Los temores por la alza de las tasas de interés en EE. UU., los crecientes incumplimientos y una caída de varios meses en el precio del petróleo han inyectado una elevada dosis de ansiedad en el mercado de deuda high yield. Pero aún pensamos que los inversores estarán mejor este año si se mantienen firmes y conservan sus inversiones.
Por supuesto, entendemos la preocupación. Desde nuestro punto de vista, el 2015 probablemente será un año volátil y los inversores deberán estar atentos a ciertas cuestiones, como la calidad del crédito y la liquidez del mercado. Los inversores deben asegurarse de que sus carteras de deuda high yield estén bien diversificadas y creemos que deben resistir la tentación de lanzarse en busca de rendimiento a través de los créditos más riesgosos.
Pero no creemos que sea el momento de abandonar completamente al alto rendimiento y aquí le explicamos por qué:
Las alzas de tasas de la Fed no son el fin del mundo. Sí, parece probable que la Reserva Federal comenzará a subir las tasas de referencia en algún momento de este año. Y sí, eso causará mucha volatilidad en los mercados financieros, como lo hizo el anuncio de la Fed en 2013 sobre la reducción gradual de sus compras mensuales de activos.
Pero esto es lo que aprendimos de ese episodio, ahora afectuosamente –o tal vez no tan afectuosamente– conocido como taper tantrum: quienes bajaron la cabeza y conservaron sus inversiones salieron ganando; el índice Barclays US High Yield Index generó una saludable rentabilidad del 7,4 %. Creemos que la situación puede ser similar esta vez.
Las valoraciones no parecen tan generosas. La venta de deuda high yield en los últimos meses ha dejado al mercado en general con un aspecto más atractivo del que ha tenido por un tiempo. Previamente, los inversores sedientos de rentabilidad llevaron a que los spreads se redujeran considerablemente, en algunos casos hasta el punto en que creímos que los inversores no estaban siendo adecuadamente compensados por el riesgo que asumían.
La deuda high yield puede reducir el riesgo sin sacrificar rendimientos. Los bonos high yield pueden parecerse a otros bonos, pero no necesariamente se comportan de la misma manera. La deuda high yield no está estrechamente relacionada con las tasas de interés y, de hecho, es un activo que ha mostrado un buen desempeño durante períodos de ajuste de la Fed. A lo largo del tiempo, el mercado de deuda high yield exhibe una correlación razonable con las acciones, ya que ambos están fuertemente vinculados con los resultados empresariales y las variables fundamentales de las empresas que representan.
Pero hay algo de lo que tal vez algunos inversores no se dan cuenta: durante las últimas tres décadas, los bonos high yield han logrado rentabilidades similares a las de las acciones, con mucha menos volatilidad. Ahora que se espera que la volatilidad del mercado aumente este año, los inversores con aversión al riesgo, o quienes buscan una forma de moderar la volatilidad de las acciones en sus carteras pueden descubrir que la deuda high yield ofrece una manera de reducir el riesgo sin sacrificar demasiado en términos de rentabilidad.
Los incumplimientos no son una preocupación en el corto plazo. Es probable que las tasas de default en 2015 superen a las que vimos en los últimos dos o tres años pero, recuerden, las tasas han estado en niveles extremadamente bajos por bastante tiempo, e incluso una mayor tasa de incumplimientos en 2015 estaría bien por debajo del promedio de largo plazo.
Una preocupación mayor, para nosotros, se centra en la situación de menor liquidez para las operaciones. Las rentabilidades del high yield podrían verse afectadas si todos corren hacia la puerta al mismo tiempo. Pero, nuevamente, recuerden que los inversores que mantuvieron su rumbo durante la rabieta de la reducción gradual fueron quienes rieron últimos.
Es más, cuando hablamos de renta fija, el tiempo suele ser amigo del inversor. Por ejemplo, el high yield en EE. UU. ha recuperado la mayoría de las grandes caídas ―pérdidas de más del 5%― en un período de 24 meses. Esto es así incluso para los períodos que incluyen a 2008, el año en que la crisis financiera mundial golpeó más duramente a los mercados.
Los bonos no relacionados con la energía se ven bien. La brusca caída de los precios del petróleo, que se acercan a su descenso más prolongado en seis años, golpeó duramente al mercado high yield porque las empresas energéticas constituyen aproximadamente el 15% del índice (más que cualquier otro sector). Y si los precios del petróleo se mantienen en el rango de 40-50 dólares por barril, es probable que los incumplimientos de las empresas energéticas aumenten.
Pero esta es la cuestión: los bajos precios del petróleo son buenas noticias para muchas de las empresas que constituyen el 85% restante del mercado high yield. Vemos entonces abundantes oportunidades fuera del sector energético, especialmente en bonos de sectores del mercado que se han visto arrastrados por la crisis energética.
En resumen, ciertamente esperamos brotes de elevada volatilidad para este año y creemos que los inversores deben estar atentos a la liquidez y vigilar la calidad del crédito, pero creemos que hay más potencial de alzas en el mercado high yield para 2015 que durante el año pasado. Prevemos que los inversores que se mantengan firmes este año se alegrarán de haberlo hecho.
Columna de opinión de Gershon M. Distenfeld, director del área de deuda high yield en AB.
Las opiniones aquí expresadas no constituyen investigación, consejos de inversión ni recomendaciones para operaciones, ni necesariamente representan la opinión de todos los equipos de gestión de carteras de AB.