Los saltos que hicieron El Dow Jones (DJI), S&P 500 (S&P), Nasdaq Compuesto (NASDAQ), Russell 2000 (RUT) los días 15 y 16, parecen más bien reacciones técnicas por haber caído a la línea del promedio móvil (PM) de 200 días, que indicios de recuperación. Los índices cayeron una media de 8,60% desde sus máximos recientes (RUT, -11,26%; NASDAQ, 9,60; S&P, -6,93%; DJI, 6,62%). El RUT prosiguió 4,7% más allá del PM, fue el único que tocó y traspasó el PM 300, y, en proporción, fue tercero en magnitud de rebote. ¿Qué podríamos entender?
Es octubre y no cabe entusiasmarse mucho. Puesto que se tienen bien claras las razones de la baja (sobreprecios, alza continua de tipos de interés, indefiniciones sobre Brexit, nubarrones económicos y políticos sobre UE, amenazas comerciales, entre otras), y suficientemente asimilado que no se resolverán en el corto ni mediano plazos, aun con el paliativo de los resultados trimestrales, es difícil aceptar sin más que las alzas de estos días signifiquen vuelta rápida a los techos históricos. Los indicadores sugieren que hay espacio para bajas adicionales pues, en su ajuste, los índices no alcanzaron la zona de sobre-venta. Los rebotes podrían tomarse como un alto en la trayectoria de baja o tal vez como síntoma de estancamiento.
A juzgar por las cifras de retorno acumulado en cinco, tres, un año (de cierre a cierre de cada septiembre) y en 2018, se supone comprensible que desde hace meses se intuyera o trazara una toma de utilidades más sustanciosa que las previas. Véanse los datos redondeados:
Lecciones históricas de octubre
El IPC, que rondó en agosto y septiembre el umbral de los 50.000 puntos, bajó en esta racha un tanto menos que las referencias de Wall Street. Su reacción positiva, por tanto, ha sido tibia, precisamente hasta la línea del PM 200, sin sacudirse el sesgo bajista. Con todo, ha dejado en dos semanas la mitad de los puntos que había ganado en cuatro meses. Huelga decir que su desempeño acumulado ha sido pobre: pérdida de 1% en un año; ganancia de 1% en 2018.
Si repasásemos el comportamiento de las bolsas en anteriores ciclos de subida de tasas por parte de FED, veríamos que el patrón de vuelta al alza precisa por lo menos de un semestre, no menos. En esta ocasión, se advertiría: siempre que los resultados coadyuven y los demás elementos no encallen. Por supuesto, el patrón conlleva vaivenes y recaídas que, en esta ocasión, si se dieran, coincidirían con el traspaso hacia y de la línea del PM 300, lo que puede ser malo para algunos e interesante para otros. Si nos atenemos a las señales técnicas, supondríamos que este PM marca un piso más duro y decisivo para Wall Street: si se alcanza y valida, el rebote inyectaría confianza; si se rompe, cuidado…
En cualquier caso, sea que la baja se pronuncie o devenga lateralidad, la historia de los octubres y la subida escalonada de réditos por decisiones de política monetaria, permite desinflar precios y entrar a niveles atractivos. He ahí lo interesante.
Columna de Arturo Rueda