A mayor riesgo, mayor rendimiento dice uno de los principios de las inversiones. Sin embargo, cuando se tiene la posibilidad de comparar estas dos variables y ponerlas entre competidores en sus resultados históricos, lo que sale a relucir es que hay quienes toman un riesgo adicional para un nivel de rendimiento, o hay quienes logran, con un menor riesgo, ser más eficientes y obtener mejores resultados.
Entre las Afores se pueden observar varios perfiles de riesgo y estilos de inversión. Por un lado, hay quienes tienen como mandato estar en los primeros lugares aunque ello implique asumir un riesgo adicional, a otros les interesa estar por arriba del promedio, otros solo quieren estar a media tabla para no arriesgar ni exponerse de más; y otros que pecan de ser conservadores en su resultados.
Las inversiones son dinámicas y lo que ayer funcionó no necesariamente funcionará en el futuro. Por tal motivo, las áreas de inversión se tienen que estar reinventando continuamente para mejorar resultados.
Los rendimientos solo dan una parte de la película y para presenterla más completa, es necesario agregarle el riesgo. Para este caso, será expresado como el Valor en Riesgo (medido por la desviación estándar de las cotizaciones diarias que se multiplica por un valor de probabilidad) para así obtener la perdida esperada con cierto porcentaje de probabilidad, que en este caso lo ubicamos en 95%.
Graficando el riesgo y el rendimiento
Para hacer este ejercicio se tomaron los rendimientos directos (no anualizados) de la Siefore básica 2 (sb2) que es la Siefore (fondo de Afore) que administra el mayor monto de activos (36%) que equivale a 50.000 millones de dólares. Adicionalmente, está enfocado a trabajadores del gobierno federal y sector privado cuya edad está en el rango entre 46 y 59 años. Por tal motivo, 9 millones de trabajadores están afiliados en estos fondos, se invierte el 17% de los activos en renta variable y tiene un plazo promedio ponderado de 11 años a mayo de 2016 de acuerdo con datos proporcionados por CONSAR (regulador de las Afores).
Se tomaron los últimos tres años, ya que este periodo se ha caracterizado por una volatilidad importante que ha puesto de manifiesto la habilidad del administrador en un entorno cambiante. El Bono M23 (que vence en 2023), en el periodo ha fluctuado entre una tasa del 5,20% y 6,64%, que expresado en precios ha significado una variación del orden del 10%. Partiendo de la desviación estándar de los precios históricos de cada una de las 11 Afores se calculó el Valor en Riesgo (VaR) paramétrico al 95% de confianza. Esto significa que en el 95% de los días de operación, el porcentaje de perdida máxima esperada es el que es calculado para cada Afore. El VaR paramétrico se obtiene al multiplicar la desviación estándar de las cotizaciones del periodo por un 1,96%.
¿Más riesgo, más rendimiento?
Al graficar riesgo (eje horizontal o “equis”) y rendimiento (eje vertical o “ye”) se puede observar que la sb2 de Coppel ha sido la que mejor rendimiento directo pagó en los últimos tres años (15.jul-13 a 14-jul-16) con un VaR del 0,52%. En la grafica se agrega una raya vertical a partir del VaR de Coppel y quedan algunas Afores del lado izquierdo y otras del lado derecho.
Lo primero que nos salta a la vista es que la sb2 de Azteca con un grado de riesgo cercano al VaR de Coppel (0,52% VaR de Coppel vs 0,51% de VaR de Azteca), pagó un 4% menos de rendimiento que Coppel.
El otro punto que nos llama la atención son los dos extremos en cuanto a riesgo, donde por un lado aparece Inbursa como la Afore más adversa al riesgo (del lado izquierdo) e Invercap como la Afore con mayor riesgo (del lado derecho). Inbursa con un VaR del 0,18% pagó un 10,63%, mientras que Invercap con un VaR del 0,79% pago un 15,62%. Si se compara este último dato vs el resultado de Coppel se puede decir que el riesgo al que incurrió Invercap no le pagó, ya que Coppel con dos terceras partes del riesgo de Invercap logró mejores resultados.
En la grafica se puede observar a Profuturo y Principal que están en la segunda y tercera posición de rendimientos en el periodo. Estas Afores tienen un poco más de VaR que Coppel (casi un 0,10%) y tuvieron un rendimiento entre el 1,50 y el 2% por debajo de Coppel. Asimismo, estas dos Afores supieron manejar mejor el riesgo que Sura, Banamex y Metlife (en este periodo) quienes con un VaR muy similar sus rendimientos estuvieron por debajo. XXI-Banorte quien también tiene un VaR similar a este grupo, sus rendimientos son los más bajos para este nivel de riesgos donde su rendimiento está en la penúltima posición (lugar 10 de 11) y con una diferencia de casi el 8% con respecto a Coppel. Finalmente, se tiene a PensionISSSTE quien se encuentra en la posición 9 de las 11 Siefores y cuyo VaR es de los más bajos entre las Afores.
En portafolios de largo plazo, ejercicios como este sirven para hacer un examen de conciencia si están haciendo bien o no las inversiones (esto en retrospectiva). Adicionalmente, y de forma prospectiva, es importante mantener una constante revisión de escenarios de inversión, así como un análisis sobre las expectativas de mercado. En un segundo plano, determinar si la distribución por clase de activo (dentro de lo aplicable por el régimen de inversión) es el correcto y ya en un tercer plano, si los instrumentos que se están escogiendo para invertir en dicha clase de activo son los apropiados para generar el rendimiento esperado. Muchas veces se puede tener el escenario correcto y hasta la distribución por clase de activo, pero fallar en los activos específicos, por tal motivo es de suma importancia llevar a cabo este ejercicio de forma rutinaria y poder hacer los ajustes necesarios a tiempo.
Columna de Arturo Hanono