Si bien la inflación en México ha venido descendiendo desde el pasado mes de mayo, mes con mes, las encuestas de los economistas privados que realizan tanto Banco de México como Banamex identifican que este fenómeno es temporal y que se daría un rebote que bien podría ocurrir en la segunda mitad de 2016.
La baja en las tarifas de los productos agrícolas, energía y telecomunicaciones, así como del petróleo -entre otros-, ha provocado un descenso en la inflación de México que incluso la ubica por debajo del nivel del 3% desde mayo de 2015. En diciembre de 2014 la inflación anual terminó en el 4,08%; entre enero y mayo de 2015 se ubicó en un rango entre el 3,1% y el 3% y a partir de mayo a la fecha ha descendido mes con mes para ubicarse en noviembre en un 2,2%, que representan niveles históricos.
La expectativa de la inflación general para 2015 se ubica en el 2,4%, muy por debajo del 3,5% esperado hace un año de acuerdo con las encuestas y para 2016 se proyecta una inflación del 3,3% según las últimas encuestas. Es importante mencionar que esta perspectiva para 2016 ha venido bajando mes con mes.
Estos nuevos niveles de inflación del orden del 2% que se están viendo en México ha despertado la duda entre el mercado y los economistas si se puede o no mantener este nivel. Hoy el mercado –a través de las posiciones que mantienen los inversionistas institucionales como son las Afores y las sociedades de inversión en Udibonos que vencen en los próximos 5 años-, considera que la inflación en los próximos cinco años se podría mantener en niveles del 2,5% o menos y los economistas en sus proyecciones visualizan que la inflación regresa a niveles del 3%.
¿Cómo se llega a estos números? En el mercado mexicano se tienen tanto instrumentos que cotizan hasta 30 años tanto en tasas nominales (Mbonos) como en tasas reales (Udibonos). Al restarle a la tasa nominal (Mbonos) la tasa real (Udibonos) al mismo plazo de vencimiento, se obtiene la inflación implícita a la que están operando los instrumentos de tasa real. Algunas emisiones si coinciden en sus vencimientos y otros no por lo que se calcula la tasa interpolada en cada caso para hacerlos comparativos.
Los Udibonos con vencimiento en los próximos dos años reflejan una inflación implícita cercana al 2,5%, mientras que los de mayor plazo (a partir de los siete años), observan una inflación implícita cercana al 3%. Con datos al viernes 18 de diciembre (al cierre), se tiene que las emisiones con vencimiento en diciembre de 2017 (171214) traen una inflación implícita del 2,5% mientras que la emisión que vence en 2022 (220609) trae una inflación implícita del 2,9%.
No es la primera vez que el mercado y los economistas presentan estas diferencias y habría varias causas de estas diferencias: Podría ser que el mercado está siendo más optimista con la expectativa de inflación. En contraparte, los economistas están siendo más reservados en sus pronósticos de inflación y por eso no se han querido bajar. El otro punto sería que por situaciones de mercado el inversionista castiga las emisiones cortas a través de sus cotizaciones para no sacrificar su tasa de interés durante los próximos meses en los que la inflación se mantendrá baja.
Habrá que ver cómo se desarrolla por un lado la inflación en los próximos meses así como sus componentes para validar la visión de los analistas y por otra parte las cotizaciones de estos instrumentos que reflejan la visión de los inversionistas institucionales.
Columna de Arturo Hanono, consultor para inversionistas institucionales en México