Los últimos mensajes favorables al endurecimiento monetario lanzados por los bancos centrales en septiembre apenas influyeron en la deuda emergente, una clase de activos que está aguantando bien la volatilidad de la deuda pública de los mercados desarrollados. Su sólida evolución en lo que llevamos de año y los atractivos rendimientos que sigue ofreciendo han actuado como un imán para los inversores, especialmente aquellos que buscan unas rentas que ya no pueden encontrar en otros mercados de renta fija.
Los flujos de inversión han replicado esta visión positiva, y esta clase de activo ha registrado entradas de capitales en 35 de las 36 últimas semanas. Entretanto, el crecimiento mundial sigue siendo fuerte e imprime un impulso adicional a los mercados emergentes.
Sin embargo, algunas áreas de la deuda emergente imponen cierta cautela, mientras que otras siguen ofreciendo todavía oportunidades interesantes.
Nuestra visión positiva sobre la duración de la deuda emergente en moneda nacional se mantiene, apoyada por los elevados rendimientos reales, el descenso de la inflación y la política monetaria expansiva de los bancos centrales. Dentro del universo de inversión, preferimos países donde podemos encontrar rendimientos elevados en moneda nacional,curvas con fuerte pendiente y carry atractivo, y monedas estables. Perú y Hungría son dos ejemplos de mercados donde se dan estas condiciones.
Bonos indexados a la inflación
Dentro de la deuda emergente en moneda nacional en general, los bonos indexados a la inflación están incrementando su atractivo en estos momentos. Aunque el argumento de los rendimientos reales sigue intacto en lo que respecta a la duración de la deuda emergente en moneda nacional, las tasas de inflación implícita de los países emergentes han caído considerablemente durante los últimos años a consecuencia del descenso de la inflación y la mayor fortaleza de las monedas.
Ahora que la Fed está preparándose para drenar liquidez en dólares del mercado, podríamos ver un rebote del billete verde frente a las divisas emergentes. La debilidad de las monedas, sumada a las bajas tasas de desempleo en algunas economías emergentes, podría aumentar las presiones inflacionistas y estimular las tasas de inflación implícitas de los mercados emergentes. Por lo tanto, la duración real, más que la nominal, podría ofrecer un mejor perfil de riesgo-rentabilidad durante los próximos meses y trimestres.
Del mismo modo, seguimos siendo cautos sobre las monedas emergentes frente al dólar estadounidense y mantenemos la infraponderación en monedas vinculadas al ciclo mundial de las materias primas (peso colombiano, peso chileno) y al ciclo económico de Asia (won surcoreano, nuevo dólar taiwanés). También siguen siendo atractivas algunas situaciones específicas donde el carry es lo suficientemente alto para compensar la volatilidad de los tipos de cambio, como el naira nigeriano y el peso argentino.
En cuando a la deuda emergente en divisa fuerte, la tendencia de estrechamiento de los diferenciales continúa, apoyada por unas entradas de capitales constantes en esta clase de activos. Las valoraciones imponen cierta precaución, sobre todo en deuda pública, donde los diferenciales parecen bajos. Por su parte, la deuda corporativa emergente sigue siendo atractiva gracias a su carry elevado y su menor volatilidad.
Andrea Iannelli es director de inversiones del área de Renta Fija.