Tras la clara victoria de Trump el pasado mes de noviembre, los mercados se posicionaron en lo que se ha denominado el “Trump trade”, tratando de beneficiarse de los previsibles impactos económicos que sus políticas podrían tener.
Sin embargo, en nuestra opinión, la implementación de las políticas anunciadas inicialmente podría sufrir dificultades, tanto en el plano político doméstico como en el contexto geopolítico internacional, lo que podría llevar tiempo en su ejecución y añadir a una elevada incertidumbre a los mercados durante 2025. Tal y como ocurrió en su anterior mandato, las medidas más extremas podrían moderarse en su ejecución final.
Política fiscal
En el ámbito presupuestario, es previsible que las principales medidas anunciadas provoquen mayor crecimiento económico, aunque con incrementos del déficit y deuda pública, lo que ha impactado de manera relevante en los tipos de interés, especialmente en el largo plazo, con la rentabilidad del bono del Tesoro americano repuntando de manera relevante del 4,30% al 4,77%. El mayor crecimiento económico esperado dificultará el control de la inflación en un futuro próximo, lo que ha reducido el número de bajadas cotizadas de tipos de interés de la Reserva Federal hasta tan sólo una de 25 puntos básicos, lo que también ha fortalecido la cotización del dólar.
Las reducciones de impuestos anunciadas a las grandes corporaciones y a las rentas altas han generado un optimismo en la bolsa americana.
Adicionalmente, las medidas de gasto público han beneficiado a sectores de defensa, infraestructuras y energía.
Política de comercio exterior
Trump ha anunciado incrementos muy significativos de los aranceles a las importaciones, centrándose especialmente en China, aunque también impactando en Europa, y sus socios comerciales México y Canadá. La implementación de aranceles podría tener efectos disruptivos en las cadenas de producción globales, en las tasas de inflación y en los acuerdos comerciales internacionales, todo ello con inciertas consecuencias en el ciclo económico y en las relaciones internacionales, lo que podría aportar volatilidad en los mercados durante 2025, especialmente en sectores como el tecnológico e industrial.
Desregulación del sector financiero
En su anterior mandato, Trump llevó a cabo medidas de relajación de la regulación bancaria lo que trajo como consecuencia años después la crisis de la banca mediana de bancos como Silicon Valley Bank. De nuevo, vuelve a proponer mayor laxitud en los requisitos de capital exigidos a los bancos, lo que ha tenido una favorable acogida por parte de la cotización de las acciones bancarias.
Política monetaria
Las políticas fiscales más expansivas anunciadas por el presidente electo ya han tenido un impacto en los tipos de interés, incrementando la pendiente de las curvas de tipos. Adicionalmente, Trump ha sido muy vocal con respecto a la Reserva Federal para que acelere sus bajadas de tipos en apoyo a la economía, lo que ha incrementado las expectativas de inflación cotizadas en mercado.
Política medioambiental y energética
La nueva Administración ya ha mostrado una preferencia por políticas que favorezcan la extracción de combustibles fósiles en detrimento de renovables, lo que ha supuesto una fuerte caída de las empresas de energía solar y eólica en favor de petroleras y gasistas.
Con todo, el mercado ha anticipado las políticas de Trump, cotizando sus grandes anuncios, que favorecen a las grandes corporaciones americanas y a la cotización del dólar, e incrementando la pendiente de la curva de tipos de interés.
Sin embargo, hay aspectos donde es incierto el impacto de las medidas como el establecimiento de aranceles, el impacto en la política monetaria y fiscal y las relaciones internacionales, lo que probablemente aportará volatilidad a los mercados financieros durante 2025.
Tribuna de Luis Merino, responsable de Renta Fija, Mixtos y Fondos de Fondos de Santalucía AM