Desde la perspectiva del equipo de Renta Fija de Mirabaud Asset Management, 2024 presenta un escenario propicio con interesantes oportunidades en el vasto universo de este tipo de activo. El equipo, liderado por Andrew Lake, considera que los datos macroeconómicos les permiten vaticinar una desaceleración, que irá acompañada de una inflación más moderada y de ajustes a la baja en las tasas de interés. Ante este panorama, es previsible que se registren rendimientos totales positivos en la mayoría de las categorías de subactivos, si bien con variaciones en sus magnitudes. Como destaca el gestor: elegir el momento estratégico será más relevante que nunca.
La temida inflación nos seguirá acompañando a lo largo de 2024, si bien veremos un descenso paulatino en algunos mercados como el estadounidense, en el que se situará por encima del 2%. Como consecuencia, Lake vislumbra reducciones en las tasas de interés a lo largo de 2024, encabezadas por la Reserva Federal y seguidas de cerca por el Reino Unido y Europa. Este movimiento se enmarca en una transición hacia un entorno económico más pausado, con potencial para disipar la incertidumbre general que ha delineado las tendencias del mercado en el presente año. Por ende, es plausible que este contexto macroeconómico se materialice en un desempeño sólido y sostenido para los bonos de mayor calidad y duración, tanto en mercados desarrollados como emergentes.
El riesgo exhibirá un comportamiento más favorable impulsado por la desaceleración económica y la rebaja de tasas. Nuestro objetivo para los diferenciales de los bonos de high yield se sitúa en torno a los 500 puntos básicos, un umbral que señala una evidente ventana de oportunidad para la adquisición. Lake considera que, a medida que las tasas se ajusten para avivar el crecimiento, el crédito de menor calidad muestre un mejor comportamiento.
El gran momento de los bonos convertibles
Atención especial merecen los bonos convertibles que, como indica Nicolas Cremieux, gerente principal de Mirabaud Sustainable Convertibles Global, se verán beneficiados por las nuevas emisiones, una oportunidad para adquirirlos con un descuento respecto a su valor «justo» teórico. En los dos últimos años, este activo se ha visto impactado por una continuada racha de salidas netas negativas, pero con la recuperación de la emisión y el regreso de la convexidad, los convertibles se encuentran en su mejor momento desde la crisis financiera mundial. La convexidad, el gran valor de este tipo de activos, vuelve a recuperarse, siendo 1,17 veces más alcistas que bajistas en los valores subyacentes de los convertibles captados en lo que va de año. Sin duda, una oportunidad a tener en cuenta en 2024.
El equipo de Cremieux realiza un minucioso seguimiento de las fusiones y adquisiciones, una de las áreas protagonistas de 2023, y esperamos que también del próximo año. Unos tipos de interés altos no han asustado a las grandes empresas que han seguido creciendo, por lo que es previsible que la actividad que beneficia a los emisores de bonos convertibles siga siendo sólida. El ajuste temporal a la baja del precio de conversión o una posible amortización anticipada a la par protege a los titulares de bonos convertibles frente a adquisiciones.
A medida que la urgencia de la refinanciación aumenta, vislumbramos que las empresas considerarán como vía de financiación a los convertibles. Este enfoque ofrece el potencial de incrementar el valor de los fondos propios, en contraste con los pagos de cupones más reducidos (entre 300 y 600 puntos básicos dependiendo de la calificación). Simultáneamente, podrían optar por la recompra de convertibles destacados que se cotizan con descuento sobre la par para optimizar sus balances. Más allá de su impacto en las nuevas emisiones, también afectaría a las valoraciones, ya que estas adquisiciones se realizan con una prima respecto a los precios de mercado.
