Este verano, zigzagueando entre tormentas, en nuestro viaje para analizar el país nuestro avión finalmente consiguió rebotar sobre la pista del Aeropuerto Internacional de Rangún en Birmania (Myanmar). Cuando se construyó el aeropuerto, hace más de 60 años, se consideraba uno de los más modernos del Sudeste Asiático, pero posteriormente cayó en el abandono y se quedó anticuado. Ahora, tras ser modernizado en 2007 con la ayuda de una compañía de Singapur, se ha convertido en un brillante aunque pequeño edificio con un aire decididamente aséptico. Después de que los oficiales de inmigración, uniformados de blanco inmaculado, nos enviaran a la tórrida noche de Rangún, pensamos que la remodelación del aeropuerto era un buen ejemplo de la evolución en otros muchos aspectos de esta nación anteriormente marginada.
Durante varias décadas, el socialismo en Myanmar convirtió a una tierra rica en arroz, teca y recursos naturales en uno de los países más pobres de la tierra que además se enfrentaba a serios problemas políticos y diplomáticos. Solo muy recientemente se han levantado las sanciones tras la disolución en 2011 del gobierno militar de opresión. Tras tres décadas bajo esta junta militar, Myanmar ha abierto sus puertas al cambio. Áreas como la agricultura, la minería, las manufacturas y el turismo parece florecer llenas de potencial.
Descrita antaño como el “cuenco de arroz de Asia,” Myanmar era famoso hace tan solo una generación por su exportación de arroz fragante Paw San. Sus exportaciones de arroz se marchitaron considerablemente desde entonces aunque esta misma primavera, capital japonés ha invertido en la producción de arroz en Myanmar importando arroz birmano por primera vez en cuatro décadas. Myanmar también fue una de las primeras naciones en extraer petróleo, pero nacionalizó su industria de gas y petróleo en 1962 aislándola durante décadas. Sin embargo, recientemente, el gobierno está abriendo a petroleras extranjeras 30 yacimientos offshore intactos de petróleo y gas natural. La agencia de gas y petróleo del país, aparentemente está plagada aún de inexperiencia, fallos de gestión y nepotismo, mientras Myanmar está bajo creciente presión para solucionar sus propios problemas de carencia de fuentes de energía. Sin embargo en junio, EE.UU. anunció una nueva alianza con Myanmar para “colaborar en una mayor transparencia y buen gobierno” de su sector energético. Esta asociación tiene como objetivo aportar apoyo político y asistencia técnica para implementar las mejores prácticas internacionales al tiempo que mejorar la responsabilidad financiera, la seguridad y la administración medioambiental de recursos.
La carencia de infraestructuras en Myanmar y la envergadura de la inversión necesaria para que lleguen a niveles similares a los de sus vecinos regionales constituye otro obstáculo para su éxito. En nuestra opinión, las infraestructuras del país, si bien básicas, son bastante sólidas y gozan de un mantenimiento relativamente bueno comparado con lo que hemos visto en otros mercados frontera. Las decenas, o incluso centenas de miles de millones de dólares que serían necesarios para poner a Myanmar en términos comparables a los del resto de la región podrían obtenerse si se continúa dando un proceso de transición política tranquilo. Myanmar cuenta además con una localización estratégica, por lo que varios países necesitan seguir alimentando una buena relación. De hecho, muchos países de la región han mantenido, o bien retomado, relaciones existentes desde tiempos inmemoriales con Myanmar.
La gran oferta de mano de obra y disponibilidad de terreno también ofrecen oportunidades para la actividad manufacturera a gran escala. A esto podría sumarse la necesidad de muchas grandes corporaciones de diversificar su exposición geográfica. Aunque todavía estemos siendo testigos de los primeros pasos del viaje económico de Myanmar, continuaremos monitorizando su desarrollo con gran interés, incluyendo las elecciones generales y la apertura de un mercado bursátil, ambos previstos para 2015.
Columna de opinión del equipo de Asia Emergente de Matthews Asia
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