Desde 1970, el mundo ha perdido el 60 % de la población mundial de vertebrados, mientras que, al mismo tiempo, más del 40 % de las especies de insectos están disminuyendo rápidamente. La Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) también ha identificado cinco causas directas de pérdida de la biodiversidad relacionadas con el ser humano que, ordenadas por su impacto, son:
- Los cambios en el uso de la tierra y el mar
- La explotación directa de los organismos
- El cambio climático
- La contaminación (del aire, el agua y el suelo)
- Especies exóticas invasoras.
La biodiversidad se encuentra dentro del ámbito del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 15 de las Naciones Unidas, que tiene como fin “proteger, regenerar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar los bosques de manera sostenible, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad”.
Aunque la crisis del cambio climático ha sido bien documentada, la pérdida de biodiversidad está estrechamente relacionada con este problema. De hecho, deben abordarse en conjunto, ya que el cambio climático es una amenaza directa para la biodiversidad, y viceversa.
A través de sus inversiones, los impactos en el negocio y la dependencia de la biodiversidad se traducen en riesgos para las instituciones financieras. El Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD) — se estableció para desarrollar y proporcionar un marco de gestión y divulgación de riesgos con el fin de informar y actuar sobre los riesgos relacionados con la naturaleza.
En este sentido, el TNFD ha desarrollado un marco de evaluación cualitativa para ayudar a las empresas y a los inversores con los riesgos y las oportunidades relacionados con la naturaleza.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre con la huella de carbono, medir la huella de biodiversidad de una empresa o una cartera no es tarea fácil. No existe una métrica de huella única, como las toneladas de equivalente de CO2, y los datos están más localizados.
Aun así, varios métodos han sido desarrollados en los últimos años por parte de diferentes proveedores de datos como Iceberg Datalab (Corporate Biodiversity Footprint) o Carbon4 Finance y CDC Biodiversité (Biodiversity Impact Analytics powered by GBS).
Utilizan indicadores que describen la riqueza de especies y la abundancia relativa como muestra de la biodiversidad general. Estos modelos no cuentan directamente la abundancia relativa de una especie en un lugar, sino que la miden indirectamente a través de un modelo de presión-impacto.
¿Qué papel tiene el agua en todo esto? El agua es un componente importante de los “activos de capital natural”. Estos “activos de capital natural” se pueden dividir en cuatro grupos principales: tierra, océano, agua dulce y atmósfera.
Cada uno proporciona una serie de servicios, conocidos como servicios ecosistémicos, que benefician a la industria y son esenciales para nuestro bienestar. A nivel mundial, estos servicios alcanzaron un valor estimado de 125-140 billones de dólares en 2011, más de una vez y media el PIB mundial en el mismo año.
Sin embargo, el deterioro de la biodiversidad afecta al stock de capital natural y a los servicios ecosistémicos asociados, lo que tiene graves consecuencias para las empresas y la sociedad: el coste estimado tan solo a causa del cambio en el uso de la tierra es de 4-20 billones de dólares al año.
Todas las actividades económicas dependen de, y afectan a, los servicios ecosistémicos de diferentes maneras, ya sea directamente a través de las operaciones o indirectamente a través de las cadenas de suministro. Por lo tanto, como elemento clave a la hora de mantener la biodiversidad, no se debe subestimar el impacto positivo que pueden tener unas ideas bien meditadas en el ecosistema de inversión del agua.
Al estar dentro de un universo invertible que incluye la contaminación, las especies invasoras y los cambios en el uso de la tierra y el mar, los fondos del agua pueden desempeñar un papel como componente imprescindible en un mandato de inversiones en biodiversidad más amplio. Y ciertos valores dentro de este universo invertible encajan dentro de los cinco factores clave de la pérdida de biodiversidad de la IPBES para enmarcar el diverso conjunto de oportunidades al que se puede acceder con un enfoque basado en la biodiversidad.
En un momento en que numerosas entidades gubernamentales y no gubernamentales están dando la voz de alarma sobre la necesidad de prestar una mayor atención a la biodiversidad, está claro que unas inversiones bien meditadas en la cadena de valor del agua pueden ofrecer una solución a uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la especie humana.