Los últimos trimestres han venido marcados por el dominio de las megacaps frente al resto del mercado, hasta el punto de que más del 75% de la rentabilidad del índice S&P 500 en lo que va de año[1] ha sido impulsada por los denominados «Siete Magníficos»: Apple, Amazon, Alphabet, Nvidia, Meta, Microsoft y Tesla. El rendimiento y el diferencial de valoración de las grandes capitalizaciones frente a las pequeñas, y de los marcadores más amplios frente a las empresas subyacentes de los bonos convertibles, ha alcanzado nuevos máximos. Creemos que este dominio puede empezar a invertirse de cara a 2024, incluso en un escenario de recesión en el que las grandes capitalizaciones tradicionalmente obtendrían mejores resultados a medida que el posicionamiento, las expectativas y los múltiplos se estiran.
Los mercados emergentes ponen el foco en los rendimientos positivos
Con la vista puesta en los mercados emergentes, Daniel Moreno, responsable del área de deuda de mercados emergentes globales, considera que, aunque es previsible que se mantenga la incertidumbre en cuanto a las perspectivas de crecimiento e inflación, es probable que los bonos de los mercados emergentes obtengan mejores resultados gracias a los elevados niveles de ingresos y a unas perspectivas favorables para los tipos básicos y el dólar estadounidense.
El equipo de Moreno vaticina que la dispersión de los rendimientos entre regiones y países seguirá siendo tan alta como lo ha sido este año, con grandes diferencias de rendimiento en moneda local entre los que han registrado un mejor comportamiento (América Latina, Europa del Este) y los que peor (Asia) de 2023. Asimismo, esperan que el alto rendimiento siga superando al grado de inversión, ofreciendo una amplia gama de oportunidades de inversión tanto en deuda corporativa como soberana. Nos adentramos en un año que arroje rentabilidades positivas en la deuda local, soberana y corporativa de los mercados emergentes.
¿Qué sorpresas nos podría deparar 2024?
Sin duda, una de las sorpresas menos esperadas es tenernos que enfrentar de nuevo a un escenario de inflación acelerada con nuevas subidas de tipos de interés. Pero, incluso ante un panorama así, la renta fija seguiría ofreciendo oportunidades, gracias a los instrumentos de alto carry, como los bonos globales con grado de inversión y los bonos globales de alto rendimiento de alta calidad.
Otro de los escenarios poco probables a valorar es que Estados Unidos, Europa o el Reino Unido entren en una recesión más profunda de lo previsto. En esta situación, de nuevo, la renta fija de calidad, como la deuda pública mundial, ofrecería un potencial de rentabilidad superior.
Dentro de los mercados emergentes, Turquía y Argentina podrían ser exponentes de un escenario positivo. Son dos de las mayores economías que en los últimos años han sufrido graves consecuencias macroeconómicas negativas y la pérdida de confianza por políticas económicas muy poco ortodoxas. En ambos casos, las elecciones de 2023 marcaron un antes y un después en cuanto a la voluntad política de cambio, que ahora se encuentra en su punto más alto. Si ambos países consiguen doblegar la curva de la inflación y se recupera la confianza, creemos que la probabilidad de que Turquía o Argentina acaben siendo los mercados de divisas locales/duras con mejores resultados respectivamente en 2024, será mucho mayor de lo que el mercado espera actualmente.
Otra sorpresa positiva la podría protagonizar China. En caso de que el Gobierno aplique políticas mucho más amplias para reactivar el mercado inmobiliario, los activos chinos podrían dejar atrás parte de la estigmatización que les ha dominado durante más de dos años. Es posible que la confianza de los inversores no se restablezca por completo, pero los activos chinos podrían comportarse mejor de lo previsto.
En el otro lado de la balanza se posiciona México que, a pesar de aprovechar los vientos de cola de la externalización/deslocalización y de ser el país que más se beneficia de los problemas de China, es el más expuesto a un aterrizaje brusco en Estados Unidos y al posible regreso de Trump a la Casa Blanca.
En definitiva, los mercados de renta fija ofrecerán un potencial de rentabilidad atractivo en 2024, tanto si se produce un aterrizaje suave como si la economía se dirige hacia un extremo u otro. No dejemos escapar estas oportunidades.
Columna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica
Notas
[1] A 30 de noviembre de 2023.
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