Los datos que salen semana tras semana llevan a pensar mucho sobre el campo actual en el que estamos parados, y mucho más sobre el impacto que puede tener en algunos activos de inversión. La semana pasada me refería a las acciones en Estados Unidos, y sigo enfocándome en ellas.
Los reportes financieros más recientes muestran que en los últimos 12 meses, las 1.500 empresas más grandes en Estados Unidos, exceptuando las financieras, añadieron 517.000 millones de dólares de deuda neta, lo cual, a su vez, llevó al endeudamiento total a 6,6 billones de dólares, la más grande de toda la historia de las empresas norteamericanas.
A su vez, el efectivo de las empresas, viene disminuyendo: en la actualidad son solo 1,8 billones de dólares, lo que representa que la relación efectivo vs deuda, alcance el 28%, el más bajo desde la crisis de 2008, cuando se ubicaba en el 23% (los años previos a la crisis estuvo alrededor de 26%). Algunos analistas, como Lance Roberts, notan sin embargo, que la mayoría de este efectivo se encuentra en operaciones externas, en algunas ocasiones de difícil repatriación hacia Estados Unidos.
¿Todo esto en qué se puede traducir? Sencillo, en que la Fed debería ser más cauta con cualquier movimiento que haga con la tasa de interés. Si “se le va la mano”, podría afectar el tema corporativo, un escenario para el cual creo que hoy por hoy no estamos preparados. Entonces, la mejoría de las variables económicas norteamericanas sí es necesaria para que la Fed suba la tasa, pero no es suficiente. Es necesario porque se necesita que mejoren, pero no son suficientes por sí solas, porque se necesita que esos mejores resultados se traduzcan en variables corporativas positivas.
Es decir, el óptimo de mejoría de variables como crecimiento económico, nivel de empleo, productividad, etc, estará listo para cuando puedan cubrir los mayores costos que generen créditos más caros por una tasa de interés más alta. En términos sencillos, el mayor costo marginal del crédito debe “pagarse” por sí solo. Si la mejora económica no se traduce mayores ingresos para las empresas, manteniendo relaciones financieras invariadas, probablemente no sea tan fácil para la Fed decidirse a subir la tasa.
Matemática sencilla: un 0,25% de incremento en el costo del crédito sobre una deuda de 6,6 billones de dólares, significa un costo adicional de 16.500 millones de dólares por año. Y este monto es, justamente, lo que deben de generar de más las empresas norteamericanas para que la ecuación total cuadre y sea, quizá un poco más para la Reserva Federal, la decisión de tasas de interés.
Las opiniones expresadas son responsabilidad del autor, y no representan necesariamente la posición de Old Mutual sobre los temas tratados.
Opinión de Manuel García Ospina, vicepresidente de wealth management de Old Mutual Colombia.