Los principales problemas de Argentina siguen siendo los mismos, aunque sus percepciones van variando. La “inflación” sigue siendo el principal obstáculo y es donde se decide puntualizar la gestión. La “corrupcion” (casta política) viene teniendo una mayor ponderación, muy fogoneada por el propio speech del presidente Javier Milei. El tercer problema es la “pobreza” y la misma sigue subiendo tanto en importancia como en números reales.
La imagen de Milei se mantiene, aunque ha perdido una parte de “votantes arrepentidos” (que lo votaron por un rechazo a un triunfo del candidato opositor, Sergio Massa).
En el gobierno entienden que bajar la inflación a un dígito es los próximos meses es lo que le va a dar mayor poder político al presidente. La inflación acumulada en las ultimas cuatro semanas fue igual a 8,9%. Todo un logro desde la tendencia con la que inicio su gestión este Gobierno.
La recesión es parte del programa. La recuperación económica rápida atenta contra la recuperación de reservas internacionales y el saneamiento del Banco Central de la República Argentina.
Todavía no hay apuro para salir del “cepo cambiario”.
La licuación de gastos va a ser cada vez mas difícil, mientras que los recursos atados al Comercio Exterior (retenciones e impuesto PAIS) van a sumar cada vez menos. Esta situación también se complica con la intención del FMI de continuar con el programa vigente, pero sin fondos nuevos. El FMI no tiene la intención de aumentar exposición en la Argentina.
La tolerancia al ajuste se mantiene, porque se lo considera legítimo, y el impacto horizontal del mismo atempera las reacciones sociales previsibles en un inicio. El humor social esta muy volátil, pero –ilógicamente– todavía calmo.
Hay un 85% de consenso en que la situación económica es mala o muy mala. Pero el 48% de los mismos consultados lo toma con resignación y esperanza y cree fehacientemente que en 18 o 24 meses la situación va a ser buena o muy buena.
La figura del presidente Milei es identificada por sus adeptos con conceptos como esperanza, genialidad y coraje. Mientras tanto, sus opositores lo asocian con los conceptos de locura, demencia y desquiciado que no logra ver la realidad general de la población.
A nivel personal, el 86% tuvo que realizar recortes económicos, que se toleran si son “gustos”, pero duelen si repercuten en el ámbito familiar y mucho más en las necesidades de los hijos. Sin embargo, un casi 40% se mantiene muy resiliente y considera necesario y lógico hacer el sacrificio para lograr el esperado cambio de paradigmas.
Por el momento, no aparecen candidatos presidenciables en la oposición y, si eventualmente aparece alguno, no traccionan los votos suficientes y rápidamente quedan descartados.
Tribuna de Pablo Palmero, Founder & CEO de IN TRADE CAPITAL