Miami is back”, presumía el viernes el alcalde Tomás Regalado, pero para los ojos de muchos la verdadera dimensión de la Ciudad esta por llegar. Al mismo Regalado le he escuchado lamentarse de que la visión de Miami en el imaginario colectivo mundial se reduce a sol, playa y fiesta.
Hay otros muchos tópicos como el de ser una ciudad donde los delincuentes campan a sus anchas, un paraíso de fiestas para ricos y famosos, un quirófano tamaño XXL donde las personas hacen cola para ponerse de aquí y quitarse de allá… En definitiva, un reino de la superficialidad donde nadie trabaja ni produce al estar demasiado ocupados tomando cocteles en la cubierta de un barco o jugando al golf.
Existe un programa en mi país cuyo título es “Españoles por el mundo” que se emite en la televisión pública, también a través de su canal internacional. Ilustra a los españoles sobre cómo viven sus compatriotas a lo largo y ancho del planeta. Se trata de conocer ciudades a través de aquellos que un día decidieron emigrar y buscar fortuna. A Miami ya hace unos años que le dedicaron espacio, pero no me sorprendió el panorama que allí se presentó de vida relajada y fácil. Los españoles que allí salían pintaban el sur de la Florida como un lugar de eternas vacaciones con un estilo de vida al que se podía acceder sin ningún tipo de esfuerzo. Uno de los entrevistados consideraba casi obligatorio jugar al golf a diario, otro paseaba en su yate presentándolo como un bien de primera necesidad.
Para que el reportaje, atraiga y quede impactante es obligado añadirle de fondo la música de Miami Vice, la mítica serie sobre corrupción y policías en la que dos agentes disfrazados de chulos de discoteca luchaban contra el crimen en un infierno de droga y violencia.
Hay muchas versiones de este “Españoles por el mundo”: “Andaluces por el mundo”, “Castellanoleoneses por el mundo”… Hace unas semanas me llamaron de “Madrileños por el mundo” para que formara parte del elenco de entrevistados. Les contesté que mi vida era muy aburrida y que les iba a tirar abajo el hilo conductor del programa. ¿Un padre levantado a sus hijos a las siete de la mañana para llevarles a la escuela? ¿Un trabajador metido en una redacción 12 horas al día? ¿Alguien que no para de pagar facturas y sufre por llegar a fin de mes? ¿De dónde iba a sacar el barco y los palos de golf?
Como me temía “Madrileños por el mundo” fue un catálogo de lugares comunes donde se insistió en que somos una secta del culto al cuerpo, la cirugía, la superficialidad y el exhibicionismo.
No niego que haya mucho de esto, muy concentrado en determinadas zonas por cierto, que son precisamente las más golosas para jugar con una cámara. Necesitamos proyectar otra imagen de Miami. El Miami punto de encuentro entre Estados Unidos y América Latina, sinónimo de esfuerzo, de trabajo, de reinvención, de realización de los sueños personales. Señor alcalde, me pongo a su disposición para ayudar a que Miami ocupe el lugar en el mundo que le corresponde.
Para ver el video «Madrileños por el mundo» dele click aquí.
Columna de opinión de Manuel Aguilera, director del Diario Las Americas.