Aún hay que mantener la prudencia, al menos hasta que tengamos más certeza de que la pandemia ha quedado totalmente atrás y se reactive el consumo -con las actuales tasas de desempleo como mayor hándicap-. Pero sí está bastante claro que entramos en una etapa de optimismo renovado para la renta fija global, con mucha liquidez en el sistema, y en la que tanto gobiernos como bancos centrales están listos -y abiertos- para brindar más apoyo si fuera necesario.
Tras un mes de mayo en el que parecía que todo se desmoronaba en los mercados, surgen nuevas y prometedoras perspectivas en los mercados de renta fija, con el petróleo, el oro y los bonos en la senda de la recuperación. El sector turístico, uno de los más expuestos al bloqueo, también empieza a barajar expectativas positivas.
Uno de los aspectos especialmente interesantes de la actual situación en renta fija global es que los mercados de bonos se han recuperado de forma notable últimamente; tanto, que las valoraciones están empezando a ser incluso un poco excesivas en algunos sectores. Y, en nuestra opinión, no queda mucho valor en los bonos de grado de inversión de los mercados desarrollados.
Igualmente, deberíamos comenzar a ver cierta compresión entre aquellas áreas de renta fija que se han beneficiado abiertamente del apoyo del banco central correspondiente y aquellas que no. Los bonos high yield con rating B y CCC, y los de mercados emergentes serán, desde nuestro punto de vista, los más apalancados y, por tanto, más sensibles a las mejoras en el entorno económico subyacente.
La Eurozona parece también empezar a mejorar. Ha necesitado un tiempo, pero la UE finalmente ha presentado un paquete de apoyo encaminado a coordinar un impulso fiscal post pandemia a nivel europeo. Se trata de un fondo de recuperación dotado de 750.000 millones de euros e impulsado por el apoyo alemán y francés. De ese total, 500.000 millones serán donaciones y los 250.000 millones restantes, préstamos reembolsables a través de mayores contribuciones al presupuesto de la UE y nuevas fuentes de ingresos. Esto incluye un plan de comercio de emisiones, un impuesto sobre la importación de altas emisiones y un impuesto a las empresas digitales.
Aún debe ser ratificado por todos los estados miembros y hay una seria oposición por parte de Austria, Dinamarca, Suecia y Holanda al paquete de subvenciones, pero todo parece indicar que puede prosperar, lo que nos parece positivo ya que ayudará enormemente a que los Estados más débiles no se queden atrás a causa del efecto económico de la pandemia.
Un aspecto relevante que también merece ser analizado en el mercado de renta fija es que el dólar estadounidense ha estado bajo una gran presión recientemente, si bien no fue realmente una sorpresa dada la cada vez mayor sensación de inminente reapertura de las economías. En este sentido, esperamos que se produzca cierta escalada de la volatilidad en los próximos meses, a medida que el sentimiento deje de ser una percepción para convertirse en un hecho. Una clara sostenibilidad de la recuperación del mercado económico y financiero mundial dejará ver, así, una mayor debilidad del dólar.
Con todos estos factores convergentes, desde el equipo de renta fija de Mirabaud Asset Management seguimos prestando mucha -y especial- atención a los niveles globales de desempleo. Solo si en esta magnitud se produce una reducción significativa y rápida podremos asistir a una verdadera recuperación global, lo que, aparentemente, tiene un precio en los mercados financieros.
Creemos que habrá un cierto incremento de la volatilidad a medida que avancemos en los meses de verano y tengamos más visibilidad del impacto económico y financiero real que ha generado el bloqueo. Desde el equipo de renta fija de Mirabaud Asset Management seguiremos apostando por una gestión ágil, adecuando nuestras posiciones en las carteras a cada momento del ciclo, sin perder el rally, pero asegurándonos de mantener bajo control los niveles de riesgo.
Tribuna de Andrew Lake, director de renta fija en Mirabaud Asset Management