Contratiempos en el terreno macroeconómico, aunque con mejoras en el interior
Se han producido algunos indicios tangibles de que la confianza está retornando lentamente a Europa, aunque los datos recientes relacionados con la industria y el producto interior bruto (PIB) no han sido especialmente destacables. La tasa de desempleo en Europa, aunque todavía en niveles elevados en comparación con los promedios históricos, ha comenzado a disminuir. Las ventas de automóviles nuevos también están aumentando, ya que la seguridad en el empleo facilita mucho las decisiones de compra. Existen, no obstante, diversos obstáculos importantes a superar, entre ellos el impacto de la escalada de las tensiones en la crisis de Ucrania.
El crecimiento sigue siendo frágil en Europa, lo que ha llevado al Banco Central Europeo (BCE) a poner en marcha recientemente un paquete de medidas destinadas a acelerar el crecimiento. Si bien la intervención del BCE podría estimular una recuperación lenta y progresiva, puede que no sea la «varita mágica» que muchos analistas esperan. La inflación se ha mantenido en niveles obstinadamente bajos, en parte por la fortaleza del euro, lo que ha generado temores por el riesgo de deflación. Pero Europa no es la única que lucha por resolver los problemas estructurales que impiden el crecimiento; se trata de un problema mundial. El BCE confía en asistir a cierta depreciación del euro en el segundo semestre de 2014, lo que ayudaría a los exportadores.
Nuevas oportunidades para acceder a los líderes mundiales
Es fácil que los inversores, sobre todo en otras partes del mundo, sientan pánico sobre Europa al leer las noticias y observar el incierto contexto macroeconómico. Pero creemos que se trata de una reacción equivocada. La incertidumbre crea desajustes en los precios del mercado, y esto proporciona una oportunidad para los selectores de acciones, como nosotros, para generar alfa.
Uno de los puntos fuertes de Europa sigue siendo el hecho de que algunas empresas de la región son en muchos casos líderes mundiales. Entre ellas se encuentra Roche, la farmacéutica suiza, líder en oncología y hematología, así como Continental, el fabricante alemán de neumáticos y componentes de automoción, que se beneficia de un ciclo largo de demanda creciente de los componentes de seguridad activa en los automóviles.
El alcance mundial de las empresas europeas y la amplitud de sus fuentes de ingresos permiten a las carteras de renta variable europeas ajustarse hacia empresas con exposición a esas regiones que ofrecen las oportunidades más atractivas. En los últimos 18 meses, nos hemos centrado más en la “Europa doméstica”, manteniendo empresas valoradas a precios atractivos con operaciones orientadas al ámbito nacional. Sin embargo, la incertidumbre económica reciente ha provocado que algunos inversores macro recorten su exposición a Europa, y creemos que esto ha creado una nueva oportunidad para invertir en nombres globales a precios atractivos.
Las empresas tratan de rentabilizar su efectivo
En el ámbito corporativo, asistimos a una presión creciente sobre las empresas con abundante liquidez para que inviertan el capital en operaciones de fusiones y adquisiciones o lo reviertan a los inversores a través de dividendos. No nos sorprendería, en esta fase alcista ya avanzada pero todavía muy fuerte, asistir a un auge en la actividad de fusiones y adquisiciones en acciones de gran capitalización. Esto, junto con la separación de los factores macro y microeconómicos, hace que seamos particularmente optimistas sobre el potencial de los mercados de renta variable para moverse al alza en los próximos meses.
Un entorno que premia los selectores de acciones
Después de la crisis financiera, Europa ha registrado un aumento en la correlación entre los resultados de los ganadores y los perdedores de las bolsas europeas. Las acciones buenas y malas se movían al unísono casi siempre con independencia de su calidad o valor. Esto erosionó el valor que los gestores de fondos pudieron añadir a través de una acertada selección de acciones. No obstante, desde principios de 2012, como muestra el gráfico 1, esta tendencia se ha invertido, y las correlaciones entre los precios de las acciones han retrocedido hasta alcanzar su media a largo plazo. Esto ha creado mejores condiciones que permiten a los gestores activos registrar resultados superiores a través de una buena selección de acciones.
Gráfico 1: La caída de la correlación favorece a los selectores de acciones
Fuente: BofA Merrill Lynch European Investment Strategy, Thomson Reuters DataStream, a 13 de agosto de 2014. ‘1yrMvgAvg’ se refiere a la media móvil de un año de correlaciones de precios en Europa.
El descenso de la correlación es comprensible. A medida que la crisis remite, se presta menos atención a la situación macro y más a los fundamentales de las empresas, entre los cuales se incluyen los beneficios. La recalificación de la renta variable europea de momento ha estado motivada por el ratio precio/beneficio (PER), aunque el recorrido expansivo de los márgenes ha perdido fuerza en gran parte. Todavía no hemos visto el crecimiento de los beneficios con que tanto se contaba que justificarían nuevas alzas. El crecimiento de los beneficios fue decepcionante en 2013 y creemos que la evolución del mercado dependerá en última instancia de que se cumplan o no las estimaciones optimistas para 2014 y 2015 (las estimaciones del consenso de Citi se sitúan en el 8% y 13% respectivamente). Mientras esperamos a que esta situación se confirme, nuestra cartera sigue estando posicionada de forma constructiva para tratar de aprovechar las oportunidades que ofrece la «Europa global» y las empresas con abundante liquidez.
Columna de opinión de John Bennett, gestor del la estrategia de renta variable European Selected Opportunities de Henderson Global Investors