Las turbulencias del mercado son un fenómeno cíclico natural, como bien sabe todo el que haya estado vinculado a la industria de servicios financieros durante algún tiempo. Es como la vela, donde las condiciones varían de la calma a la tormenta. Por ello, un buen patrón habrá tenido que tomar precauciones para, si se presentan condiciones difíciles, poder seguir navegando durante la tormenta con destreza y seguridad. Esto es lo mismo que un CEO tiene que hacer cuando los mercados se vuelven turbulentos…
Muchas veces he comentado que la analogía más cercana a las exigencias del liderazgo en los negocios se encuentra en el mundo del deporte. Este punto de vista se vio contrastado el pasado día de San Andrés, cuando asistí a un almuerzo ofrecido por el club de rugby London Scottish y donde tuve el honor de recibir uno de los premios que se entregaron. Siempre es gratificante cuando Aberdeen recibe un reconocimiento y estoy orgulloso de lo que nuestro equipo ha logrado, aunque estamos más enfocados en los éxitos futuros que en los pasados.
Ganar premios sienta bien, pero es la travesía lo que importa, y el evento del London Scottish me hizo volver a la realidad al poder conversar con uno de los ganadores de los premios. David Smith, MBE, de Aviemore, ganador de la medalla de oro de los juegos paralímpicos de Londres 2012 y doble campeón del mundo. Recibió el galardón al Mejor Joven Talento. La historia de David es un ejemplo de increíble valor frente a una adversidad excepcional. A pesar de haber nacido con una malformación en el pie, creció para convertirse en cinturón negro de karate y miembro del equipo de bobsleigh de Gran Bretaña hasta que graves problemas de salud le obligaron a cambiarse a los deportes paralímpicos. En esta nueva etapa, ganó una medalla de oro en remo en Londres 2012. Además, ha soportado dos complejas operaciones por un tumor en la médula espinal que le ocasionó una parálisis temporal. El año pasado, el tumor reapareció y volvió a necesitar una operación por tercera vez.
Una parte de los problemas a los que David ha tenido que hacer frente habrían llevado a la mayoría de los seres humanos a la desesperación. Pero su espíritu es indomable. Él describe su filosofía en términos sorprendentes: “En la vida, nos definimos por lo que hacemos en nuestra peor etapa y en la dificultad nos encontramos a nosotros mismos. Es en estos momentos en los que lo único que puede derrotarnos somos nosotros mismos”.
No puedo comparar ni por un momento las dificultades que tiene que afrontar ni siquiera el CEO más ocupado de una organización con la batalla a vida o muerte que ha librado durante años David Smith. Sin embargo, las cualidades que le han permitido mantenerse firme ante las circunstancias también son indispensables para los líderes de negocios. De hecho, las cualidades que un líder necesita en el mundo de los negocios son las mismas que en el resto de desafíos de la vida: coraje, inteligencia (tanto emocional como intelectual), experiencia, imaginación y tenacidad.
Todas las empresas pasan por altibajos y los líderes empresariales deberían ser evaluados por su respuesta cuando las cosas no van bien y no por sus logros cuando lo tienen fácil. Sin embargo, los mercados difíciles requieren líderes que no sólo inspiren a sus compañeros del consejo de administración y empleados; sino que también tienen que inspirar a los accionistas e inversores, ayudándoles a reconocer que la creación de riqueza real está en alcanzar los objetivos a largo plazo. Recientemente, Larry Fink, CEO de BlackRock, el mayor inversor del mundo con 4,6 billones de dólares, envió una carta a los directores generales de las empresas del S&P 500 y de las grandes compañías europeas, advirtiendo de los efectos dañinos de la visión a corto plazo, tanto en el aspecto empresarial como en la política.
En su carta, Fink señalaba que a pesar de que a nivel corporativo se repite mucho la idea del lago plazo, “muchas empresas continúan implementando prácticas que pueden minar su capacidad para invertir en el futuro”. Él quiere que las empresas eduquen a los inversores «sobre los ecosistemas en los que operan, sobre cuáles son las amenazas competitivas y sobre cómo la tecnología y otras innovaciones están afectando a sus negocios».
Su advertencia más contundente es: “La cultura de la histeria de los beneficios trimestrales de hoy en día es totalmente contraria al enfoque a largo plazo que necesitamos». Totalmente de acuerdo. Y esta advertencia también es aplicable a períodos superiores a un trimestre financiero. Es comprensible que los inversores puedan ponerse nerviosos en los mercados turbulentos, pero tienen que estar convencidos de que mantener un rumbo firme traerá recompensas.
Nadie ha dicho que dirigir una empresa sea una tarea sencilla y durante cuatro décadas de carrera, he aprendido a ser paciente y a ver las dificultades como una oportunidad para comprobar mis habilidades como líder. Lo más importante es centrarse en las recompensas que esperan a aquellos capaces de tener una visión a largo plazo.
Martin Gilbert, consejero delegado de Aberdeen Asset Management