Si analizamos el primer trimestre del año vemos cómo el crecimiento se ralentizó tanto en Europa como en Estados Unidos pero hemos de tener en cuenta que partíamos de los niveles récord alcanzados durante el cuarto trimestre del año anterior. Tras observar los últimos movimientos del mercado, hemos constatado que el crecimiento sigue siendo superior a su potencial en la gran mayoría de las economías desarrolladas y marca también buen ritmo en los países emergentes por lo que, lejos de las voces que parecen multiplicarse últimamente a favor de un posible fin de ciclo de crecimiento anticipado, desde Mirabaud, en conjunto, mantenemos una visión optimista sobre el ciclo económico.
Parte de este optimismo procede de nuestra previsión de que en Estados Unidos el PIB logre un crecimiento por encima del 3% en el segundo trimestre del año. Un repunte que procederá sobre todo del consumo privado. La inflación y el crecimiento salarial podrían sorprender al alza. La inflación subyacente alcanzó el 1,9% en abril, nivel cercano al objetivo de la Reserva Federal.
Por otra parte, el mercado laboral sigue registrando tensiones, la tasa de desempleo cayó hasta su nivel más bajo de los últimos 17 años y las perspectivas de inflación a largo plazo vuelven a aumentar, sostenidas por el precio de la energía y las materias primas.
Además, si nos centramos en Europa, y a pesar de que los últimos datos también decepcionaron, el canal del crédito sigue siendo claramente favorable al crecimiento. Las condiciones de concesión de préstamos continúan suavizándose, lo que dará apoyo al crédito y a la inversión. La tasa de inflación subyacente del 0,7% en abril y la importante tasa de subempleo que sigue observándose en el viejo continente deberían convencer al BCE para mantener una política monetaria muy expansiva a medio plazo.
Contexto de volatilidad
En cualquier caso, y pese a que estos factores darán apoyo a las bolsas durante los próximos meses, la confianza de los inversores no está en su mejor momento. Nuestra apuesta, en situaciones de alta volatilidad como ésta, es clara: gestión cien por cien activa, de alto valor añadido, analizando compañía por compañía y con el horizonte puesto en el largo plazo.
En este sentido, una de las estrategias que mejor está funcionando es la seguida por el equipo de Renta Variable de Mirabaud, dirigido por Anu Narula, con el fondo Mirabaud Equities Global Focus. Se trata de un fondo de gestión activa, centrado en 10 temáticas clave de tendencias, que no establece límite por países y basado en stock picking de empresas con ventaja competitiva, un excelente modelo de negocio y capacidad de crecimiento.
A fecha de 11 de junio en que redacto este artículo, se encuentra en el 8º puesto de entre los más de 200 de su categoría en Morningstar, acumulando cerca del 10% de rentabilidad en 2018. El fondo tiene por objeto ofrecer un crecimiento del capital a largo plazo, invirtiendo principalmente en una cartera concentrada de empresas de todo el mundo, y haciendo hincapié en la inversión responsable teniendo en cuenta criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno.
Con respeto a nuestro posicionamiento general a grandes rasgos, nos mantenemos neutrales en las bolsas, con exposición pro-cíclica y atendiendo a nuestra asignación sectorial, que continua dando prioridad a los sectores de servicios financieros, industria, tecnología y energía. También hemos sobreponderado en el mes de mayo el sector de los metales y la minería en Europa y Estados Unidos para expresar nuestra visión positiva sobre las materias primas y el ciclo económico. Esta posición desempeña también un papel de diversificación frente a determinados riesgos geopolíticos.
Elena Villalba es directora de Ventas de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.