Quizá no, pero aunque desde Natixis IM creemos que hablar de intercambio comercial representa en sí mismo solamente una amenaza limitada a los mercados y la economía global, existen efectos potenciales en cascada. Un análisis más exhaustivo de las relaciones internacionales incluiría no solamente la cuenta corriente (importaciones y exportaciones), sino también la cuenta capital (flujo de activos e inversión extranjera directa entre naciones), y el nivel de divisas que contribuya al equilibrio.
A diferencia de la afirmación de que EE.UU. mantiene un déficit comercial crónico con el mundo debido a acuerdos comerciales mal negociados, el verdadero culpable es el patrón de consumo de EE.UU. Se consume más de lo que se produce – y las importaciones netas (el déficit comercial) cubren la diferencia. Esto, sin embargo, es solamente una parte de una relación muy simbiótica en la cual los exportadores netos como China financian el déficit al reciclar sus reservas mediante activos de EE.UU., como bonos del Tesoro.
¿Efectos?
Cualquier análisis limitado solo al componente comercial ignora un factor más importante: este acto de equilibrismo no solamente financia el excesivo consumo a tasas de interés razonables, sino que también limita la apreciación del yuan y soporta la economía china basada en la exportación.
Siempre habrá efectos negativos para algunos (desigualdad creciente en ingresos, mala distribución del empleo, etc.), pero en su conjunto, el nivel de vida se eleva en aquellos países con apertura comercial y flujos de capital. Por lo mismo, el riesgo real de una guerra comercial proviene no del aumento de precios o de la restricción al flujo de bienes, sino del incremento en la volatilidad en las tasas de interés o el tipo de cambio.
Los recientes comentarios del presidente sobre la manipulación que China y Rusia ejercen sobre sus divisas es un buen ejemplo de cómo los asuntos comerciales pueden afectar indirectamente a los mercados de capital. Por ahora, creemos que los mercados percibirán las agresivas conversaciones comerciales como ruido de corto plazo, ya que nadie se beneficiará si se altera el delicado equilibrio entre el comercio, el capital, el tipo de cambio y las tasas de interés.
Dave Lafferty es estratega jefe de Mercados de Natixis IM y Susan Olson es vice president de Relaciones Gubernamentales de la gestora.