La estrategia de financiación diversificada de la UE es un paso importante para convertirse en el mayor emisor supranacional a nivel mundial con volúmenes anuales de alrededor de 150.000 millones de euros, aumentando la disponibilidad de activos seguros denominados en euros y la oferta de bonos sociales y verdes.
Scope Ratings afirma que la nueva estrategia de financiación de la UE es un paso fundamental en respuesta a las responsabilidades adicionales de gestión del riesgo que conlleva el cumplimiento de las necesidades de financiación del plan Next Generation (NGEU). Estas necesidades incluyen hasta 800.000 millones de euros hasta 2026, o alrededor de 150.000 millones de euros al año. Con ello, la Comisión Europea se convertirá en el mayor emisor de bonos supranacionales del mundo.
«El nuevo sistema aumenta la flexibilidad operativa de la Comisión y reduce los riesgos y costes de liquidez al introducir las mejores prácticas de los emisores soberanos en la estrategia de financiación de la UE», afirma Alvise Lennkh, director ejecutivo de Scope Ratings. «Como las próximas emisiones acabarán por multiplicar casi por veinte el endeudamiento de la UE, la gestión de riesgos basada en las mejores prácticas es fundamental para que la UE pueda cumplir su mandato ampliado y garantizar su calificación crediticia AAA», añade Lennkh.
Anteriormente, la financiación de la Comisión se caracterizaba por sus actividades de préstamo en serie, en las que las emisiones se correspondían uno a uno con los préstamos a los estados. Los principales elementos de la estrategia de financiación diversificada, publicada el 14 de abril, abordan de forma efectiva las necesidades adicionales de liquidez y flexibilidad de la financiación y establecen un marco específico de gestión de riesgos de la UE.
El plan de financiación ampliado de la UE tiene importantes implicaciones para la disponibilidad de activos seguros denominados en euros, ya que la emisión está prevista exclusivamente en euros. Junto con los grandes volúmenes de emisión de los países de la UE con elevada calificación crediticia, los programas de financiación de la UE podrían elevar la oferta de activos seguros denominados en euros a unos 7,5 billones de euros para 2025, frente a los 5 billones de euros de 2019. Esto supone alrededor del 66% del PIB de la eurozona en 2020, frente al 44% de antes de la crisis, pero sigue estando significativamente por debajo de los niveles comparables de bonos del Tesoro de EE.UU., que se sitúan en torno al 100% del PIB tras el considerable estímulo fiscal puesto en marcha desde la crisis.
«Además, para el creciente mercado de bonos verdes y sociales, las actividades de financiación de la UE contribuirán significativamente a establecer un mercado más profundo y líquido, así como a proporcionar precios de referencia para otros emisores que se incorporen al mercado de bonos verdes y sociales», afirma Julian Zimmermann, analista de Scope.
La Comisión tiene previsto emitir hasta 250.000 millones de euros en un próximo marco de bonos verdes, que se ajustará rigurosamente a la taxonomía de la UE. Esto complementa la emisión de bonos sociales de hasta 100.000 millones de euros del SURE, el programa para proteger el empleo en la UE, del que ya se han financiado 75.500 millones de euros. En conjunto, estos programas aumentan significativamente la oferta de bonos verdes y sociales, lo que refuerza el papel clave de la UE como catalizador de la financiación sostenible junto con otros instrumentos supranacionales europeos, tal y como se destaca en el informe European Supranational Outlook 2021 de Scope.
Sin embargo, para que la Comisión inicie sus actividades de financiación del plan Next Generation EU, los 27 Estados miembros de la UE deben ratificar la decisión sobre los recursos propios. Hasta el 12 de abril, 17 Estados miembros habían ratificado la decisión. Entre los 10 Estados miembros que aún deben completar este proceso están los Países Bajos, Austria, Polonia y, sobre todo, Alemania.
A finales de marzo, el Tribunal Constitucional alemán impidió que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, firmara la ratificación, tras haber sido aprobada por ambas Cámaras del Parlamento. No obstante, el Constitucional alemán ha rechazado este miércoles el recurso contra el Fondo de Recuperación de la UE.
Scope espera que la ratificación se complete en los próximos meses, allanando el camino para que la Comisión comience con la primera parte de la financiación del NGEU en la segunda mitad de 2021, que se corresponderá con la prefinanciación del 13% de las subvenciones del NGEU, es decir, unos 44.000 millones de euros. En esta fase, no está claro cuánto emitirá finalmente la UE en bonos, ya que el importe global depende de la obtención de préstamos en el marco del NGEU, que asciende a 386.000 millones de euros a precios actuales, es decir, aproximadamente el 53 % del programa principal del NGEU, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
«Hasta ahora, entre los mayores beneficiarios potenciales, sólo Italia y España han comunicado su voluntad de asumir su parte de los préstamos en una fase posterior, que en suma ascendería a unos 200.000 millones de euros. Así pues, es muy posible que, de la dotación global de 800.000 millones de euros, queden sin utilizar entre 150.000 y 200.000 millones de euros», afirma Lennkh.
Desde el punto de vista del riesgo crediticio, el margen presupuestario significativamente mayor que ofrece la Decisión de Recursos Propios para los reembolsos del NGEU, y el reembolso máximo anual definido para las obligaciones contraídas por las subvenciones de dicho plan, de unos 29.000 millones de euros a precios de 2018, son factores importantes. Las próximas propuestas de la Comisión en junio para introducir un mecanismo de ajuste en la frontera por emisiones de carbono y una tasa digital podrían reforzar aún más la capacidad de repago de la UE para las emisiones del NGEU.
Tribuna de opinión de Scope Ratings