios de 2017. De hecho, varias acciones tecnológicas han sido las responsables de cerca de un tercio de las ganancias del índice S&P 500 en lo que va de año. Creemos que este estrechamiento en el liderazgo del mercado es preocupante.
Con tan pocos valores siendo responsables de tanto en la rentabilidad del mercado, parece que el sentimiento positivo de los inversores hacia la inversión growth, y hacia el sector tecnológico en particular, se está volviendo excesivo
El estilo «growth» está abarrotado
Pensamos que las acciones «growth» están muy caras en relación a los beneficios que producen–estos precios inflados implican que la diferencia en los ratios de precio-resultados (P/E) entre las acciones growth y las value esté en máximos de varios años-. Además, las expectativas de beneficios de algunos sectores sensibles a la economía como el industrial se están poniendo al día con los de las compañías tecnológicas.
Sin embargo, hasta la fecha esta convergencia no ha provocado una estampida hacia acciones «value»; los inversores siguen amontonándose en lo que creen que son ganadores estructurales y seguros cualidades a menudo asociadas con líderes tecnológicos y compañías de Internet-. De hecho, según una reciente encuesta de Merrill Lynch, estar “largos en el NASDAQ” (o, en otras palabras, poseer una gran cantidad de acciones growth) es el negocio más abarrotado en este momento. Estas acciones son las favoritas de Wall Street y la mayoría cuentan con recomendaciones de “compra” de los analistas.
Los segmentos del mercado más orientados al «value», como el industrial, el energético o el de materiales, parecen vacíos, pero esto puede cambiar
Los beneficios en las áreas conocidas como cíclicas han estado deprimidos durante bastante tiempo y, se espera que se beneficien desproporcionadamente de una expansión del crecimiento económico de Estados Unidos –tienen más margen para recuperarse que sus pares orientados al crecimiento-. Además, la popularidad de las acciones growth está estrechamente ligada (al menos por definición) a las expectativas de sus futuros beneficios.
Pero el valor actual de los flujos de caja de estas compañías está a merced de los tipos de interés, que probablemente aumenten a medida que se expande el crecimiento global y la Reserva Federal
endurece la política monetaria. Esto probablemente ponga presión sobre las valoraciones de la renta variable, sacando a la luz vulnerabilidades y, en particular, haciendo que las compañías orientadas al crecimiento parezcan caras en comparación con sus capacidades estimadas de resultados futuros.
Visión a largo plazo & “Warren Buffet”
El concepto de inversión value no es nuevo en Aberdeen, aunque nos da un aire de inversores «contrarian» en el entorno actual de mercado. Sin embargo, no estamos solos en nuestra apreciación del value, con un renovado Warren Buffett siendo uno de sus campeones más reconocidos.
Uno de sus numerosos edictos sobre la materia es que “los inversores simplemente deberían comprar acciones de un buen negocio por menos de lo que ese buen negocio vale intrínsecamente”
La visión del Oráculo de Omaha contrasta notablemente con la de los inversores cuantitativos, cuyas estrategias de ‘momentum’ (comprar acciones ‘calientes’) han sido responsables de la mayor parte de la apreciación de las acciones tecnológicas durante este año. Según JP Morgan, los inversores pasivos y cuantitativos representan actualmente el 60% de los activos de renta variable y –en un mundo de abundante liquidez- la caza de acciones con poca volatilidad y crecimiento estable ha hecho que los precios se disparen. Pensamos, sin embargo, que las cualidades subyacentes finalmente prevalecerán, dejando a las caras acciones growth expuestas a la ley de la gravedad.
Karolina Noculak, estratega de inversiones en Aberdeen Solutions