La clase media mundial pasará de 3.800 millones de personas a más de 5.600 millones en 2030, lo que requerirá más recursos globales, hasta el punto de que los consiguientes cambios ecológicos adversos pueden ser los principales riesgos para la expansión económica. De hecho, el verdadero valor del capital natural no se refleja adecuadamente en los precios de mercado, lo que conduce a un consumo de recursos naturales y contaminación excesivos. Sin embargo, hay empresas que buscan resolver los correspondientes desafíos ambientales mediante innovación, tecnología y uso inteligente de recursos naturales y pueden crecer en este entorno cambiante gracias a modelos de negocio que, a largo plazo, serán los más demandados.
La estrategia de inversión Pictet Global Environmental Opportunities trata de captar estas oportunidades globales al tiempo que contribuye positivamente a un mundo más sostenible. Para ello, cuenta con un consejo consultivo que permite a los gestores identificar tendencias en tecnología, políticas y patrones de consumo y ayuda a definir temas que caracterizarán el concepto, actualmente en materia de eficiencia energética, control de la contaminación, suministro y tecnología del agua, gestión y reciclaje de residuos, agricultura y silvicultura sostenibles y desmaterialización de la economía.
Su enfoque de inversión utiliza el marco científico único de los Límites Planetarios, publicado por primera vez en la revista Nature en 2009 por Johan Rockstrám (Stockholm Resilience Centre), que identifica nueve dimensiones ambientales clave (agua, cambio climático, biodiversidad, uso de la tierra, ciclo de nitrógeno y fósforo, acidificación de los océanos, agotamiento del ozono, aerosoles y contaminación química) y especifica los umbrales que no se pueden sobrepasar sin causar daños ambientales irreversibles.
De esta forma, solo invierte en empresas cuyas actividades, productos y servicios a lo largo de su ciclo de vida operan en los correspondientes «espacios operativos seguros». Así, para que una compañía sea invertible, al menos el 20% de sus actividades deben estar relacionadas con productos y servicios así como calidad y cantidad de I+D en medio ambiente, que contribuyen a resolver los desafíos ambientales. Esta metodología puede incluso producir emisiones negativas. Por ejemplo, una empresa que fabrica turbinas eólicas genera emisiones negativas de dióxido de carbono si éstas turbinas sustituyen la generación de energía de origen fósil (petróleo, carbón o gas) y ayuda a reducir emisiones en el futuro.
La estrategia Pictet Environmental Opportunities, que contribuye a reducir emisiones asociadas al cambio climático, tiene un impacto significativamente menor que los índices de referencia mundial en todos los límites planetarios, especialmente en cuanto acidificación de los océanos, eutrofización y contaminación química. Para ello, parte del universo de más de 40.000 empresas cotizadas globalmente excluyendo de su universo de inversión la compañías fabricantes de armas controvertidas y las que operan en países no firmantes del tratado de no proliferación de armas nucleares. Solo 3.500 operan dentro del “espacio operativo seguro” y 400 de estas contribuyen a la resolución de los desafíos ambientales, conformando el universo invertible. La selección se basa en la pureza, franquicia, calidad de gestión y valoración, estando los criterios ASG integrados en la puntuación de franquicia y calidad de la gestión, con impacto en el peso de cada acción en la cartera.
El indicador de controversias mide hasta qué punto las empresas están expuestas a asuntos controvertidos como soborno, corrupción, retiradas de productos, incidentes de contaminación y conflictos con las comunidades locales, en función de su grado de gravedad y recurrencia, así como responsabilidad de la empresa y fiabilidad de las fuentes de información. Si una empresa no está cubierta por proveedores externos, los gestores evalúan el impacto ASG con investigación primaria y evaluación cualitativa.