A menudo oigo hablar sobre la conexión entre la compra de bonos de la reserva Federal estadounidense y la subida de la renta variable. Además, ambas parecen haberse movido al alza al mismo tiempo. El índice S&P 500 repunta un 200% desde 2009, mientras que la Fed ha sumado billones a su balance para proporcional a la economía de Estados Unidos liquidez extra con la que impulsar el crecimiento y crear empleo.
Pero hay otra cosa que ha estado ocurriendo durante el mismo período, y sobre la que me gustaría llamar la atención. No sólo las compras de bonos y medidas de liquidez han subido con las decisiones de la Reserva Federal, los beneficios empresariales también han aumentado en la economía en su conjunto y en torno a un 190% en particular para las empresas que cotizan en las principales bolsas.
Durante largos períodos de tiempo, el comportamiento observado de las bolsas ha estado directamente vinculado a las ganancias empresariales. Que el mercado haya subido 5 años más o menos en línea con los ingresos de las empresas me sugiere que la rentabilidad ha sido un factor más poderoso del repunte que la liquidez de la Fed.
En mi opinión, hay cinco razones que explican por qué es tan importante para los inversores.
Primero, los beneficios del S&P 500 han continuado expandiéndose a lo largo de todo el ciclo económico mucho más allá del rebote que podría esperarse desde los mínimos tocados en la recesión.
Segundo, la evolución de las compañías en los principales índices ha sido tan robusta que en los principales índices que las ganancias aumentaron incluso cuando la economía de Estados Unidos estaba contrayéndose. Los beneficios empresariales del primer trimestre subieron un 4,5% respecto al año anterior, mientras el Gobierno de Estados Unidos informaba de que la economía se había contraído en ese periodo un 2,1% ajustada a la inflación.
En tercer lugar, el margen de beneficio neto -es decir, el beneficio obtenido por cada dólar de ventas- ha seguido aumentando. Para ello, las empresas han limitado sus costes y han mejorado de forma dramática su productividad, al producir más bienes y servicios por hora de trabajo.
En cuarto lugar, la mejora en los beneficios y en los márgenes de beneficio están dando señales alentadoras de ampliarse, algo que sucede de forma simultánea en casi todos los sectores e industrias, incluyendo los sectores la salud y la tecnología.
En quinto lugar, la economía estadounidense se está expandiendo, siendo casi la única entre las principales economías del mundo. De hecho, cada vez es más evidente que el ciclo de los Estados Unidos está mejorando con el sólido respaldo de los ingresos de los consumidores, el gasto de capital, la demanda acumulada, las mejoras competitivas en el comercio mundial, los aumentos salariales y la caída de las tasas de desempleo.
No se deje engañar de nuevo
El mundo de la inversión consiste en buscar burbujas, evitando las categorías de activos con poco más que aire, listo para verse afectado por la más mínima subida de los tipos de interés o la retirada de la liquidez inyectada por el gobierno. Después de todo, hace sólo seis años, el colapso del crédito hizo estallar una verdadera burbuja en el mercado de la vivienda. Nadie que haya perdido sus ahorros con las caídas del mercado y las quiebras quiere ser engañado de nuevo.
Así que estoy de acuerdo, no seamos engañados de nuevo. Pero al mismo tiempo, no supongamos que la Fed es lo suficientemente potente como para hacer subir los beneficios empresariales en todas las categorías cuando los precios de la energía, los costes laborales y la rotación de activos están ayudando en la evolución favorable de las empresas. En mi opinión, el mercado no puede ignorar los impresionantes resultados obtenidos no sólo de liquidez, sino de un mundo de mejoras de la economía real.
Columna de opinión de James Swanson, estratega jefe de Inversiones de MFS