En medio del temporal que viven los mercados, afectados por la escalada bélica entre Ucrania y Rusia, la crisis energética y los últimos coletazos del COVID, es especialmente gratificante podernos hacer eco de una estrategia que, una vez pase esta tormenta, confiamos siga su línea ascendente. Nos referimos a Mirabaud Discovery Europe, un fondo de convicción que invierte en pequeñas y medianas compañías europeas y que obtuvo una rentabilidad absoluta superior al 33% en 2021 frente al 24% del índice de referencia.
Un activo especialmente atractivo por el dinamismo y la flexibilidad de las empresas más pequeñas que brindan potenciales recompensas, pero sólo a aquellos inversores dispuestos a dedicar el tiempo y el esfuerzo necesarios para identificar compañías con verdaderas perspectivas, antes de que lo haga el resto del mercado.
En Mirabaud consideramos empresas de pequeña capitalización a aquellas compañías con capitalizaciones de mercado totales inferiores a 5.000 millones de euros. Nos referimos a compañías con atractivas opciones de diversificación, así como -si se seleccionan con criterio- rendimientos también potencialmente muy atractivos.
Este tipo de compañías van más allá de su atractiva historia corporativa: el que hoy es un pececillo en el mar, podría ser el disruptor de mañana y el gigante del futuro. Las empresas de pequeña capitalización ofrecen a los inversores un mecanismo para acceder a este potencial.
Mirabaud Discovery Europe es un fondo concentrado, que invierte en un máximo de 50 compañías especialmente seleccionadas por los gestores tras un análisis riguroso de sus fundamentales y política de sostenibilidad, con foco en su estrategia corporativa y la calidad de su gestión
Dentro de su aproximación a las small and mid caps, el fondo se apalanca en las megatendencias a largo plazo que marcarán la economía del futuro. Integra en su cartera a aquellas compañías que son dominantes en los nichos de mercado, impulsan y se benefician de la transformación de las megatendencias, son líderes en innovación y tienen visión de futuro. El equipo gestor no adopta un rol de simple inversor, sino que acompaña a la compañía en su proceso de crecimiento, ayudándoles a acceder a otro nivel y a desarrollar su negocio.
Por otro lado, una de las ventajas de las small caps es que no suelen formar parte de los análisis de los gestores. Así, por ejemplo, en Europa, las compañías incluidas en el índice MSCI Europe suelen estar cubiertas por una media de 21 analistas. Sin embargo, las incluidas en el índice MSCI Europe SMID (Small and Mid Cap) solo están cubiertas por una media de 9 analistas cada una. Estamos ante lo que se conoce como un mercado ineficiente, lo cual es una oportunidad para que los gestores activos generen alfa.
Entrar en el negocio en el momento adecuado
La clave para formar una cartera de empresas pequeñas con grandes oportunidades es saber entrar en el negocio en las primeras fases de sus ciclos de crecimiento. Es decir, en el momento en el que estas compañías disruptoras destacan por estar a la vanguardia en cuanto a innovación o porque aprovechan las últimas tecnologías al alza en el mercado que operan.
Al incorporarlos a nuestras carteras antes de que sus productos o servicios maduren, los rendimientos pueden acumularse durante largos períodos de tiempo, acompañando a la empresa en su proceso de expansión.
Otro elemento clave es su flexibilidad. Las empresas más pequeñas pueden tener estructuras de incentivos materialmente diferentes: la mayor proporción de propietarios-gestores significa que su directiva asume la propiedad, lo que conlleva un gran interés por ofrecer productos innovadores y los mejores servicios de su categoría.
Los datos de Bloomberg vienen a confirmar esta afirmación. Las acciones de MSCI Europe tienen una media del 2% de propietarios de carácter interno, mientras que en el caso de las small cap del MSCI Europe la media asciende hasta el 5%. En la cartera de Discovery Europe un 12% de la misma está en manos de los consejeros delegados, altos directivos o consejos de administración de las propias compañías1.
Una gestión activa deberá contemplar, en su universo de gestión, este tipo de compañías con otras más maduras que suelen tener estructuras empresariales más establecidas, balances más sólidos y más acceso a los mercados de capitales.
Si nos remontamos a 15 años atrás, incluyendo tanto la crisis financiera de 2008 como la del 2020 provocada por la pandemia, las pequeñas empresas europeas, como clase de activo, han superado sistemáticamente el rendimiento de la renta variable europea en su conjunto:
Solo una gestión activa y con convicción permitirá acceder a un rendimiento superior al identificar a empresas «por debajo del radar» que proporcionan beneficios significativos. Precisamente su menor escala les otorga flexibilidad para detectar y capitalizar las tendencias de crecimiento secular más rápidamente que sus competidores de gran capitalización.
Columna de Hywel Franklin, responsable de renta variable europea en Mirabaud Asset Management
[1] Source: Bloomberg, accessed 07/02/22